Planificación y Gestión integrada del agua en las regiones del Mediterráneo

AutorM.N. Kayamanidou
CargoComisión Europea, DG XII

Asunto: La disponibilidad anual de recursos hídricos en el área mediterránea es muy desigual entre el Norte relativamente rico, e incluso sobreabundante, y el Sur y el Este con una pobreza que puede llegar a ser extremada. Un rasgo característico de este área es que el agua es una de las condiciones limitadoras para el desarrollo sostenible, para el aumento de la calidad de vida y para la paz. Reconocida la gravedad de la situación, es necesario considerar el desarrollo de soluciones adecuadas al tiempo que se trabaja sobre todos los factores responsables para reducir la presión y evitar un daño irreversible.

Relevancia: En la región mediterránea está aumentando la falta natural de uniformidad del suministro y de la demanda de agua debido al crecimiento de la población y a la intensificación de las actividades económicas humanas, especialmente en la industria, la producción de energía térmica y la agricultura de regadío. Esto afectará al éxito de la creación del Área de Libre Comercio Euro-Mediterránea así como a las perspectivas de desarrollo de la región. Se necesitan urgentemente respuestas adecuadas y planes de actuación por parte de la Unión Europea.

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El agua, un recurso limitado

El agua constituye ciertamente el centro de los ecosistemas y del desarrollo humano. Pero en las regiones mediterráneas el agua es de importancia crucial debido a que es bastante escasa, frágil, desigualmente distribuida y ampliamente explotada. Las cuencas hidrográficas se han fragmentado y también algunas de ellas están atravesadas por fronteras nacionales de modo que los recursos hídricos son comunes a varios países. Además, algunos volúmenes considerables de agua almacenados en acuíferos grandes y profundos en Libia, Túnez, Egipto y Argelia constituyen recursos no renovables y, por lo tanto, su uso no es sostenible.

La escasez va acompañada frecuentemente de una baja calidad, especialmente en el Sur donde el agua es a menudo de alta salinidad, lo que reduce su utilidad. En Túnez, el 26% de las aguas superficiales, el 90% del agua bombeada de las capas freáticas y el 80% de la de los acuíferos profundos tiene una salinidad superior a 1,5 g/l. El bombeo excesivo ha provocado la irrupción de agua de mar en el acuífero costero de Israel, una fuente esencial de agua dulce. Un 20% del acuífero está contaminado ahora por sales y nitratos de procedencia urbana y agrícola, y las autoridades en hidrología pronostican que, en los próximos cinco años, será necesario clausurar una quinta parte de los pozos de la costa.

Los recursos hídricos naturales y renovables están desigualmente distribuidos entre los países mediterráneos. Los cuatro países más ricos en recursos hídricos, Francia, Italia, Turquía y la antigua Yugoslavia, disponen de 825 km3/año, más de las dos terceras partes de los recursos de la región (1179 km3/año). Pero dentro de cada país, los recursos de agua también están desigualmente distribuidos. En España, el 81% de los recursos están localizados en la mitad norte del país; en Túnez, el Norte (que cubre el 30% del territorio) proporciona el 80% de los recursos del país; en Argelia, el 75% de los recursos renovables se concentra en el 6% del territorio situado en la línea costera del Mediterráneo.

En términos de población (1995), la disponibilidad anual de recursos de agua per cápita está muy desequilibrada entre el Norte, relativamente rico e incluso sobreabundante, y el Sur y el Este, pobres o extremadamente pobres. Mientras que Albania y los países de la antigua Yugoslavia disponen de unos 10.000 m3/año/habitante, las cifras para Malta, Gaza y Libia son en total inferiores a 100. Ocho países, con una población total de 115 millones de habitantes, se encuentran actualmente por debajo del umbral deseable de recursos de 1.000 m3/año/cápita. Naturalmente, surgen tensiones entre necesidades y recursos, particularmente si es necesario el riego. En seis países con una población de 28 millones (Israel, Jordania, Malta, Túnez, Libia, Gaza y Cisjordania), los recursos hídricos se encuentran por debajo del nivel de pobreza extrema de 500 m3/año/cápita.

Con el rápido crecimiento de la población y las posibles redistribuciones entre los países de la región, probablemente se reducirá aún más la disponibilidad per cápita en la zona. En Israel, la disponibilidad per cápita se habrá reducido a 190 m3/año para el año 2030, incluyendo unos 65 m3 de agua residual reciclada. En muchos países, el gasto de agua sobrepasa los límites de la renovación natural de los recursos y agota existencias que no pueden renovarse. Así, Libia está haciendo un uso masivo de sus aguas subterráneas "fósiles".

No se trata solamente de que la cuenca mediterránea se enfrente a problemas medioambientales significativamente graves, sino también de que los cambios ecológicos, económicos y sociales se están produciendo con mucha rapidez. Cada vez en mayor medida, el reto consiste en cómo adecuar las demandas de agua contrapuestas y en competencia en un medio ambiente "sometido a esfuerzo", y también proporcionar mejoras considerables a la región, un tema que desarrollaremos en el contexto de este artículo.

Exigencias para la política hidrológica

Todas las naciones de la región mediterránea han prestado una atención creciente tanto a los mecanismos administrativos corrientes existentes, como a la introducción de ordenaciones institucionales innovadoras, que contemplen los aspectos cuantitativos y cualitativos de sus recursos hídricos. En el contexto de los desarrollos conceptuales, metodológicos y administrativos y de las iniciativas políticas, se destaca particularmente la necesidad de planteamientos integrados; la movilización de recursos, de personal y de medios; y la incorporación de prácticas profesionales, nuevas o emergentes, y de innovaciones tecnológicas.

Como telón de fondo de la crisis respecto a los recursos hídricos y su utilización, se contemplan una serie de tendencias y desarrollos. Los factores en los que se fundamenta este contexto de urgencia incluyen:

la alta variabilidad del suministro de agua, produciéndose enormes fluctuaciones, exacerbadas por sequías o inundaciones periódicas;

disponibilidad decreciente de aguas subterráneas, combinada con la contaminación de gran número de acuíferos;

deterioro de la calidad del agua como consecuencia de las prácticas agrícolas intensivas y de los usos urbanos e industriales;

expansión de los desarrollos de usos agrícolas y de riego intensivo;

incremento de la preocupación por el medio ambiente y de las consideraciones sobre el ecosistema, incluyendo los cambios naturales y las alteraciones del entorno circundante provocadas por el hombre;

crecimiento rápido de la población y demandas de consumo significativas, especialmente como resultado de los desplazamientos desde las áreas rurales a las áreas urbanas;

dependencias hídricas transfronterizas, problemas de superposición y desplazamiento de límites políticos y administrativos que afectan a la distribución de aguas.

En el contexto de la creciente complejidad, interdependencia y vulnerabilidad de los recursos hídricos del Mediterráneo, existe una necesidad urgente de integración intergubernamental a través de la coordinación, la cooperación y la consolidación de:

las interdependencias hidrológicas en términos de usos (rural, urbano, industrial, recreativo, etc.) y de regímenes del agua (es decir, agua superficial y agua subterránea, calidad y cantidad); y

las interdependencias políticas tanto respecto a la coordinación horizontal en el espacio, como en la cooperación vertical entre los niveles de las unidades gubernamentales así como a través de las fronteras nacionales.

Si resumiéramos las transformaciones que están surgiendo en los recursos hídricos, tendríamos que destacar:

los avances conceptuales, incluyendo los paradigmas en materia de ecosistemas, sostenibilidad, complejidad, gestión predictiva, incertidumbre e interdependencia del medio circundante;

los avances metodológicos, especialmente los planteamientos multi-utilidad y multi-objetivo, los Sistemas de Apoyo a la Decisión, el Análisis de Riesgos y las implicaciones de las grandes capacidades informáticas que se están expandiendo rápidamente;

la movilización organizativa, expresada en nuevos mecanismos administrativos, ordenaciones institucionales, interés renovado por las cuencas fluviales, planificación de contingencias, resoluciones alternativas de las disputas, etc.;

los cambios contextuales, que representan toda la gama de problemas cuantitativos y cualitativos, presentes y futuros, las nuevas áreas de preocupación, las prioridades cambiantes, así como los posibles mecanismos sociopolíticos de intervención (incluyendo las políticas de precios y de demanda de agua).

El resultado final de todas estas consideraciones puede resumirse en tres Ces interrelacionadas: complejidad, o sea un proceso entrelazado de causas y efectos que da como resultado una incapacidad casi total para combatir cualquiera de los problemas; conflicto, con la presencia de un número creciente de grupos de interesados y de votantes que compiten entre sí; y control, o sea la necesidad de hacer frente y ajustarse a la complejidad, la interdependencia, las turbulencias, la incertidumbre y la vulnerabilidad de los grandes sistemas. En consecuencia, los desarrollos en cualquier entorno pueden considerarse como parte de un racimo de amenazas y de oportunidades para desarrollar políticas de recursos hídricos que reconozcan la necesidad de equilibrar tres dimensiones importantes:

  1. eficacia, o crecimiento en desarrollo material, de modo que pueda mantenerse una base sólida de suficiencia económica;

  2. equidad, o acceso justo a los recursos y al consumo para los diferentes segmentos de población a nivel nacional y también a través de los países que comparten el agua;

  3. efectividad, o significado total de cualquier política frente a la consecución de ciertos grandes objetivos sociales.

El régimen de gestión del agua: un reto para la Comisión Europea

En el Mediterráneo, la demanda de agua seguirá aumentando como consecuencia tanto del desarrollo económico continuado, como del crecimiento de la población. Al mismo tiempo, persistirán los grandes problemas de conservación del medio ambiente, y los patrones de ubicación, especialmente los de recursos hídricos compartidos, continuarán siendo exigentes y controvertidos. Las ordenaciones actuales de gestión del agua no están bien preparadas para enfrentarse con los nuevos espacios de planificación. Existe, sencillamente, una necesidad de movilizar recursos por encima y más allá de las fronteras convencionales de los países, de destacar los problemas de las interrelaciones y de las dependencias transmediterráneas y de una búsqueda fundamental para poner en marcha acciones en vez de realizar continuos estudios de diagnóstico.

La creación de un "régimen" de gestión del agua podría facilitar la aparición de acuerdos mutuos beneficiosos entre los actores locales o regionales, que garantizasen que los puntos de fricción no provoquen conflictos. Dicho sencillamente, los acuerdos hidrológicos transnacionales establecidos en el Mediterráneo llegarán a ser cada vez más primordiales y urgentes en un futuro próximo. Igualmente, la gestión integrada sobre los usos del agua y los límites jurisdiccionales son la clave de la sostenibilidad. Las condiciones clave para un reparto satisfactorio del agua siguen siendo las de la equidad de cualquier acuerdo y las de control de los recursos hídricos propios, ejercido por las partes afectadas.

La amenaza de carestías de agua, críticas y recurrentes, ha dado lugar a muchas declaraciones oficiales, como la "Declaration of the Mediterranean Action" de Génova (1985) y la "Mediterranean Charter for Water" de Roma (1992). Durante los años 90, se celebraron al menos otras dos conferencias ministeriales sobre el agua, con la participación de todos los países mediterráneos. Más recientemente, otros esfuerzos incluyen el encuentro de la Unión Europea en cooperación con sus países asociados mediterráneos, en Barcelona, en noviembre de 1995, estableciéndose la "Política de Asociación Euro-Mediterránea". Estos principios y objetivos son una extensión de anteriores Declaraciones a nivel del Consejo Europeo (Lisboa, Corfú, Essen y Cannes), y también parte del programa de cooperación internacional de la Comisión Europea a través del Cuarto y, ahora, el Quinto Programa Marco de Investigación y Desarrollo Tecnológico (RTD).

La investigación y el desarrollo relacionados con el agua han constituido una alta prioridad como se expresa en los esfuerzos de cooperación científica en programas como AVICENNE e INCO-CD. En el contexto de la cooperación científica y tecnológica entre la Unión Europea y los Países Asociados Mediterráneos han surgido tres líneas de acción: creación de capacidad, proyectos conjuntos de investigación y transferencia de tecnología. La mayoría de los proyectos de I+TD puestos en marcha en este contexto se dirigen directa o indirectamente a planteamientos de gestión exhaustivos, que pueden incluir una mezcla de consideraciones tales como las condiciones naturales (por ejemplo, aridez, cambio mundial); variedad de usos (riego, usos municipales, calidad del agua, control de efluentes, etc.); fuentes de suministro (aguas superficiales, aguas subterráneas, aguas mixtas); consideraciones tecnológicas (tratamiento y reutilización de aguas residuales, desalinización, uso de energías renovables, etc.) y condiciones socio-demográficas (como crecimiento de la población, urbanización, industrialización, etc.).

Estos programas promueven en gran manera la I+DT sobre el uso eficaz de los recursos de agua, así como sobre la optimización de la utilización del agua por los diferentes usuarios. Hasta ahora se han obtenido resultados importantes pero indudablemente se necesitan más investigaciones. Sin embargo, en la actualidad, la principal deficiencia en la mayoría de los países de la región no es una falta de conocimientos, sino más bien, de planificación, formación y especialización práctica, transferencia de nuevas tecnologías y aplicación de las reglamentaciones existentes.

Conclusiones

Esencialmente, la planificación y gestión de los recursos de agua debería combinar un equilibrio espacio-tiempo-cantidad-calidad. Repetir simplemente que la Cuenca Mediterránea es un área con problemas de agua que exigen la consideración de factores naturales y socio-económicos ya no resulta suficiente. Lo que debe considerarse es un planteamiento conjunto para los problemas de cantidad y de calidad del agua, así como las características climáticas únicas de las zonas áridas y semiáridas que provocan que el entorno sea mucho más vulnerable a los ataques medioambientales. Además, la integración deberá reflejar los problemas que plantean los retos de las aguas transfronterizas y las políticas y mecanismos de ejecución que transcienden las fronteras administrativas artificiales. Ningún país de la región puede ser económica y socialmente estable si no dispone de un suministro de agua suficiente. Pero los suministros de la región son tan ajustados que solamente un reparto equitativo de los recursos hídricos permitirá el desarrollo sostenible.

La puesta en común de los conocimientos, la transferencia de tecnología y la cooperación internacional a todos los niveles posibles son los ingredientes esenciales de las políticas hidrológicas coordinadas, imaginativas y con visión de futuro. Es evidente que la gestión del agua debe integrar ahora nuevos valores ecológicos y criterios de sostenibilidad más amplios. Tanto los nuevos valores socio-ecológicos como la búsqueda del desarrollo sostenible requieren más información, conocimiento y criterio lo que, en muchos aspectos, nos obliga a considerar los retos del riesgo y de la incertidumbre que implica un medio ambiente que está cambiando rápidamente. En la planificación y política de I+DT se han puesto de manifiesto tres temas principales que requieren un desarrollo posterior:

La necesidad de nuevos paradigmas que incorporen la preocupación creciente por la sostenibilidad, los indicadores sociales del desarrollo y la conservación del ecosistema; el desplazamiento hacia la integración multidisciplinar; una transformación percibida desde la crisis hacia la gestión de riesgos; y planteamientos imaginativos para consideraciones complejas mejor que preocupación exclusiva por sistemas lineales jerárquicos.

La comprensión de nuevos contextos, que reflejan la complejidad y rapidez del cambio, nuevos regímenes transfronterizos, globalización e interdependencia; el cambio mundial y las anomalías climáticas que exigen nuevos modelos conceptuales y propuestas teóricas;

La aparición de nuevas metodologías, dirigidas hacia los impactos y consecuencias de tipo acumulativo, sinérgico y diacrónico de los factores naturales y de los factores humanos; la aparición de Sistemas de Apoyo a la Decisión (como GIS y sistemas expertos) que combinan datos, información y enjuiciamiento; aprovechamiento de las grandes capacidades informáticas y de los nuevos modelos complejos multifactoriales, en rápido crecimiento; mejora de la evaluación de riesgos y de los análisis de vulnerabilidad; esquemas amplios e integrados de gestión, análisis de redes y movilización organizativa; escenarios predictivos, planificación de contingencias y expansión de opciones políticas.

Este es el contexto político. Las iniciativas hidrológicas de la Comisión Europea en el Mediterráneo, combinadas con las actividades de cooperación internacional del Quinto Programa Marco, pueden constituir una herramienta eficaz que proporcione avances dinámicos en la futura investigación de la gestión integrada del agua.

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Palabras clave

políticas de la UE, gestión integrada del agua, investigación de políticas hidrológicas, desarrollo sostenible, reparto equitativo del agua, iniciativas políticas, política hidrológica mediterránea

Referencias

Vlachos, E., Comparative Perspectives on Water Resources: Building Agendas for the 21st Century, Ponencia presentada en la Institutonal Dimensions of Water Resources Management Conference, Lisboa, Portugal, Julio de 1995.

Naiman, R. J., et al., The Freshwater Imperative, Island Press, 1995.

Vlachos, E., Sociocultural Dimensions of Water Resources in the Mediterranean, Ponencia presentada en la Conferencia Mediterránea del Agua, Valencia, España, Mayo de 1997.

Postel, S., Last Oasis, Norton & Company, 1997.

Margat, J., L’eau dans le bassin Méditerranéen, Plan Bleu, Economica, 1992.

Water Resources Management, Ponencia de Política del Banco Mundial, 1993.

Kayamanidou, N. M. y Siccardi, F., Water in the Mediterranean: Collaborative Euro-Mediterranean Research, En preparación, Comisión Europea.

Contactos

Marita N. Kayamanidou, Comisión Europea, DG XII

Tel: +32 2 29 58389, fax: +32 2 29 66252, correo electrónico: marita kayamanidou@dg12.cec.be

Sergio Gómez y Paloma, IPTS

Tel: +34 95 448 83 58, fax: +34 95 448 83 26, correo electrónico: Sergio Gomez-y-Paloma@jrc.es

Sobre la autora

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Marita Kayamanidou es responsable de la Cooperación Euro-Mediterránea en C&T en la Comisión Europea (DG XII) y del Programa de Cooperación en Ciencia y Tecnología del Agua del Programa Internacional de Cooperación de la UE con Países en Desarrollo. Es licenciada en Ciencias de la Tierra por la Universidad Aristotelion de Tesalónica y tiene el doctorado en Geoquímica por la Universidad Pierre et Marie Curie de París. En la actualidad trabaja principalmente en políticas de gestión integrada del agua, tecnologías de tratamiento de aguas residuales y reutilización de aguas residuales.

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