Competitividad de las PYME de los Países Asociados Mediterráneos (PAM) en el Área Euro-Mediterránea

CargoIPTS-Universidad del Líbano, Beirut

Asunto: En los PAM (Países Asociados Mediterráneos), la contribución de las empresas pequeñas (0-9 empleados) y medianas (10-24 empleados) en la creación de empleo y el crecimiento sostenido es significativa. Dado que muchas de estas PYME operan en sectores tradicionales, se asume que el impacto de las Uniones Aduaneras y de un Área de Libre Comercio Euro-Mediterránea a partir del año 2010 será mayor en las PYME, en comparación con el impacto en las grandes empresas.

Relevancia: La creación de sistemas de apoyo tecnológico, así como la asistencia técnica y la formación por socios internacionales, especialmente de la Unión Europea, puede proporcionar claves para aumentar la competitividad de las PYME en los PAM. Esto podría servir de apoyo a la política industrial de muchos PAM que, a través de diferentes tipos de incentivos, pretende promocionar la creación de nuevas PYME y además estimular a las que ya están en funcionamiento.

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Introducción

Las PYME juegan un papel fundamental en el tejido socio-económico de los PAM. Su importancia como factores en la estabilidad económica y la cohesión social se reconoce cada vez más. Varias regiones son sede de diversas pequeñas y medianas empresas familiares con una tradición de siglos. Estas empresas son, pues, parte integrante de la textura de las comunidades locales en las cuales están enraizadas, y su continuidad a través de generaciones está asegurada.

En la mayoría de los PAM existe una innegable y sólida conexión entre el empleo y las PYME. Una explicación para esto podría residir en la histórica ausencia y la naturaleza divergente de las grandes empresas en estos países con respecto a Europa. En otras palabras, el papel jugado por las clases medias en la historia económica de cada PAM ha sido modesto en relación con la experiencia europea. El papel ha sido asumido por actores económicos tales como las élites locales que ejercían el poder militar o por empresas extranjeras insertas sólo marginalmente en el tejido socio-económico de los PAM en las últimas tres décadas. Debe también tenerse en cuenta, en este sentido, el papel del sector público como proveedor de puestos de trabajo e ingresos en los PAM, recientemente reducido. Esto podría reflejar la adopción de los diversos planes de ajuste, impuestos en estos países por el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial. Una de las condiciones necesarias para reabrir líneas de crédito exigía la reducción del papel del gobierno en la economía.

Con este marco, no debe por lo tanto sorprender que los gobiernos de los PAM consideren la creación de nuevas PYME y el desarrollo de las que ya se encuentran en funcionamiento como un aspecto clave de su política industrial. El creciente reconocimiento de la importancia estratégica de estas empresas para su economía queda también subrayado por la creación de organismos ad hoc. Algunos ejemplos son la creación en Argelia en 1992 del Ministerio de la Pequeña y Mediana Empresa, el establecimiento en Turquía de un departamento (KOSEGB) en el Ministerio de Industria y Comercio para tratar los problemas de las PYME locales, y la creación en Israel de la Autoridad de las Pequeñas Empresas.

Además, algunos países han dedicado esfuerzos significativos a las PYME para reconstruir sus sistemas de producción. Por ejemplo, Túnez implementó en Septiembre de 1995 su programa de mise à niveau (adecuación), que incluye una serie de medidas a largo plazo que implican a todas las áreas de la actividad económica, incluyendo las PYME. Muchos PAM han anunciado, incluso, como parte de sus planes de cooperación con las políticas de la UE, que el apoyo a las PYME está entre sus preocupaciones inmediatas, por ejemplo el punto 6.4 del documento aceptado por todos los participantes en la Conferencia Euro-Mediterránea de Ministros de Industria, celebrada en Bruselas el 20 y 21 de Mayo de 1996.

Nuestro objetivo no es presentar una lista completa de las medidas de apoyo a las PYME en los PAM, ya que, por ejemplo, algunas políticas pueden requerir una discusión en profundidad. Por el contrario, este artículo está enfocado hacia tres aspectos específicos relacionados con las PYME en los cuales creemos que nuestra contribución, tanto en términos de estadísticas como de observaciones, podría proporcionar nuevas evidencias empíricas del importante papel de estas empresas en las economías de los PAM, y proporcionar nuevos argumentos sobre algunos instrumentos y políticas para apoyarlas.

Estos temas pueden resumirse en:

La contribución de las PYME al empleo y sus características sectoriales.

Las políticas tecnológicas y los sistemas de innovación.

Los límites inherentes a la suposición de que los países de la orilla sur del Mediterráneo pueden aprender lecciones importantes de la experiencia del enfoque político de los "polos industriales" europeos.

Las PYME de los PAM y el empleo

Se han hecho dos esfuerzos en este sentido: recoger datos de ciertos PAM acerca de las pequeñas y medianas empresas, y armonizar la información.

Los datos sobre actividades económicas en los PAM son generalmente muy pobres comparados con datos similares de los países industrializados. Además, existe una dificultad especial para recoger datos sobre las PYME en los PAM, debido a su gran presencia en la denominada economía "sumergida".

A diferencia de la UE, los PAM en general no han definido todavía de un modo uniforme y preciso lo que entienden por una PYME. Los resultados de nuestra investigación indican que las estadísticas de la mayoría de los PAM definen una pequeña empresa como la que tiene menos de diez empleados, mientras que las medianas empresas se definen a menudo como las que tienen entre 10 y 25/50 empleados (hasta 24 en Jordania y Líbano).

Las diferentes definiciones de pequeña y mediana empresa adoptadas por la UE y los PAM hace difícil comparar las PYME de ambos conjuntos de países. La comparación de la categoría "pequeñas" podría realizarse mejor entre las microempresas de la UE (0-9 empleados) y las pequeñas de los PAM. Por otro lado, las empresas medianas de los PAM podrían compararse con las empresas pequeñas de la UE (10-25 empleados).

Las Tablas 1 y 2 que se muestran a continuación comparan los datos de las PYME en los PAM. En ellas se observa, para los países con datos disponibles, que las PYME tienen el mayor peso en Egipto, Jordania y Líbano (Tablas 1 y 2).

Las PYME se encuentran en todos los sectores de la economía de los PAM, y especialmente en los sectores con gran cantidad de mano de obra, como la agricultura, industria manufacturera y servicios, incluyendo comercio, turismo, transporte, etc. Por ejemplo, el 98 por ciento de las PYME turcas y el 96 por ciento de las libanesas se dedican a la manufactura. La concentración de PYME en estos sectores podría reflejar la escasez de tecnologías que ahorran mano de obra en los PAM.

Tabla 1. PYME en los PAM, en relación con el número total de empresas

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País

Empresas con menos de 10

empleados (%)

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Egipto

href="http://www.jrc.es/pages/iptsreport/vol25/spanish/MED3S256.html#1">(1)

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94,7%

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Jordania

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93,2%

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Líbano

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88%

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Franja de Gaza

href="http://www.jrc.es/pages/iptsreport/vol25/spanish/MED3S256.html#1">(1)

(Territorio Palestino)

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+56%

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Túnez

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42,3%

Fuente: Di Pietro, G. y Gómez y Paloma, S., 1998.

Tabla 2. PYME y empleo en los PAM

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size=2>País

Proporción de la mano de

obra del país empleada en PYME (%)

Proporción de la mano de

obra del sector industrial empleada en PYME (%)

face="Times Roman,Times New Roman" size=2>

Jordania

face="Times Roman,Times New Roman" size=2>

60,7%

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60%

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Líbano

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-

face="Times Roman,Times New Roman" size=2>

73,3%

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Marruecos

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48%

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60%

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Turquía

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56,3%

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-

Fuente: Di Pietro, G. y Gómez y Paloma, S., 1998.

Políticas tecnológicas y sistemas de innovación

Hasta la fecha, los sistemas de apoyo a la tecnología para las PYME en la mayoría de los PAM no han sido un fenómeno ampliamente difundido. Sin embargo, algunos de ellos han tomado algunas iniciativas importantes en esta dirección.

Egipto ha establecido varios Centros de Desarrollo Tecnológico y Empresarial para proporcionar servicios de consultoría, "marketing", y recursos humanos con objeto de promover el desarrollo de sus PYME. Túnez creó en 1994 el "Fondo para la Promoción y el Uso de la Tecnología", para promocionar proyectos de I+D en sus PYME. Turquía ha establecido dos parques tecnológicos a través de su Organización para el Desarrollo de la Pequeña y Mediana Industria, en Estambul y Ankara, que trabajan en estrecha colaboración con las universidades locales para fomentar la innovación en la industria. Y el Ministerio de Industria y Comercio de Israel coordina las "Incubadoras Tecnológicas", que proporcionan asistencia técnica a las PYME del país.

Se aducen habitualmente varias razones en favor de la adopción de un grupo restringido de medidas para promover la difusión de la tecnología entre las PYME, por ejemplo (i) establecer una colaboración más estrecha y eficiente entre las universidades, los centros de investigación y las PYME; (ii) mantener al día a las PYME sobre las nuevas tecnologías usadas en las diversas industrias; y (iii) conseguir un mayor conocimiento de las necesidades tecnológicas de las PYME.

En contraste, aquí se presta atención al impacto de la inversión directa extranjera (FDI) orientada a la tecnología en relación con las PYME. Dado que el volumen de FDI ha aumentado muy rápidamente durante las últimas décadas en los PAM, creemos que este asunto puede jugar un papel clave en el futuro próximo.

La sugerencia que hacemos aquí es que la FDI podría ser la raíz de dos tipos distintos de ventajas mutuas para las dos partes implicadas en el proceso.

La primera, ya bien reflejada en la literatura económica, se basa en el concepto clásico de transferencia de tecnología. Por un lado, invirtiendo en los PAM, las multinacionales podrían aprovechar la mano de obra local más barata y acercarse más a los mercados de los países anfitriones. Por otro lado, las empresas locales pueden mejorar a medida que entran en el mercado local empresas extranjeras que usan nueva tecnología, proporcionan asistencia técnica a sus proveedores y clientes locales, y forman a sus empleados locales. Como consecuencia, puede derivarse una difusión de la tecnología a partir de la FDI de las multinacionales.

El segundo tipo de ventaja mutua, ciertamente menos difundido en comparación con el primero, proviene de los posibles beneficios que los grupos empresariales extranjeros podrían obtener mediante el control de las empresas locales de alta tecnología. Estos se basan fundamentalmente en los beneficios que podrían obtener las multinacionales adquiriendo los resultados de la I+D de las PYME. De este modo se crea una relación simbiótica. Las PYME locales necesitan inversores extranjeros para crecer y acceder a las redes mundiales, mientras que estas últimas pueden obtener importantes beneficios del know-how de las PYME. Felsenstein (2) presenta evidencias de un significativo número de pequeñas empresas israelíes de alta tecnología, que tuvieron éxito en penetrar en las redes y mercados mundiales, gracias a inversiones directas extranjeras que financiaron sus gastos en I+D. La FDI es una ayuda considerable para las pequeñas empresas de sectores de alta tecnología, las cuales probablemente necesitan grandes recursos financieros para invertir en I+D para conseguir sobrevivir. Al mismo tiempo, las grandes empresas extranjeras podrían obtener ventajas explotando la tecnología local, y creando de este modo un flujo de doble dirección, con un gran componente de producción de tecnología por parte de los PAM.

La importancia de incrementar la presencia de la inversión extranjera para fomentar la innovación local también está claramente reconocida en Egipto. Este país ha venido abriendo sus puertas cada vez más al comercio extranjero y buscando activamente inversión extranjera, especialmente en el campo de la electrónica y la tecnología de la información (TI). Entre sus esfuerzos para fomentar la inversión, particularmente en el campo de la TI, el gobierno ha lanzado un programa de desarrollo tecnológico, ofreciendo incentivos muy atractivos para los inversores nacionales y extranjeros.

Las implicaciones políticas de esta situación son que los PAM deberían adoptar medidas destinadas a atraer la FDI, reduciendo de este modo los costes soportados por los inversores extranjeros. En este contexto, son elementos importantes la estabilidad del entorno macroeconómico, una infraestructura productiva y eficiente y sistemas de protección de la propiedad intelectual efectivos.

Exportación del modelo del polo industrial

El modelo del polo industrial, que se encuentra principalmente en el nordeste de Italia, es un sistema de producción que engloba pequeñas y medianas empresas localizadas en la misma área y especializadas en fases distintas pero interconectadas del mismo proceso de producción. Este tipo de división del trabajo "perfeccionada" (desde un punto de vista socio-económico) permite a las PYME de un determinado polo beneficiarse de las economías externas cuya principal ventaja es la de reducir la media de gastos generales, reduciendo los costes de información sin incrementar los costes de coordinación. La cooperación "intramuros" permite a las PYME de un mismo parque industrial acometer iniciativas conjuntas, como por ejemplo, en los campos de I+D y de la formación profesional, lo que ayuda a mejorar su perfil competitivo en el mercado mundial.

Varios gobiernos de los países hace tiempo industrializados (principalmente Alemania Occidental y Dinamarca), que cuentan con una amplia presencia de PYME, han perseguido políticas diseñadas para reforzar la cooperación entre PYME, usando como modelo el sistema de polos industriales italiano. Por ejemplo, el gobierno danés puso en práctica un programa de tres años (1989-1992) y 15 millones de dólares, para promover la interconexión de numerosas empresas pequeñas, tanto a nivel de producción como de organización. La concesión de créditos a empresas que quisieran cooperar en actividades conjuntas con otras empresas, la introducción del denominado intermediario de la red y la promoción de asociaciones de empresas locales, fueron los aspectos clave en la persecución de los objetivos fijados. Los datos oficiales del gobierno danés indican que el programa contribuyó a establecer hasta 150 redes, incluyendo alrededor de 1000 empresas.

Además, dejando a un lado la cuestión legítima de si los polos deben verse como el producto "natural" de la creatividad individual y hasta qué punto son el resultado de la promoción del sector público, quedan algunas dudas acerca de si el modelo de polo industrial puede exportarse a los países de la orilla sur de la Cuenca. Básicamente, estas dudas surgen de las siguientes consideraciones:

Las PYME en los PAM están altamente concentradas en el sector manufacturero y por lo tanto hay muy pocas en el sector servicios. La evidencia de la experiencia europea subraya la contribución fundamental de las empresas orientadas a los servicios al éxito del polo industrial. Dicho éxito depende directamente de la presencia de un número relativamente elevado de empresas de servicios, cuyas actividades son complementarias de las realizadas por otras empresas localizadas en la misma área. Para exportar el modelo de polo industrial es necesario un incremento en el número de PYME activas en servicios en los PAM.

Debido a que las asociaciones de productores en los PAM, cuya evolución histórica fue dificultada por el poder colonial, permanecen actualmente en un estado relativamente incipiente y por lo tanto débil en la mayoría de las industrias, la práctica y la cultura de la asociación, que es uno de los pilares de la génesis de los polos, está atrasada con respecto al modelo europeo.

La relación ente las empresas grandes y las PYME en Europa es extremadamente diferente de la que existe en los PAM. Históricamente, el establecimiento de un gran número de PYME en el nordeste de Italia proviene del proceso de reestructuración del triángulo industrial Milán-Turín-Génova. Éste estaba basado en la concentración de grandes plantas que cambiaron a una agrupación de PYME relacionadas entre sí, pero también con las grandes empresas. La mayoría de los empresarios de estas pequeñas empresas eran antiguos empleados de las grandes empresas y se beneficiaron de su anterior experiencia profesional para convertirse en los principales proveedores o subcontratistas de sus antiguas empresas.

La importancia estratégica de subcontratar el empleo en la industria manufacturera de Europa puede observarse en una encuesta realizada en 1991 por Eurostat, que muestra que en la industria textil y aeroespacial, las empresas relacionadas con grandes compañías a través de subcontratos representaban alrededor del 30% del total de la mano de obra en ambos sectores.

En los PAM, por otro lado, muchas grandes empresas pertenecen a multinacionales extranjeras que, aparte de una inversión de capital limitada y la contratación de un número a menudo reducido de mano de obra local, están completamente desconectadas del tejido socio-económico del país anfitrión. De hecho, sus relaciones organizativas y de producción se realizan predominantemente con su país de origen u otros países industrializados. Debido a que los inversores extranjeros ofrecen poca ayuda, las PYME se ven forzadas a buscar apoyo casi exclusivamente en el sector público, especialmente en áreas estratégicas como la I+D.

A pesar de todos los esfuerzos de los PAM hasta la fecha, la situación de sus infraestructuras es a menudo inadecuada. No hay duda de que sin su modernización, especialmente en cuanto a transportes y telecomunicaciones, será particularmente difícil para los gobiernos de los PAM realizar políticas orientadas a crear sistemas integrados de PYME, en los cuales la intercomunicación es de vital importancia.

Conclusión

Resumiendo, en este trabajo se argumenta que en los PAM (i) la escasez de PYME dedicadas a servicios; (ii) la relativa debilidad de las asociaciones de productores; (iii) la ausencia de una relación de interdependencia entre las PYME y las grandes empresas; y (iv) la inadecuada infraestructura, podrían conducir a la falta de efectividad de las políticas destinadas a reforzar la cooperación entre las PYME en un intento de transferir el modelo de polo industrial a los PAM.

Como alternativa al modelo de polo industrial, se sugiere que el "sistema de redes" podría ser útil para aumentar la competitividad de las PYME de los PAM. Los avances en tecnología de la información y transporte están haciendo más fácil y barato para las PYME contactar y establecer relaciones, incluso si están localizadas en áreas geográficamente distantes. Gracias al progreso tecnológico, la división del trabajo, vertical y funcionalmente, puede conseguirse también entre PYME situadas en cualquier lugar dentro del área euro-mediterránea. La interacción de distintas aptitudes para la innovación y el cambio de las empresas interconectadas, junto con sus especializaciones productivas, pueden generar importantes ventajas económicas para las PYME.

En un trabajo reciente (3) sobre la evolución de las relaciones comerciales entre los PAM y las regiones del sur de Italia en las industrias tradicionales, se argumenta que la significativa mejora en el comercio ocurrida en los últimos cinco años puede interpretarse como el resultado de una creciente cooperación entre las PYME localizadas en las dos orillas de la cuenca mediterránea. Los flujos comerciales muestran que las PYME de los PAM producen cada vez más productos acabados que requieren una gran mano de obra, comercializados en los mercados finales por empresas de la UE, así como productos intermedios para las empresas de la UE. La Asociación Euro-Mediterránea debería prestar atención a la identificación de medidas políticas, por ejemplo el proceso de desregulación en los PAM, capaces de estimular la creación de redes internacionales, uno de los pilares de las posibles estrategias de colaboración entre la UE y los PAM, Además, serían bienvenidos ejemplos de cooperación entre la UE y los PAM, en los cuales las actividades con menor valor añadido se localicen en las regiones más ricas, mientras que las de mayor valor añadido estén en las regiones más pobres.

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Palabras clave

área de Libre Comercio Mediterránea, pequeñas/medianas empresas, transferencia de tecnología, competitividad, desarrollo regional, zonas industriales, formación

Notas

  1. Sólo industrias.

  2. Felsenstein, 1997.

  3. Schiattarella, 1998.

Referencias

Bagnasco, A., Tre Italie. La problemática territoriale dello sviluppo italiano, Bologna, Il Mulino, 1977.

Bianchi, P., Partenariato Euro-Mediterraneo e Sviluppo delle PMI: verso una crescita condivisa attraverso la complementarietà, en Sviluppo delle Piccole e Medie Imprese, Workshop, Milán 4-6, junio 1996.

Brusco, S., Small Firms and the Provision of Real Services, en Industrial Districts and Local Economic Regeneration, Pyke, F. y Sengenberger, W. (eds.), ILO, Ginebra, 1992.

Di Pietro, G. y Gómez y Paloma, S., Piccole e medie imprese e modelli industriali nello spazio euromediterraneo, en Quarto Rapporto sul Mediterraneo (a cura di Amoroso B.), Federico Caffè Center, Universidad de Roskilde, Edizioni Lavori, Roma 1998.

Felsenstein, D., The Making of a High Technology Node: Foreign-owned Companies in Israeli High Technology, en Regional Studies, 31 (4), págs. 367-80, 1997.

Huggins, R., Technology Policy, Networks and Small Firms in Denmark, en Regional Studies, 30(5), págs.

523-26, 1996.

Schiattarella, R., Settori tradizionali, piccole e medie imprese ed integrazione con i paeso terzi mediterranei, en Quarto Rapporto sul Mediterraneo (a cura di Amoroso B.), Federico Caffè Center, Universidad de Roskilde, Edizioni Lavori, Roma 1998.

Contactos

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Sobre los autores

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Giorgio Di Pietro es Licenciado cum laude en Economía por la Universidad de La Sapienza de Roma y actualmente prepara su tesis doctoral en Economía en la Universidad de Roskilde (Dinamarca). Trabaja en la Unidad de TEC (Tecnología, Empleo y Competitividad) del IPTS.

Sergio Gómez y Paloma es doctor en Economía y Política Agrarias por la Universidad de Bolonia, máster en Economía del INA (París), máster en Empresas Agrarias (Milán) y titulado en Ciencias Agrícolas (Nápoles). Actualmente es colaborador científico en el IPTS y anteriormente fue profesor en la Universidad de Roskilde (Dinamarca), donde dirigió el Centro F. Caffè y fue director de estudios del máster europeo sobre Sociedad, Ciencia y Technología. Ha enseñado también en las Universidades de Bari y Cosenza. Sus temas de investigación son las ciencias económicas y sociales en un contexto meso-regional.

Simone Ghazi Tinawi es doctora en Ciencias Políticas por el Institut d'Etudes Politiques de París, máster en Ciencias Políticas y titulada en Ciencias Políticas y Administración Pública por la Universidad S. Joseph de Beirut. Actualmente es profesora en la Facultad de Economía y Administración de Empresas de la Lebanese University de Beirut y asesora parlamentaria de Nassib Lahoud, miembro del Parlamento de Líbano.

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