Sentido histórico del derecho de propiedad inmobiliaria

AutorLa Redacción
Páginas434-445

Sentido histórico del derecho de propiedad inmobiliaria1

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Señores Académicos :

El tema de mi conferencia necesita una previa aclaración. Tiene fundamentalmente dos elementos: «sentido histórico», esto es, concepto del sentido histórico, que equivale a la percepción del devenir de la vida de los hombres sobre la tierra, como una forma de la historia universal; y organización jurídica de la propiedad inmobiliaria. Aquí se concatenan dos ideas fundamentales: la idea del derecho de propiedad, muy interesante; pero no lo es menos, para el estudio que se intenta en esta disertación, la del sentido histórico. Este elemento del tema es, por ahora, el más importante.

El río del perro

El pensamiento cardinal de la conferencia nació de una evocación surgida sobre el prólogo puesto por Hunger y Lamer a una sistematización de fotograbados de material arqueológico del antiguo Oriente. Estamos en Beyruth, ciudad de origen fenicio que floreció en la época siria, situada en la costa asiática del Mediterráneo. Por su parte Norte corre el río del perro -Nahr el Kelb- y en la desembocadura hay un pequeño cabo, consistente en un macizo de rocas que se adentra en el mar. Los habitantes del viejoPage 435 país hubieron de vencer el doble obstáculo de las rocas y el río para el tránsito, ya que la cordillera del Líbano acerca, allí, sus contrafuertes al Mediterráneo y -hace muy estrecho el paso entre éste y la montaña. A esta necesidad obedecieron, sin duda, los caminos que surcan el cabo y el puente que cruza el río. Chocaron en dicho punto civilizaciones tan poderosas en los tiempos antiguos como la babilónicoasiria y la que floreció a las orillas del Nilo, y los hombres, exponentes de esas culturas, dejaron recuerdos de su paso en inscripciones que todavía se conservan. La cronología ha acertado a darles fechas que constituyen valores muy estimables para la historia del mundo.

Admira el lapso de tiempo encerrado entre las inscripciones. Unas son egipcias y recuerdan las expediciones de Ramsés II contra los hetitas en el siglo XIII (a. de J. C.); otras, asirías, de Salmanassar II en sus guerras contra los fenicios, siglo IX anterior a nuestra era; romanas, de la época de Marco Aurelio, siglo II; árabes, de principios del siglo XVI, en tiempos del Sultán Selim, y una francesa, de los oficiales de la expedición militar que envió Napoleón III a Siria, el año 1860, para contener la matanza de cristianos.

Desde la cima del cabo se ven los caminos paralelos que le surcan : el egipcioasirio es el más alto ; destrozada, pero claramente visible hoy, la carretera grecorromana ; más baja, la moderna, y al fondo, el brillo de los carriles del camino de hierro. El espectáculo es insuperable. Desbordada la fantasía, convierte en contemporáneos a Ramsés, a Salmanassar, a los modernos traficantes. Treinta y dos siglos de existencia.

¿ El sentido histórico como forma nueva de la historia ?

Para el hombre que sienta la emoción de la Historia, la contemplación de los viejos caminos del río del perro le ofrece sobre un espacio reducido, donde se confunden las huellas de civilizaciones que han exigido milenios para desenvolverse y sustituirse, un símbolo nuevo, acaso una concepción original que rompe y pulveriza las formas corrientes suministradas por los historiadores. Nada significan la pulcra división de edades, la distinción espenglerianaPage 436 de la cultura mágica, fáustica o apolínea, ante la superposición de las rutas en Beyruth. Es un accidente geográfico, es la proximidad al mar de la riscosa vertiente occidental del Líbano, lo que imprime el mismo sentido, el sentido histórico, al desfile de las civilizaciones por el estrecho pasadizo. De igual manera se conducen allí los hombres de las edades antigua, media o contemporánea ; los de la cultura apolínea o mahometana y los wikingos de Goethe.

El alma atenta advierte «algo» que determina la dirección, que da rumbo forzoso al desenvolvimiento de ese trozo de la Historia. Y si en las inmediaciones del río del perro dicho «algo» se materializa y acoge a un orden físico, integrado por la abrupta barrera que separa la Celesiria, del mar, no obsta a que en otros casos el principio de la dirección se haga espiritual e intangible. La Historia se muestra en todos, el de Beyruth y los que voy a exponer, en su fundamental dimensión : la profundidad. Profundidad del espacio que coincide con la idea del tiempo.

Al hombre le va siendo fácil, más cada día, saber cómo han vivido las generaciones de otros milenios. Le parece complicado y difícil, y expuesto a muchos errores, anticipar el contenido de la vida de las venideras. Pero entre ambos momentos se dibuja una solución intermedia : el hombre actual llega a saber cuáles hubieran sido las acertadas predicciones de los que vivieron en otras etapas, sobre el futuro de sus instituciones técnicas. Y si hay un signo que implica la forma en los Estados futuros, que el devenir de los años va convirtiendo en pretéritos, debe pensarse, con algún fundamento, que dicho signo constituye el sentido histórico de la técnica de que se trate.

Formación del concepto del sentido histórico sin imposiciones de orden físico o geográfico
a) -Troya

Troya materializa la profundidad de la Historia.

No lejos de Beyruth, desplazándonos geográficamente, en el Norte del Asia Menor, está la...

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