Estrategias de información en las crisis: El caso del Síndrome Respiratorio Agudo Grave (SARS)

AutorAfroditi Bontzorlou y Periklis Politis
CargoUniversidad Aristóteles de Tesalónica

Introducción

El Síndrome Respiratorio Agudo Grave ni siquiera tenía nombre en febrero de 2003, cuando se cobró la primera víctima conocida en Vietnam. En un plazo de días, un esfuerzo internacional dirigido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) reunió a científicos y expertos para intentar hacer frente a una amenaza desconocida (véase el cuadro 1).

Cuadro 1. El caso del SARS

Ahora se sabe que el Síndrome Respiratorio Agudo Grave es una enfermedad causada por el coronavirus SARS (SARS-CoV). La transmisión nosocomial del virus (es decir, la transmisión durante la hospitalización) fue una característica llamativa del brote de SARS. La mayoría de los casos se produjo en adultos, mientras que rara vez resultaron afectados los niños. El virus era capaz de transmitirse por el aire, una de las características que hizo que la enfermedad se propagara tan rápidamente. Se encontró que el periodo medio de incubación era de 5 días. En palabras de una hoja de información1 del gobierno de EE.UU.: "en general el SARS comienza con fiebre alta (temperatura superior a 38,0º). Otros síntomas pueden ser dolor de cabeza, sensación general de malestar y dolores en el cuerpo. Algunas personas tienen también síntomas respiratorios leves al principio. Del 10 al 20 por ciento de los pacientes tienen diarrea. Después de 2 a 7 días pueden desarrollar una tos seca. La mayoría de los pacientes desarrolla una neumonía". Tomando como base un análisis de los datos de Canadá, China, Hong Kong, Singapur, Vietnam y Estados Unidos, se estima que la tasa de mortalidad del SARS se encuentra en el intervalo del 0% a más del 50%. Intentando hacer frente y controlar la enfermedad desde los primeros días de su aparición, la OMS creó varios puntos focales, cada uno de los cuales tenía subdepartamentos en casi todos los países. Estos puntos focales fueron la oficina regional para África (AFRO), la oficina regional para América y la Organización Panamericana de la Salud (AMRO/PAHO), la oficina para el Mediterráneo Oriental (EMRO), para Europa (EURO), para el Sudeste Asiático (SEARO) y la oficina regional para el Pacífico Occidental (WPRO). Durante este periodo los medios recogieron información de todas estas fuentes sobre la enfermedad, sobre los progresos científicos realizados en el intento de detenerla y, además, sobre qué acciones se estaban adoptando por parte de los gobiernos de todo el mundo para informar al público, pero intentando al mismo tiempo evitar el pánico. La gravedad de la amenaza da una indicación de la dificultad que tuvo todo este proceso.

A pesar del éxito obtenido en la contención del SARS, los científicos y los políticos todavía son cautos en lo que respecta a la eficacia del proceso de recogida de datos y en lo que respecta a los posibles sesgos que podrían surgir cuando se intenta señalar con precisión las fuentes y/o las causas de los brotes. Para todos los que vivían muy lejos de las áreas infectadas por el virus, los medios de comunicación fueron la principal, y a veces la única, fuente de información. Cuando se informa sobre una materia tan crucial, es de la mayor importancia quién dice qué, cómo, por qué y para qué propósito. Cuando analizamos las estrategias de los medios, debemos subrayar en primer lugar que los informadores interpretan el mundo, al igual que hacemos nosotros, de acuerdo con sus percepciones como seres humanos que viven en un contexto social y que siguen, por supuesto, las instrucciones de la institución para la que trabajan (Caldas-Coulthard, 1996). En segundo lugar, cuando se informa, la observación directa de los hechos o las pruebas de primera mano son la condición básica que persiguen los que transmiten las noticias. La inmediatez de las descripciones y la proximidad del informador a los acontecimientos garantizan, en cierto sentido, la transmisión exacta de las noticias. Sin embargo, en el caso del SARS, era bastante difícil para los informadores situarse en el centro de los acontecimientos, no sólo debido a la distancia sino también a las medidas sanitarias que fue necesario adoptar. Así, las agencias de noticias tenían que suministrar la información a los periodistas. En este caso la atribución de las palabras utilizadas fue de gran importancia. Las fuentes se "aceptaron" en un orden jerárquico. Las personas vinculadas a relaciones o instituciones oficiales se consideraron más fiables y, en consecuencia se "citaron" con más frecuencia que otras, y así mucho de lo que se informaba estaba asociado con las estructuras del poder (Thompson, 1996). La presentación del informe sobre las declaraciones implica estrategias importantes usadas por los medios para proyectar un discurso que sea fiable, exacto y factual.

Los informadores consideran que la proximidad a los acontecimientos es una garantía para transmitir noticias exactas. Sin embargo, en el caso de problemas científicos o sanitarios se ven obligados con frecuencia a confiar en fuentes menos inmediatas

Al investigar estos reportajes de noticias, tiene sentido intuitivo comenzar desde los cuatro elementos principales que forman el núcleo de la información. La declaración original nos da la persona sobre la que se informa y lo que dice, mientras que el acontecimiento sobre el que se informa nos da el informador y el hecho de que está informando sobre lo que ha dicho otro. A partir de estos datos, podemos identificar cuatro elementos, entremezclados pero relativamente independientes, entre los que puede elegir el informador: el primero es la voz: es decir, quién o qué se presenta como fuente de la declaración sobre la que se informa. El segundo es el mensaje, que hace referencia a la función o contenido de la declaración original y al modo en que se presenta. El tercero es la señal, en otras palabras, el modo en que el informador indica que éste es un informe hablado o escrito. El último elemento es la actitud del informador. La actitud es principalmente la evaluación del presente informador sobre el mensaje o sobre el que habla2.

Cuando en un reportaje de noticias se da información procedente de una fuente determinada, existen diversos modos en los que puede citarse. La manera elegida da indicios sutiles sobre la actitud del informador respecto a esa información

Para analizar estos elementos, comenzamos con la "voz". Cuando se presenta una voz externa en un artículo, parece haber cuatro grupos principales a lo largo del espectro: propia, otras especificadas, otras no especificadas y la comunidad. La forma más comúnmente utilizada en el discurso de las noticias es la de "otras especificadas", donde se publican todas las características referentes a la persona que habla, y las "otras no especificadas", en donde la fuente que habla es más o menos parecida a una organización, un instituto o todo un grupo de personas (Makkonen-Craig, 1999). Los otros dos casos aparecen más raramente, puesto que no dejan muy claro quién está hablando, que es la razón por la que los informadores evitaron usarlos en el caso del SARS. De acuerdo con las encuestas realizadas en la prensa inglesa, francesa y griega durante la crisis del SARS, surgió una jerarquía de fuentes, en la que se daba la prioridad máxima a las declaraciones de miembros determinados de la Organización Mundial de la Salud, siguiendo después las declaraciones de los médicos en general, mientras que se daba la prioridad más baja a las declaraciones de los políticos o de los grupos políticos.

En un reportaje de noticias el mensaje emitido por una fuente determinada puede citarse, hacerse eco de él, parafrasearse, resumirse o simplemente omitirse

Volviendo al modo en que puede tratarse el mensaje, hay una distinción entre cinco grupos principales: el mensaje puede citarse, hacerse eco de él, parafrasearse, resumirse u omitirse. El elemento elegido en esta categoría se relaciona principalmente - aunque no de forma exclusiva - con la cuestión de en qué medida se presenta el mensaje como ajustado al "original". Las citas pueden reconocerse normalmente en la escritura mediante el uso de comillas u otros signos ortográficos. Las citas parecen tener dos funciones principales. La primera es indicar un grado más alto de fidelidad a una declaración original que cualquiera de las demás opciones. La segunda función principal es presentar al lector el lenguaje sobre el que se informa de una forma más vívida, simulando el original (Mouillaud y Tetu, 1989). Estas dos funciones pueden coincidir pero también pueden contraponerse, que es precisamente lo que ocurrió en el caso del SARS. Hubo innumerables desacuerdos respecto a ejemplos de "citas" dramáticas en los titulares de los periódicos, que no habían sido pronunciadas, de forma demostrable, por el orador al que se atribuían. Además, hay una tercera función, que también está presente en las citas libres, pero que parece ser menos destacada: la de distanciar al informador del lenguaje subrayado por las comillas. Esta distancia puede ser buscada por una serie de razones, incluyendo la disociación, la humildad o la superioridad.

Sin embargo, parece más frecuente "hacerse eco" del mensaje para informar sobre una declaración oral, más que escrita, razón por la cual los informadores evitan este sistema en las noticias. Pasando al grupo siguiente, esto es, las "paráfrasis", están relacionadas claramente con la categoría tradicional de "discurso indirecto". Junto con las citas, éste es el método más comúnmente utilizado por los informadores. En este caso sólo hay una voz: la del periodista. El informador habla en lugar de la voz sobre la que informa, que en consecuencia queda despojada de su autonomía. El discurso indirecto describe al orador y a la declaración sobre los que se informa, que así se mantienen distantes y no existe ilusión de yuxtaposición (Pedersen, 1996). El modo indirecto marca la interferencia explícita del informador en el informe. En este modo, hay "integración" del discurso secundario en el discurso del narrador. El discurso primario absorbe al secundario. En consecuencia, el informador controla por completo las presuntas declaraciones del personaje.

A menudo los informadores resumen lo que han dicho sus fuentes con el fin de adaptarse a las limitaciones de espacio. Sin embargo, esto podría parecer selectivo y dar la impresión de que el orador original dijo una cosa pero estaba insinuando otra

Cuando utiliza un resumen, el informador quiere dar la idea principal de lo que se ha dicho, pero suprime los detalles. Esto se adapta a las restricciones de tiempo y de espacio, pero muy a menudo parece ser bastante problemático en las noticias, puesto que podría implicar que el orador original dijo una cosa pero estaba insinuando otra. Por último, cuando se omite el mensaje, el informador menciona que se produjo una declaración, pero no da información sobre lo que se dijo. El modo más frecuente de omitir el mensaje consiste en utilizar un verbo o un sustantivo no informativos para el acontecimiento que se describe (por ejemplo, "El discurso del Presidente estuvo lleno de promesas", "La OMS transmitió nuevas órdenes a sus miembros")3. Podría objetarse que cuando no hay mensaje, no hay información. Pero incluso el silencio en la información tiene un significado crucial. Se podría haber informado de lo que se dijo, pero por razones muy concretas el informador ha optado por no comunicarlo. Ciertamente, mencionar que se dijo algo sobre una cuestión, pero no decir qué fue exactamente, constituye, si se mira bien, una insinuación del punto de vista del informador (Slembrouck, 1986).

La tercera opción para un informador, como hemos dicho anteriormente, es la señal. Los modos en los que el informador puede señalar que el lector debe interpretar un fragmento de lenguaje como un informe, parecen tener dos aspectos. El primero es la relación lógica entre la señal y el mensaje tal como se realiza a través de las dependencias estructurales. El segundo aspecto principal es la naturaleza y la posición de la propia señal, que explican de qué modo el informe encaja en el texto que lo rodea. Las razones para realizar la señal de uno de los modos descritos anteriormente, son muy variadas. Por ejemplo, durante el caso del SARS, al menos en la prensa griega, hubo una tendencia evidente a poner la señal al principio del párrafo, porque era importante señalar que lo que venía a continuación lo había dicho un primer ministro, un médico conocido o un miembro de la OMS (por ejemplo, "De acuerdo con David Heymann, director ejecutivo del Grupo de Enfermedades Contagiosas, la OMS está organizando un esfuerzo a nivel mundial para hacer frente a la amenaza")4.

El modo más obvio en el que los informadores pueden mostrar su actitud respecto a la fiabilidad del mensaje o de la persona que lo ha dicho, es a través de la elección del verbo usado en la información

La última opción se refiere a la actitud del informador hacia el mensaje transmitido. Las opciones básicas en esta categoría son comunes para todas las expresiones de actitud: neutral, positiva, negativa, etc. Para los informes escritos o hablados, uno de los principales tipos de valor que se evalúan es la verdad o la validez de lo que dijo el orador original. El modo más obvio en el que los informadores pueden mostrar su actitud respecto a la fiabilidad del mensaje comunicado o de la persona que lo ha dicho, es a través de la elección del verbo usado en la información. Por ejemplo, la elección del verbo "dijo" no da indicación de la actitud del informador frente al mensaje transmitido, mientras que el verbo "subrayó" señala que el informador acepta que este punto de vista es correcto (Floyd, 2000). Durante la crisis del SARS, por ejemplo, los periodistas tendieron más a utilizar el verbo "sostuvo" o "defendió" en lugar del verbo "dijo". Esto es debido a que de este modo podían distanciarse de la responsabilidad de lo que estaban notificando. En otros casos, las declaraciones de los políticos se interpretaron o se transmitieron de forma diferente, según el punto de vista del informador. También hay estructuras tales como los párrafos que comienzan con "tal como" que pueden mostrar la adhesión del informador a la validez del mensaje comunicado (por ejemplo, "Tal como él dijo: no había guardia de seguridad a la entrada del hospital"). Otras señales funcionan primariamente para indicar escepticismo, tales como las del tipo "o así" (por ejemplo, "Él murió de un ataque al corazón. Nada que ver con el SARS, o así lo dijeron"), mientras que otras, de forma más o menos ostentosa, suspenden el juicio sobre la validez del mensaje (por ejemplo, "Se citó al Dr. Claus como el que había dicho que este virus podría tener su origen en los ratones").

El examen de los informes hablados o escritos en las noticias es un buen punto de partida para la lectura crítica, especialmente si es posible comparar un informe con la declaración original o/y con otros informes sobre la misma declaración procedentes de fuentes diferentes

El examen de los informes hablados o escritos en las noticias, según las líneas que hemos sugerido aquí, es un punto de partida excelente para ejercitarse en la lectura crítica, especialmente si es posible comparar un informe con la declaración original y/o con otros informes sobre la misma declaración procedentes de fuentes diferentes (Fairclough, 1995). En todos los casos, el discurso representado o notificado es un texto mediado e indirecto. Al transferir las palabras dichas a otras personas, los informadores se desvinculan de lo que están notificando, bien para distanciarse, bien para evaluar o legitimar su propio discurso previo. Ésta es una estrategia muy importante utilizada por los informadores para transmitir su propio juicio sobre la acción. Cuando seleccionan y procesan lo que van a informar, los redactores revelan su propia postura frente a lo que se representa. Ninguna representación de un discurso es objetiva o simplemente neutral. "Citar" lo que dice la gente es una actividad muy arriesgada y resulta todavía peor cuando se refiere a asuntos cruciales tales como el caso del SARS. Las declaraciones se transforman a través de la perspectiva de un intermediario de la información, que es un agente en una práctica discursiva. De este modo, las identidades y las funciones sociales se crean de acuerdo con los valores de la persona que informa y de la institución para la que trabaja esta persona. La prensa se preocupa mucho de lo que dicen las personas importantes. Sin embargo, el concepto de importancia está directamente relacionado con las estructuras del poder y con las estructuras sociales.

Cuando seleccionan y tratan qué es lo que van a informar, los redactores revelan su propia postura frente a lo que se representa. Ninguna representación de un discurso es objetiva o simplemente neutral

ConclusionesLos redactores de noticias son conscientes de que los hechos socio-políticos son a menudo subjetivos y de naturaleza contingente o de que incluso los llamados hechos científicos puros posiblemente van teñidos con sesgos ideológicos (Autio, 1993). Nada debe considerarse fuera de toda duda, y debemos ser escépticos respecto a la veracidad de los hechos. Sin embargo, haciendo explícitas las estrategias utilizadas por los medios para calificar los hechos y las declaraciones, podemos empezar a ser conscientes de cómo se utiliza el lenguaje para manipular y controlar la información.

Particularmente en casos de crisis cuyo origen y/o tratamiento depende de la ciencia, los científicos y los funcionarios públicos deben ser conscientes de los mecanismos de los medios y de las estrategias de información en particular. De este modo, pueden mejorar su comprensión sobre cómo se canaliza la información y cómo comunicar con mayor eficacia sus mensajes a los informadores y, en consecuencia, al público. En conclusión, les resultaría más fácil transmitir mensajes que sean coherentes, procurando informar sin causar pánico y caos. Durante este periodo posterior al brote, es importante seguir trabajando en nuestra experiencia con el caso del SARS, como preparación para cualquier nuevo riesgo que pueda aparecer. Basándose en esta experiencia, los científicos, los medios y los funcionarios públicos pueden intentar garantizar para el futuro una comunicación eficaz del riesgo.

Palabras clave

estrategias de los medios, noticias, atribución de fuentes, información hablada o escrita, control de la información

Referencias

Caldas-Coulthard, C.R., On Reporting Reporting: The Representation of Speech, Routledge, Londres-Nueva York, 1996. pp. 295-308.

Thompson, G., Voices in the text: Discourse Perspectives on Language Reports, Applied Linguistics, 17 (4), pp. 501-530.

Makkonen-Craig, H., Yearbook of the Linguistic Association of Finland, "Speech quotations in newspapers as a form of language use", Sky, 1999. 12: pp. 111-144.

Mouillaud, M. y Tetu J.F., Le journal Quotidien, "Les stratégies de la citation", Presses Universitaires de Lyon, Lyon, 1989. pp. 129-149.

Pedersen, K., The Analysis of Newspaper Texts. An Investigation of Implicit Subjectivity In Newspaper Discourse, The Copenhagen Business School, Copenhague, 1996.

Slembrouck, S., Aspects of Style In British Newspapers, Studia Germanica Gandensia, 1986.

Floyd A., Revista Alicantina de Estudios Ingleses , "The Reporting Verbs and Bias in the Press", 2000. 13: pp. 43-52.

Fairclough, N., Critical Discourse Analysis, "Discourse representation in media discourse", Longman, Londres, 1995. pp. 54-69.

Autio, P., Source indication as a persuasive strategy in News Reporting, Sky, Yearbook of the Linguistic Association of Finland, pp. 233-239.

Notas1. Centers for Disease Control (USA), http://www.cdc.gov/ncidod/sars/factsheet.htm

  1. El análisis del discurso de las noticias en este artículo se basa principalmente en la teoría de Geoff Thompson: "Discourse Perspectives on Language Reports".

  2. La mayoría de los ejemplos del artículo se han tomado de los periódicos franceses: Le Monde y Liberation, los periódicos ingleses: The Times y Guardian, y los periódicos griegos: Ta Nea y Kathimerini.

  3. Ejemplo citado de Kathimerini: 20/03/2003, p.7.

Contactos

Bontzorlou Afroditi, Universidad Aristóteles de Tesalónica, Grecia, Departamento de Periodismo y Medios de Comunicación de Masas

Tel.: +30 694 496 07 86, correo electrónico: bontzorlou@yahoo.com

Periklis Politis, Universidad Aristóteles de Tesalónica, Grecia, Departamento de Periodismo y Medios de Comunicación

Tel.: +30 231 099 20 77, correo electrónico: ppolitis@lit.auth.gr

Dimitris Kyriakou, IPTS

Tel.: +34 95 448 82 98, fax: +34 95 448 83 39,

correo electrónico: dimitris.kyriakou@jrc.es

Sobre los autores

Afroditi Bontzorlou está terminando sus estudios en el Departamento de Periodismo y Medios de Comunicación de Masas de la Universidad Aristóteles de Tesalónica y trabaja actualmente en una tesis sobre estrategias de información durante las crisis. Entre 2000 y 2003 trabajó como periodista para la prensa impresa y electrónica (periódicos, radio, web).

Periklis Politis ha sido lector en el Departamento de Literatura de la Universidad Aristóteles de Tesalónica hasta 2002. En la actualidad es lector en el Departamento de Periodismo y Medios de Comunicación de la misma universidad. Su área principal de investigación en los últimos tres años son las estrategias de información en la prensa impresa y electrónica.

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