El papel ambivalente de los ciudadanos

AutorFrancesc Guillén Lasierra
Páginas56-60

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El hecho de que la policía haya de ser en este modelo un mero ejecutor de las órdenes del Gobierno, implica no sólo que no necesite tener una relación abierta y flexible con la población, sino que cuanta menos tenga mejor, ya que significa menos trabas, menos condicionamientos a la hora de ejecutar las órdenes recibidas. Es una muestra clara de estos planteamientos la cartilla originaria de la Guardia civil, aprobada por real Orden de 20 de diciembre de 1845, que instruía a sus miembros (art. 15) a relacionarse generalmente con los compañeros «para fomentar la estrecha amistad y unión que debe haber entre los individuos del arma»20, autorizando también, eso sí de manera subsidiaria, como si fuera una concesión (el texto dice «aunque también puede hacerlo con») que pudieran relacionarse con «aquellos vecinos de los pueblos, que por su moralidad y buenas costumbres sean apreciados y considerados por los vecinos del pueblo donde estuviere»21. La cartilla muestra claramente la necesidad de fomentar el espíritu de cuerpo, para favorecer el estricto cumplimiento de las órdenes ejecutivas, aunque también acepta (no fomenta ni promueve) que se relacionen con personas de buena reputación de las poblaciones en que presten servicio. Más contundente incluso en esta dirección era la citada Cartilla para el servicio que deben prestar las Escuadras de Barcelona. Su artículo sexto rezaba «No se familiarizará con el paisanaje, ni entrará en cafés ni en tabernas, sino cuando sea necesario para la aprehensión de delincuentes ú otros actos del servicio». El texto que tenía la pretensión de ser seguido a rajatabla por los miembros de las Escuadras de Barcelona parecía partir de la base que el contacto con la ciudadanía podía condicionar el cumplimiento de sus obligaciones concretadas en las órdenes

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del servicio que tenían que ser su único referente a la hora de intervenir22. De todas maneras, hay que convenir que, aunque esta instrucción se establece en el marco de un modelo gubernativo, también podría corresponder con la filosofía del modelo profesional, que es tan poco partidaria de la influencia del público en la policía como el originario modelo gubernativo.

Los ciudadanos no son para el modelo un elemento central, aunque tampoco resultan del todo irrelevantes. En primer lugar, el modelo no parte de la necesidad de establecer numerosos, permanentes y regulares canales de comunicación con los ciudadanos, que no dejan de ser gobernados, objeto de la acción del Gobierno y, por tanto, de la policía. Sin embargo, la policía facilitará información a la ciudadanía en la medida en que la ley lo requiera o las necesidades del servicio lo hagan necesario. Si los ciudadanos tienen el derecho legalmente reconocido a tener información sobre determinadas actuaciones policiales o los resultados de las mismas, la policía la...

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