Régimen jurídico internacional de la prensa en los conflictos armados.

AutorCarlos R. Fernández Liesa
Cargo del AutorCatedrático del Área de Derecho Internacional Público y Relaciones Internacionales.
Páginas57-67

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1. La relevancia de la prensa en los conflictos internacionales

En la última década casi medio millar de periodistas han sido asesinados en zonas de conflicto. Los medios de comunicación son testigos incómodos de la actuación de las partes en los conflictos armados. En muchas ocasiones se les intenta silenciar o controlar, pero difícilmente se respeta su papel en ejercicio del derecho a la libertad información. Dentro del término prensa incluimos tanto a los periodistas como a los medios de comunicación. Los medios de comunicación envían corresponsales de guerra acreditados ante las fuerzas armadas o no. Las denominaciones técnicas o periodísticas varían (corresponsales, reporteros de guerra, periodistas, unilaterales) y los que acompañan a los ejércitos se les califica de empotrados (incrustados, integrados, encamados, embedded etc..)12.

La labor de la prensa en los conflictos ha cambiado. Actualmente, los avances tecnológicos permitirían casi una retransmisión de los conflictos, pero la opinión pública no podría soportar los horribles efectos de la guerra, lo que tendría una influencia en la opinión pública y en las posiciones de los gobiernos. Por ello la cobertura de los conflictos va a estar sometida a muchos controles.

Desde la Antigüedad hasta los tiempos modernos los gobernantes han utilizado a los cronistas que glosaban los méritos de los Ejércitos en las guerras. Relataban las guerras desde el mejor enfoque posible para el soberano al que servían, resaltando sus éxitos bélicos. Solo en tiempos recientes los periodistas y los medios de comunicación han empezado a tener otra actitud en los conflictos internacionales, al reflejar el sufrimiento, contar la realidad, mostrar las derrotas e influir a través de la opinión pública en las políticas gubernamentales.

En la Guerra de Crimea13(1854-1855) entre Inglaterra y Rusia la crítica de un periodista (W.H. Rusell) a la situación del ejército británico provocó una fuerte campaña de prensa contra su periódico (The Times). Desde entonces, en todos los conflictos la prensa ha tenido un papel más o menos señalado.

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El primer conflicto sometido a una gran presión mediática fue la guerra civil española. Periodistas y fotógrafos como Kapa14hicieron que la guerra se viese bajo la luz de los focos, con una nueva luz. La famosa foto del miliciano que acaba de recibir un disparo puede influir en la percepción de la guerra, en las ayudas a uno o a otro conteniente, en las posiciones de las partes enfrentadas o de terceros etc.. Lo mismo había sucedido en la guerra de Cuba, donde EEUU había preparado mediante sabotajes planificados a su opinión pública para que fuera favorable a la guerra. La noción de propaganda de guerra se hará sobre la base de este y de otros muchos precedentes, cuyo exponente máximo es Goebbels.

Primero la guerra fue radiada y transmitida por la prensa escrita. Desde la guerra de Vietnam la cobertura televisiva cambiará la percepción, al mostrar de manera mucho más directa los horrores. Desde los años ochenta, fundamentalmente desde la Guerra de las Malvinas (1982), pero también en la invasión de Granada (1983) o Panamá (1989) habrá un control exhaustivo de la información. En la primera guerra del Golfo (1981) casi toda la información televisiva estuvo controlada por el Pentágono. Sadam Hussein también supo utilizar a su favor a los medios de comunicación. Así, cuando el bunker Amiriyah fue alcanzado por los bombardeos Stealth invitó a los equipos de televisión extranjeros a grabar15.

La década de los noventa incrementó este fenómeno en los conflictos de Somalia, Bosnia, Ruanda o Kosovo, con distintos efectos y matices. Pero en todos los casos la prensa intentó ser utilizada al servicio de los intereses de los actores en conflicto. En Kosovo, por ejemplo, el Pentágono puso en práctica la doctrina según la cual el éxito de la guerra depende de la capacidad de control de la opinión pública y del dominio de la intensidad y orientación temática de las noticias a cargo de la cobertura informativa de los medios de comunicación social16. Distintas estrategias con similares objetivos se han utilizado en conflictos más recientes como Afganistán, Irak o Georgia. Todo esto muestra que la prensa es un actor relevante en los conflictos internacionales. Y que las partes en los mismos intentan influir en la prensa para favorecer sus tesis. La prensa en muchas ocasiones actúa a favor de alguno de los contendientes. Esta situación plantea muchas cuestiones jurídico políticas, algunas de las cuales vamos a analizar en los párrafos siguientes.

2. La contribución de los medios de comunicación a la paz y la prohibición de propaganda de guerra

Algunos instrumentos internacionales elaborados fundamentalmente en la UNESCO ponen de relieve la dimensión axiológica de los medios de

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comunicación y de los periodistas de la información. En esta línea destaca la Declaración de la UNESCO, de 28 de noviembre de 1978, sobre los principios fundamentales relativos a la contribución de los medios de comunicación de masas al fortalecimiento de la paz y la comprensión internacional, a la promoción de los derechos humanos y a la lucha contra el racismo, el apartheid y la incitación a la guerra. En esta declaración se considera que los medios de comunicación son un elemento esencial para difundir la información relativa a ciertos objetivos y principios de universal aceptación.

En este sentido los medios de comunicación son un factor esencial para el fortalecimiento de la paz y la comprensión internacionales (art. II.1). Además, al difundir la información sobre los ideales, aspiraciones, culturas y exigencias de los pueblos puede contribuir a eliminar la ignorancia y la incomprensión entre los pueblos, a sensibilizar a los ciudadanos de un país a las exigencias y aspiraciones de los otros, a conseguir el respeto y dignidad de todas las naciones, de todos los pueblos y de todos los individuos y a señalar los grandes males de la humanidad. Todo ello, se indica en la declaración, supone colaborar contra el racismo, el apartheid, la propaganda belicista y la reducción de las tensiones internacionales. La labor de los medios de comunicación debería ser un factor relevante para la paz.

En otro sentido desde antiguo el orden internacional se ha preocupado por el impacto negativo de los medios de comunicación en las relaciones internacionales y por su influencia en las guerras. Whitton realizó diversos estudios sobre las limitaciones que el Derecho internacional imponía a la Propaganda17, diferenciada de la mera información por el objetivo buscado: persuadir, no informar.

Desde siempre la propaganda fue utilizada por los Estados como un instrumento al servicio de los objetivos de la política exterior, no como un instrumento de información. En la doctrina española el profesor García Arias18 analizó diversos ejemplos históricos. Entre otros la leyenda negra contra España, campaña política de propaganda fomentada por Holanda; así como la utilización de la guerra de las ondas, en la segunda; la guerra psicológica, en la guerra fría, de utilización de la propaganda en la guerra o, en tiempos de paz, al servicio de los objetivos de la política exterior. Whitton, que señalaba que durante la guerra fría, la propaganda estaba sobrecalentada, llegó a decir que "no es una exageración afirmar que las dos armas letales más importantes en la historia mundial, y aquellas más peligrosas para la humanidad son el arma atómica y la propaganda radiofónica".

La denominada propaganda de guerra ha sido objeto de regulación internacional. Ya en la época de la sociedad de Naciones se convocó una conferencia internacional, celebrada en Ginebra, que redactó una convención sobre el

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uso de los medios de comunicación en la causa de la paz, de 23 de septiembre de 1936, firmada por 22 delegaciones (y ratificada sólo por siete Estados, entre los que no se encontraban EEUU, Japón, Alemania o Italia) y que durmió el sueño de los justos. En todo caso, establecía ciertas obligaciones en relación con las actividades de propaganda a través de la radio. Así, en el art. 1 se indicaba que se debían paralizar aquellas emisiones que incitasen a la población de un territorio a realizar actos incompatibles con el orden interno o la seguridad del Estado signatario. El art. 2 indicaba que las transmisiones no debían constituir una incitación a la guerra.

Después de la Segunda guerra mundial la Res. 110 (II), de 1947, de la AGONU condenó "toda propaganda destinada a provocar o estimular amenazas contra la paz, la ruptura de la paz o todo acto de agresión". Aunque esta resolución carecía de valor vinculante, siendo una recomendación, el...

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