¿Se puede acabar con el spyware ilícito?

AutorPol Culubret
Cargo del AutorAsistente de investigación del e-business center PwC&IESE

¿Alguna vez se ha encontrado con iconos en su escritorio pertenecientes a programas que usted no ha instalado?, ¿barras de herramientas -toolbars- que aparecen espontáneamente en su navegador de Internet?, o cuando navega por la red, ¿le aparecen ventanas emergentes -pop-ups o pop-under- o se le redirecciona a páginas Web sin que usted pueda evitarlo? Si ha respondido afirmativamente a alguna de estas preguntas existe el 99% de posibilidades de que su PC esté infectado con un software espía -spyware-.

Spyware es un concepto general que se utiliza como cajón de sastre para agrupar todo aquel tipo de programa de ordenador que monitoriza las actividades del usuario del sistema en el que se encuentra instalado. El subtipo más extendido de este tipo de programas es el adware, una modalidad de programa espía con finalidades publicitarias que monitoriza las actividades del usuario en la red desde el mismo PC, y que en función de sus gustos y hábitos le presenta anuncios que pueden ser de su interés mediante ventanas emergentes o a través de redireccionamientos.

En la mayoría de los casos, la forma de entrada e infección de computadoras se basa en la distribución conjunta con programas gratuitos y aparentemente inocuos tales como salvapantallas, mascotas virtuales, utilidades de previsión metereológica etc. Así, durante la instalación de estas aplicaciones "gratuitas", el adware penetra en el equipo de la víctima y se acomoda en él de forma ubrepticia. A partir de este momento, esta aplicación se autoejecuta en cada inicio de sesión y desde un segundo plano va grabando las páginas que el usuario visita y las manda a servidores externos que a su vez remiten publicidad al escritorio del usuario.

Desde hace unos años existe un intenso debate en EEUU -país donde tienen sede la práctica totalidad de compañías de marketing que se dedican a la creación de adware- acerca de la licitud de tales programas. Ello se debe a que, la mayoría de casos, el usuario acepta contractualmente la instalación del código espía. El quid de la cuestión es que la información sobre los programas que se instalarán conjuntamente con la aplicación principal así como sus funciones de tratamiento de datos se encuentra escondida en extensas licencias de uso. Dado que en la práctica son pocas las personas que reúnen el tiempo y el coraje para afrontar su lectura, se da el caso de que mediante un contrato electrónico de adhesión -click-wrap- se acepta, sin que exista un efectivo...

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