El nuevo regionalismo.

AutorRamón Martín Mateo
CargoCatedrático de Derecho Administrativo.
  1. UNA PROBLEMATICA UNIVERSAL.

    El modelo de Estado nacional, una solución política de corta historia, parecía definitivamente asentado sobre bases centralizadoras.

    La consolidación de su trayectoria y la maduración de este sistema sólo era posible sobre la base de la liquidación del mosaico de microcosmos feudal y de la, eliminación. de los vestigios del Antiguo Régimen que sobre la base de particularismos políticos territoriales montados sobre lealtades de origen, señorial, se oponían a la aglutinación y homogeneización de grandes comunidades.

    De aquí que, sobre todo a partir de la Revolución Francesa, el centralismo se inscriba en el programa de las ideologías más avanzadas, es impulsado, por ejemplo, por el ala jacobina de la Revolución y más adelante por líderes políticos del tipo de Garibaldi que, de una u otra forma, van a marcar una tendencia centrípeta en el regimiento de los distintos Estados unitarios. Incluso los teóricos del marxismo verán con desconfianza el surgimiento de impulsos autonómicos en comunidades reducidas. Recordemos que las posiciones al respecto de Marx y Engels favorecían como etapa de transición la creación de grandes unidades nacionales, no obstante sus definitivas preferencias por el internacionalismo del movimiento de las clases proletarias.

    Desde otro punto de vista el nuevo sistema económico capitalista y empresarial, al que por cierto también consideraban los marxistas comparativamente un avance progresista y racionalizador, requería la superación de los obstáculos interiores enfrentados al liberalismo y la formación de grandes mercados nacionales que facilitasen la colocación de los productos y la expansión de la industria y el comercio. No es de extrañar, por tanto, que el liberalismo propiciara tendencias antifueristas y uniformistas y que se enfrentase, a menudo abruptamente, con oposiciones surgidas de medios no. urbanos en donde todavía se mantenían otros comportamientos económicos. Las soluciones descentralizadoras y federalistas van a tener acogida, fundamentalmente, en comunidades nuevas y de gran extensión territorial que no tenían que combatir de entrada situaciones preestablecidas históricamente.

    Puede sorprender por ello que, en estos momentos, a escala universal, al menos teóricamente, se replanteen los vigentes sistemas políticos y administrativos dándose entrada a la descentralización y al regionalismo. Efectivamente, en estos momentos la problemática regional, aunque todavía incipiente, aflora por doquier tanto en las naciones con grandes espacios como Estados Unidos, como en las que tienen territorios reducidos, Holanda, Bélgica y Suiza. La preocupación regionalista se inscribe en Estados de gran tradición centralista, caso de Francia, pero afecta también a soluciones federales, Suiza, Alemania y Estados Unidos, superimponiéndose a la distribución estatal.

  2. 1 Los factores determinantes.

    Vale la pena, por tanto, ahondar un poco en los factores que han impulsado estas corrientes actuales en cuanto que, sin duda, están presentes también en el caso español, en el cual, aunque aparecerán posiblemente complejidades adicionales, no por ello pueda sustraerse las grandes tendencias históricas.

  3. 2 La urbanización.

    Una característica rigurosamente original de nuestra era es la presencia generalizada del fenómeno de la urbanización. La aparición de las grandes. ciudades, el trasvase de poblaciones a los centros urbanos y su apoyatura sobre un armazón de infraestructuras y servicios, hace que el sistema urbano adquiera una importancia decisiva que ha de tenerse en cuenta ineludiblemente para cualquier tipo de organización de la convivencia.

    Es perfectamente detectable, con mayor o menor aproximación en todo territorio, el entramado de la urbanización y el sistema: de relaciones entre los distintos centros. La calidad e intensidad de los servicios ofrecidos y la importancia de la implantación económica determinan un complejo jerarquizado de ciudades que, nos guste o no nos guste, ha de ser tenido forzosamente en cuenta por cualquier planificador físico.

    Aparecen así las regiones urbanas cuyo mapa, si se trasparenta sobre el de las viejas regiones históricas o geográficas, coincidirá a menudo, pero, a...

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