El poder de la mirada

AutorGianfrancesco Zanetti
Páginas39-64
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1. EL PODER DE LA MIRADA
Was blind but now I see.
AMAZING GRACE
1. MIRAR SIN VER
El capitán John Newton era comandante de un buque des-
tinado a la trata de esclavos. Las condiciones del transporte
junto con el conocimiento del tipo de vida a la que aquellos
hombres negros estaban destinados (los que sobrevivirían al
viaje) podrían sugerir que los traficantes de esclavos no consi-
deraban a los negros africanos verdaderos seres humanos. Esta
idea no es necesariamente errónea, pero quizás analíticamente
perezosa e indebidamente reconfortante: porque, en cierta
medida, pueden estar en juego no sólo consideraciones de
antropología o de teoría de la «raza», sino también una con-
ciencia de otro tipo 1.
1 Sobre el slave trade, AUSTEN, R., African Economic History: Internal
Development and External Dependency, James Currey, London, 1987;
CHRISTOPHER, E., Slave Ship Sailors and Their Captive Cargoes, 1730-1807,
Cambridge University Press, Cambridge, 2006; RODNEY, W., How Europe
Underdeveloped Africa, Bogle-L’Ouverture, London, 1972; THORNTON, J., Afri-
ca and Africans in the Making of the Atlantic World, 1400-1800, Cambridge
University Press, New York, 19982 (en el trabajo se mantiene que en la tempo-
Gianfrancesco Zanetti
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Debe asumirse que los esclavistas ciertamente no veían a
estos hombres y mujeres como personas, como seres humanos
dotados de igual dignidad; de la misma manera se dijo que:
«En los antisemitas quizá el esquema social de la percep-
ción esté configurado de tal modo que no les permite ver a los
judíos como hombres. La tan oída afirmación de que los salva-
jes, los negros o los japoneses parecen animales, casi monos,
contiene ya la clave del pogrom» 2.
Pero no es igual de necesario suponer una conceptualiza-
ción consciente de este hecho, es decir, un deliberado «racis-
mo». La situación de los esclavistas, y de sus emociones, en
general, podían ser suficientes para crear las condiciones de
fondo capaces de motivar la posibilidad de determinadas accio-
nes y prácticas, así como de determinadas (aunque vulgares e
irreflexivas) «ideas» sobre los negros. Simplificando de manera
extrema, no parece que ellos tuvieran un particular «miedo» a
las posibles consecuencias para las acciones que cometían, o
que sintieran particular «vergüenza» al cometerlas 3.
Se puede resumir esta idea de más de una forma, como
todo susceptible de discusión, por ejemplo: «La esclavitud no
nació del racismo; más bien podemos decir que el racismo fue
la consecuencia de la esclavitud» 4.
rada analizada las personas deportadas fueron 50 millones). Otro libro signi-
ficativo es THOMAS, H., The Slave Trade: The History of the Atlantic Slave
Trade (1440-1870), Picador, London, 1997.
2 ADORNO, TH.W., Minima moralia. Reflexiones desde la vida dañada,
versión castellana de Joaquín Chamorro Mielke, Taurus, Madrid, 1988,
LXVIII, p. 104 (ed. or. Minima moralia. Reflexionen aus dem beschädigten
Leben, Suhrkamp, Frankfurt a.M., 1951).
3 Estas dos emociones —y su papel en los ordenamientos normativos a partir
de la noción de vulnerabilidad— se tomarán en consideración en el PÁR. 1.3.
4 WILLIAMS, E., Capitalismo y esclavitud, trad. Martin Gerber, Edicio-
nes Siglo Veinte, Buenos Aires, 1973, p. 20 (ed. or. Capitalism & Slavery (1944),
University of North Carolina Press, Chapel Hill 1994, p. 7: «Slavery was not
born of racism: rather, racism was the consequence of slavery»). Las tesis
históricas, de matriz marxista, de Williams, el «padre de la nación», y también

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