Prólogo

AutorMª Raquel Belinchón Romo
Páginas13-16

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En tiempos de bonanza económica el panorama usual del derecho de obligaciones es, a los ojos del observador ajeno, pero también al de los concernidos, monocromático: todo se muestra bajo el atractivo brillo del color del dinero. Este singular y esencial instrumento del tráfico moderno de bienes y servicios, los financieros y su inmenso entorno quieren verlo convertido en valor universal y único de todas las cosas, servicios y también de esas costosas abstenciones con las que se manipula la competencia o se impide la presencia de bienes necesarios en el mercado a fin de o bien sostener los precios de un determinado producto o bien incrementarlos. Si el mercado entiende y se atiene solo al dinero, o peor, a ciertos dineros, la producción de bienes queda sujeta a la rentabilidad de la inversión y desprendida de las primeras y reales necesidades de los consumidores.

En tiempos de crisis, casi siempre financiera –a los efectos del trabajo que aquí presento resulta casi indiferente que la crisis provenga de la abundancia o escasez anómalas del dinero– el color del dinero pierde parte de su brillo –seamos sensatos, tan sólo parte– y los contratos estrella en el mercado popular de bienes y servicios, tanto en el tiempo ordinario como en el de bonanza –la compraventa y el préstamo a interés– pierden su carácter monopolista y ceden espacio a otros tipos contractuales nada estelares por sí mismos, pero sí capaces de mantener el tráfico y cubrir con cierta soltura las necesidades de intercambio, aunque sin la audacia de los primeros, el papel de esos contratos menores siguen siendo mantener el crédito y la solvencia que, en el campo de los boyante negocios financieros, tienden a ser confundidos.

Con la escasez y, todavía más, en las crisis, crédito y solvencia ganan nitidez y diferenciación, recobran su independencia conceptual y afinan los criterios de su necesaria interdependencia. Pues, en cualquiera de las situaciones, la

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insolvencia arrastra tras de sí al crédito. Desde el punto de vista subjetivo, que es el que de verdad interesa en los contratos civiles y mercantiles, la solvencia se tiene y el crédito se merece, si se gana la confianza.

La monografía que, con estas breves líneas, presento al amable lector trata de eso. Estudia una institución civil de uso relativamente poco frecuente en tiempos y situaciones personales de bonanza y se incrementa hasta llegar a ser de relativo uso cuando las crisis económicas, sociales o...

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