Rendimiento de la inversión en TI: ¿ fin de la paradoja de la productividad ?

AutorCecilia Cabello
CargoIPTS

Asunto: Unos estudios recientes parecen indicar que por fin empiezan a producirse los beneficios que se habían esperado de las inversiones realizadas en tecnología de la información (TI). Este hecho tiene implicaciones importantes para el empleo y la competitividad de la industria en Europa.

Relevancia: La cuestión que se plantea es si las mejoras en productividad presagian un período de reestructuración, o bien la generación de más capital y beneficios para nuevas inversiones en el crecimiento económico y laboral. En términos de la competitividad industrial la gran interrogante es si las empresas de la UE llevan el mismo paso que sus competidores (especialmente en EE.UU.) o si se están quedando atrás en aprovechar los beneficios de las inversiones en TI.

Ha habido un amplio debate en torno a la relación entre la ralentización productiva y la elevada inversión en TI; esta asociación se ha denominado la "paradoja de la productividad". Se han propuesto varias explicaciones, tales como problemas con la medición de la productividad, y el retraso en la reorganización necesaria dentro de las empresas para asimilar las nuevas tecnologías. Sin embargo, estudios recientes indican que paulatinamente se está resolviendo esta "paradoja de la productividad" y que empiezan a producirse beneficios sustanciales. No obstante, es más importante considerar las posibles implicaciones para el empleo y la competitividad que ello supone para la UE.

Productividad industrial e TI

Antes de 1973, el factor global de productividad en todos los países de la OCDE creció a una tasa anual de casi el 3% (OCDE, 1996). Entre 1974 y 1979 esta tasa descendió al 0,5%, y aunque a principios de los '80 experimentó un ligero ascenso a un poco más del 1%, volvió a caer al 0,8% entre 1986 y 1993. Esta ralentización contrasta con las 'grandes expectativas' de una mejora de productividad prometidas como consecuencia de la introducción a gran escala de la TI en los países de la OCDE durante este mismo período.

la ralentización del crecimiento de la productividad, especialmente en el sector de servicios, ha coincidido con la adopción de la TI

Se han llevado a cabo estudios agregados enfocados a los trabajadores del sector de la información (de 'cuello blanco') en una variedad de industrias (Roach, 1991). Aunque en el pasado, la inversión de capital en el trabajo de oficina no era muy alta, más recientemente el nivel de capital en TI por trabajador profesional ha comenzado a aproximarse al nivel de inversión de capital en bienes de producción por trabajador manual. Roach cita estadísticas que indican que en EE.UU. el rendimiento por trabajador manual creció en un 16,9% entre mediados de los '70 y 1986, mientras que el rendimiento por trabajador profesional disminuyó en un 6,6%

Se han realizado muchos estudios a nivel de la empresa que detallan los niveles de productividad en la fabricación y en el sector de servicios y el rendimiento de las inversiones en TI. La mayoría de ellos han servido para poner de relieve esta paradoja al atribuir a la TI un incremento mínimo, o incluso nulo, en productividad. No obstante, una multitud de informes señalan que la mayor parte de la ralentización productiva está concentrada en el sector de servicios, el cual ha aumentado de forma dramática su cuota total del empleo. Este fenómeno ha sido objeto de un amplio debate, y se han propuesto explicaciones a este problema.

La paradoja de la elevada inversión en TI y el bajo crecimiento de productividad puede deberse a ..

Explicaciones de la Paradoja de la Productividad

En general, las explicaciones de la aparente paradoja entre la inversión en TI y la productividad pueden agruparse en dos categorías: (1) medición errónea de los imputs y outputs; (2) retrasos debidos al tiempo de aprendizaje y adaptación en la gestión y reorganización de la empresa gerencial.

.. medición errónea de las salidas y entradas

La primera explicación apunta deficiencias en la investigación, y no en la práctica, como raíz del problema. Es posible que los beneficios de la inversión en TI hayan sido considerables, pero todavía no se ha establecido un modo adecuado para evaluar su verdadero impacto. Las formas convencionales de medición de la relación entre los imputs y los outputs no tienen en cuenta las fuentes no tradicionales del valor. Las mejoras en calidad, la satisfacción del consumidor, la oportunidad, etc. no están recogidas por las estadísticas, haciendo difícil medir el beneficio percibido. Este hecho es de especial relieve en el sector de servicios.

.. y los retrasos en llevar a cabo las reorganizaciones empresariales necesarias para conseguir las mejoras productivas

La segunda explicación tiene que ver con el hecho de que la 'información' es en realidad una cuestión de organización. O sea, es necesaria una reorganización de la gestión de la información, una reestructuración del trabajo y un proceso de adaptación antes de que las empresas puedan sacar el máximo provecho de los beneficios que brinda la TI. Las empresas, equivocadamente, han ido incorporando tecnologías nuevas utilizando prácticas operativas y estructuras informativas anticuadas. Si la estructura empresarial era muy ineficaz inicialmente, la introducción de la TI sólo sirve para aumentar los flujos de información y no su utilidad. Así, es preciso que la introducción de la TI vaya acompañada de un cambio estructural en la organización de la información.

Puede haber una analogía con los avances en productividad asociados con la transición a la electricidad

Siguiendo este argumento, un economista de Stanford (David, 1991) establece un paralelo entre la adopción de la electricidad y la TI. Sostiene que sólo al cabo de la transición de un entorno industrial basado en el uso del vapor a uno basado en la electricidad, proceso que duró casi 40 años, pudieron los países industrializados empezar a registrar aumentos en la productividad. Esto puede ser verdad de la TI, la cual, según un estudio del MIT (Brynolfsson y Hits, 1993) está destinada a ser uno de los elementos clave en el crecimiento para 1994 en adelante.

Esto cuadra perfectamente con el concepto del 'insumo humano' (OCDE, 1991). El insumo humano es la fuente de la productividad obtenida de la calidad de las relaciones y las interacciones entre los recursos humanos y otros elementos de la empresa, tales como las máquinas, las herramientas y el software. El papel del insumo humano, en cuanto a los métodos organizativos, la formación, el adiestramiento profesional, etc. ya no se percibe simplemente como una cuestión social, sino más bien como la esencia del proceso competitivo. Así, las industrias y los gobiernos deben asignar una alta prioridad al aspecto de los recursos humanos al adoptar tecnologías nuevas, especialmente la TI.

El estudio del MIT (citado más arriba) afirma poder identificar tasas de rendimiento tan altas como un 50 y 60% de la inversión en TI, en las industrias manufacturera y de servicios respectivamente. Los autores atribuyen la significación estadística de tales hallazgos no sólo al período de tiempo más reciente de sus datos, sino también al conjunto global de datos que les permitió estimar con mayor exactitud el rendimiento de todos estos factores.

Las empresas que prosperan introducen innovaciones no sólo técnicas sino organizativas también

Se deduce por tanto que aunque la medición errónea es un factor importante que debe tenerse en cuenta, hay evidencia de un sensible retraso en el proceso necesario de reorganización. Si bien la productividad está influida por muchos factores del sistema económico, también está claro que las empresas que combinen la adopción de tecnologías nuevas con cambios organizativos se beneficiarán de una productividad muy superior a la de las empresas que se limiten a la adopción de tecnologías nuevas. Las empresas que prosperan son las que no sólo utilizan tecnologías avanzadas sino que introducen innovaciones e invierten en la formación profesional de sus empleados. En general esto se apoya en los resultados de los muchos estudios llevados a cabo en diferentes países.

Implicaciones para el Empleo y la Competitividad en Europa: Fabricación

La disminución del empleo en la Industria Manufacturera comenzó en la década de los '70, y a principios de los '90 la pérdida de trabajo había alcanzado una tasa del 3% al año. Durante los '70 y los '80, se perdió más del 20% del empleo total en la industria manufacturera europea (OCDE, 1994). Es más, antes de 1973 la productividad de la mano de obra manufacturera creció a una tasa anual del 4,3%, frente a una disminución al 3,5% durante los '80 (OCDE, 1996).

No obstante, la reducción global en el empleo manufacturero no ha sido uniforme. Ha disminuido el empleo en las actividades de baja tecnología, bajo nivel de destrezas y bajos sueldos, frente a una expansión proporcional del empleo en las actividades de alta tecnología, alto nivel profesional y elevada remuneración. Estudios recientes indican que las empresas tecnológicamente avanzadas han registrado resultados superiores al promedio, mientras que las plantas de baja productividad reducían sus plantillas. Las industrias de mayor crecimiento de productividad son las que han creado más puestos de trabajo, al tiempo que en el pasado las innovaciones en los procesos técnicos en general han provocado un desplazamiento de la mano de obra (lo cual demuestra la cambiante relación entre la tecnología y el empleo en el sector manufacturero). También es evidente que las empresas que registran mejoras de productividad son las que se han sometido a los procesos necesarios de reorganización y aprendizaje . Cada vez más empresas afirman que las innovaciones organizativas no sólo son necesarias para la utilización eficaz de la TI, sino que son la clave de la competitividad también (L.A.Andreasen et al. 1995).

Industria de Servicios

El crecimiento del empleo en el sector de servicios en Europa ha subido paulatinamente desde los años '60. En 1994, el empleo en la industria de servicios era un 20% superior al de 1980, aunque el crecimiento a principios de los '90 fue mucho más lento que en los '80. Al mismo tiempo, el sector de servicios ha consumido más del 80% de la inversión de capital en TI en EE.UU. De hecho, el crecimiento del empleo en el sector de servicios ha sido más rápido entre las empresas que han invertido más en la implantación de tecnologías nuevas (OCDE, 1996).

Sin embargo, antes de 1973 el crecimiento anual de productividad en la industria de servicios era de un 2,5%, mientras que durante los '80 quedó prácticamente estancado, con una tasa anual de crecimiento del 0,8% (OCDE, 1991).

Aunque los pesimistas apuntan a una pérdida neta de empleo en el futuro ...

Durante los años '80, la elevada inversión en TI iba acompañada de un aumento de empleo en el sector de servicios y era considerada 'complementaria' a la mano de obra (si bien no hubo un aumento correspondiente de productividad). No obstante, ha habido recientemente una ralentización del crecimiento de empleo en el sector de servicios, desde casi un 2% en los '80 hasta un 0,5% entre 1990 y 1993 (dato empero que debe evaluarse a la luz de la recesión que tuvo lugar a principios de los '90 frente a la expansión ocurrida a finales de los '80). No obstante, existe el criterio 'pesimista' de que, con los incrementos recientes en productividad, puede haber comenzado en el sector de servicios un proceso de reestructuración y despidos ante la competencia internacional similar al que se produjo en el sector manufacturero. En cambio hay otros más optimistas que sostienen que la TI - las tecnologías sustitutivas de la mano de obra - influyen positivamente en el crecimiento del empleo en el sector de servicios. Los optimistas afirman que los servicios entran en una etapa de crecimiento nacida de las inversiones en TI, las cuales tienen una gran capacidad para estimular la demanda, bien mejorando la comodidad y la variedad de los servicios existentes, bien creando servicios totalmente nuevos.

... los análisis señalan la improcedencia de tal pesimismo

La evidencia es que a medida que se extiende la TI y sube la productividad, surgen nuevas demandas, con un aumento neto de puestos de trabajo. Sin embargo, hay un período inevitable de ajuste y transición. Este período de ajuste involucra una adaptación que es más amplia que la simple introducción de técnicas nuevas o la creación de productos nuevos. El cambio tecnológico debe ir acompañado de cambios organizativos e institucionales para que se absorba eficientemente y rinda su máximo potencial de creación de empleo. En particular, son esenciales unas estrategias de educación y formación adecuadamente enfocadas. La importancia del adiestramiento del trabajador es resaltado por el hecho de que no sólo ha habido una relación positiva directa entre la TI y la tasa anual de crecimiento de empleo, sino que se ha producido un cambio estructural en cuanto a una disminución del empleo de baja especialización en favor del empleo altamente adiestrado, tanto en la industria manufacturera como en el sector de servicios (OCDE, 1996).

En conclusión, la 'paradoja de la productividad' demuestra cómo, a medida que se difunden tecnologías tales como la TI, adquieren mayor relieve factores intangibles que con el tiempo se convierten en los determinantes principales de la generación del valor añadido, la prosperidad, el crecimiento, etc. Así, urge comprender la sinergia que existe entre la tecnología y el cambiante sistema económico. Está claro que para la industria y para el gobierno, las estrategias deben combinar iniciativas estructurales y de política social de cara a una economía mundial cada vez más dependiente de los conocimientos, como consecuencia de la difusión de la TI.

Palabras clave:

paradoja de la productividad, tecnología de la información, sociedad de la información, competitividad, industrias manufactureras y de servicios, empleo

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR