Prólogo
| Autor | Manuel Miranda Estrampes |
| Cargo del Autor | Doctor en Derecho |
Próximos a cumplirse treinta y cinco años de nuestro concepto de prueba jurídica, analizado principalmente con referencia al proceso civil, la monografía que prologamos ratifica nuestro concepto aplicándolo al proceso penal, enfocándolo a la luz del principio constitucional de la presunción de inocencia, lo que constituye un nuevo hito en la especialización en torno a la prueba que ha constituido una constante de la Escuela Barcelonesa de Derecho Procesal.
Son numerosos los aciertos de la monografía del doctor Miranda, en su doble faceta conceptual y práctica. Tanto su reducción a unidad de la prueba, tanto civil como penal; como la distinción entre diligencias de investigación, que se practican en la instrucción, y medios de prueba, únicamente posibles en el juicio oral para comprobar el ajuste a la realidad de las afirmaciones de las partes contenidas en sus escritos de calificación, acusación o defensa; cuanto la superación de la pese a la desfasada reiterada distinción entre la verdad material como fin de la prueba penal, contraponiéndola a la verdad formal como fin de la prueba civil, sustituyéndolas por la convicción judicial; o la justa delimitación del principio de libre valoración de la prueba, constituyen claros aciertos dogmáticos del autor que le permiten avanzar rectilíneamente por la solución de los múltiples problemas prácticos suscitados en materia probatoria.
Es imposible pasar revista a los numerosos temas analizados por el autor, hasta el punto de que su trabajo constituye un verdadero Tratado sobre la prueba penal, que analiza desde todas sus facetas, partiendo del principio general de que la prueba debe practicarse siempre en el acto del juicio oral, y analizando exhaustivamente, a la luz de la jurisprudencia constitucional, las excepciones a dicho principio, y muy especialmente los supuestos de prueba anticipada, y la lectura de diligencias sumariales irreproducibles o de declaraciones contradictorias.
Especial atención merecen al autor los supuestos más debatidos doctrinal y jurisprudencialmente, como los relativos al valor probatorio de las declaraciones de la víctima del delito, las de los coimputados y las de los testigos de referencia, deteniéndose principalmente en el análisis de los indicios, destacando su analogía y sus diferencias con las presunciones civiles, y poniendo de relive la importancia que reviste su análisis crítico por el juzgador a los efectos de destruir la presunción de inocencia.
Seguidamente...
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