Antionio Trevol Serra (Doctor en Derecho): El Derecho y el Estado en San Agustín

AutorLa Redacción
Páginas789-792

Antionio Trevol Serra (Doctor en Derecho): El Derecho y el Estado en San Agustín.-Editorial Revista de Derecho Privado.

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Una aportación de juventud a los estudios justinianos españoles, que con algún retraso van colocándose al nivel de las magistrales investigaciones de Lucken, Haumganner, Dawson, Erbl Mausbach.

Las poderosas facultades del «Aginia de Hipuna», cuyo prodigioso talento y enorme corazón nadie; pone en duda, se desenvuelven con tanto luego y atrevimiento que a veces es difícil reducir a su justo valor las expresiones un tanto exageradas que en sus polémicas empleara. Así, Fonssegrive, en su monumental obra sobre la historia y desenvolvimiento del concepto del libre albedrío, -hace notar que San Agustín, al combatir a los maniqueos se aproxima a los discípulos de Pelagio, y al impugnar las doctrinas pelagranas parece recordar sus antiguas inclinaciones hacia el maniquerismo.

Enfoca después los elementos dispersos en la ingente producción literaria, que sin formar una construcción sistemática, proyectan la experiencia personal de San Agustín y como auténtica filosofía de la conversión, giran alrededor del concepto supremo de Dios, influidos por el dogma del pecado original. Pero no es el Dios, de San Agustín, como el de Aristóteles, un motor inmóvil e impasible, sino el Ser personal, creador, principio de belleza y supremo bien. El universo, organizado según las ideas divinas, es un ser orde-nado, y la noción del orden atribuye a cada cosa su lugar. El mal sólo aparece, como una limitación de la bondad natural de las co-Page 790sas. Principio regulativo que reduce a unidad los elementos singulares es la ley eterna que rige el movimiento de todos los seres que integran el Cosmos, y que ante la razón humana se convierte en mándalo o prohibición éticos. Como coronación y complemento del orden natural, la gracia contrarresta los efectos del pecado y restaura al hombre caído. En el corazón lleva éste los preceptos fundamentales de la ley natural, pero cuando las concupiscencias debilitaron la luz de la conciencia, hubo de promulgarse la ley escrita.

La doctrina de San Agustín sobre lo que hoy pudiéramos llamar justificación del Estado ha sido objeto de las más diversas interpretaciones: la pesimista lo estima fruto del pecado: la optimista, como institución natural: la ecléctica, como resultado de la culpa y remedio contra ella. Utilizando las valiosísimas aportaciones de los últimos...

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