Introducción
| Autor | Juan Pedrosa González |
| Páginas | 7-9 |
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La actual legislación en materia de Derecho del Trabajo se diferencia profundamente de la legislación que ha regulado, desde sus inicios, esta rama del Derecho. La diferencia salta de los textos en cuanto estos se leen; es evidente. La reducción de derechos que la nueva legislación laboral produce en aquellos sujetos de derecho cuyos ingresos derivan de la prestación de trabajo en régimen de ajenidad, también lo es.
Desde siempre, el Derecho del Trabajo se ha considerado como un Derecho que protege a los trabajadores, un Derecho que viene a aplicar el principio de favor laboratoris, principio que no se contiene en la legislación surgida de la Revolución liberal, que da lugar al Estado liberal de Derecho. La actual legislación del trabajo no viene a desarrollar ese principio de favor laboratoris, sino más bien todo lo contrario. En la nueva legislación laboral se favorece y se protege al empresario en vez de al trabajador, y la causa que legitima esta opción se dice que es el empresariado el que crea empleo y por tanto reduce el paro, de manera que facilitando la gestión de la actividad al empresario, se está favoreciendo a los trabajadores. Todo ello porque se entiende que la existencia de muchos hombres que trabajen para otros es bueno en sí mismo, y se olvida el rechazo que en otras épocas se sentía hacia el hecho de la explotación de los trabajadores por los empresarios, y la apropiación de la plusvalía generada por aquéllos en beneficio de éstos. El trabajo prestado para otro en régimen de ajenidad y dependencia es la única alternativa que tienen muchos hombres para sobrevivir en este mundo capitalista, y dada la inexistencia actual de otras alternativas, bueno es desarrollar ésta.
Sin embargo, el olvido del principio de favor laboratoris y su sustitución por el principio contrario no es la característica esencial de esta nueva legislación laboral, porque esto lo venía haciendo la legislación laboral desde hace varios años. La nueva legislación laboral no es la que ha convertido en historia pasada el principio de favor laboratoris, y por tanto, no es ésta la característica que la define.
De todas maneras, la diferencia entre la actual legislación del trabajo, y la antigua, es evidente, pero las razones técnicas de tal diferencia que-
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dan difuminadas en la niebla. En el presente estudio se intenta buscar esas razones técnicas que producen la diferencia que todos captamos, entre la nueva y la antigua legislación laboral...
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