La información política en los periódicos españoles: análisis del contenido y análisis del discurso

AutorSalvador Enguix Oliver
Páginas171-191
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La información política en los periódicos españoles:
análisis del contenido y análisis del discurso
SALVADOR ENGUIX OLIVER
UNIVERSITAT DE VALÈNCIA
1. Introducción y marco teórico
Una de las premisas fundamentales de la investigación sobre el papel de los me-
dios en las democracias actuales establece que el periodismo político es una ins-
tancia fundamental como generador de opinión pública. Surge así la idea del pe-
riódico como actor político, clave para el control de los poderes públicos en la
medida en que puede «afectar al proceso de toma de decisiones en el sistema
político» (Borrat, 1989: 10). El periódico (los medios en general), al poner en
manos de los ciudadanos noticias e informaciones sobre el acontecer político,
coloca a estos en condiciones de desempeñar un papel más activo, que puede ser
determinante para el funcionamiento de las democracias (Wolton, 1995; Neveu,
2002; McNair, 2003; Muñoz-Alonso, 2004; Strömbäck, 2005).
No obstante, la transmisión de esa información política maneja múltiples va-
riables, propiciando, como es sabido, distintos modos de relación entre medios e
instituciones políticas (Strömbäck, 2005), pero también distintos posicionamien-
tos de los medios ante la información que difunden. Confluyen en este punto
nociones teóricas diversas, como las de «paralelismo político» (Seymur-Üre, 1974;
Hallin y Mancini, 2004; van Kempen, 2007; Casero-Ripollés, 2009, 2014), «plura-
lismo polarizado» o «bipolarización antagónica» (Sampedro y Seoane, 2008; Ló-
pez García, 2011; Casero-Ripollés, 2012, 2104).
El paralelismo político alude a la confluencia de intereses entre cierto medio
de comunicación y cierta institución política, entre prensa y partidos. Las investi-
gaciones comparadas desarrolladas por Hallin y Mancini (2004), sobre el funcio-
namiento de los medios en 18 países de Norteamérica y Europa Occidental de
fines del s. XX e inicios del XXI, diferenciaron tres modelos básicos de manifesta-
ción de este paralelismo: 1) el modelo liberal del Atlántico norte; 2) el modelo
democrático empresarial de Europa central y septentrional; y 3) el modelo plura-
lista polarizado de los países mediterráneos. En este último modelo, el Estado
tiene un papel activo en el sistema mediático, los medios mantienen cierta inte-
gración en la política de partidos, los medios privados están menos desarrollados,
y el grado de profesionalización periodística es también menor; el protagonismo
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en la creación de opinión pública es mucho mayor para los medios audiovisuales
que para la prensa, que por lo general está orientada a las élites y es de tirada
relativamente corta.
Para el ecosistema comunicativo español, diversos trabajos de los últimos años
han analizado las peculiaridades de esta situación tanto en prensa (por ejemplo
López García, 2004, 2011; Casero-Ripollés, 2009, 2012; Martínez Nicolás et al.,
2014) como en televisión (Humanes et al., 2013). Mientras los análisis sobre tele-
visión concluyen que no puede establecerse un paralelismo evidente entre em-
presas y estructuras políticas (salvo Intereconomía y La Sexta, y salvo en asuntos
puntuales de especial relevancia), los estudios sobre prensa escrita vienen descri-
biendo un panorama bastante estable que se inserta en el modelo global de plura-
lismo polarizado y que se describe directamente como una bipolarización anta-
gónica (Sampedro y Seoane, 2009) o polarización bipartidista (López García, 2011);
en general, para los años del bipartidismo consolidado desde la Transición, en
España se asume un alineamiento de El Mundo en contra del PSOE y a favor del
PP, y de El País con el PSOE. Otras visiones más globales caracterizan estos ali-
neamientos en términos económicos, de manera que hace un lustro se diferen-
ciaban, en el ámbito nacional, dos grandes grupos de comunicación: «por un lado,
el polo PRISA (El Pa ís, As, Cin co días , SER, Cuat ro) y por otro el de El Mundo (El
Mundo, Expansión, Marca, Radio Marca, Veo TV). Afín al PSOE el primero, y al
Partido Popular, el segundo» (De Miguel y Pozas, 2009: 43).
El análisis de los mecanismos concretos que utiliza el texto periodístico para
introducir estos alineamientos nos lleva a otras nociones clásicas como «estable-
cimiento de agenda» (McCombs y Shaw, 1972), «encuadre» (Entman, 1993; Scheu-
fele, 1999, 2000) y «preactivación» (Scheufele, 2000; Scheufele y Tewksbury, 2007).
Como puede apreciarse, mientras los conceptos de paralelismo o bipolarización
apuntan a una descripción de los propios medios de comunicación, la agenda, el
encuadre y la preactivación se refieren a la naturaleza de las informaciones polí-
ticas publicadas y a sus efectos cognitivos en las audiencias; para Scheufele y Tewks-
bury (2007: 10) estos tres conceptos sustentan «the latest paradigm shift in politi-
cal-communication research».
En este trabajo analizamos algunas de las herramientas que manejan los me-
dios para forjar la posible alineación o distanciamiento entre prensa y estructuras
de poder (en concreto, en prensa escrita), mediante un análisis que recurre a no-
ciones del análisis del contenido y del análisis del discurso. Nuestra hipótesis es
que la integración de estos dos enfoques teóricos resulta posible si distinguimos
dos niveles en el tratamiento de la información: un nivel informativo, determina-
do por los aspectos de contenido (temas) y publicación (superficie, extensión,
ubicación, género periodístico); y un nivel textual o discursivo, determinado por
categorías bien desarrolladas en la teoría discursiva como la intencionalidad de los
actos de habla (ilocutividad), la cita política (intertextualidad) o el tipo de texto.
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