Hacia una integración real de la inmigración en la sociedad receptora

AutorEmilia Santana Ramos
Cargo del AutorUniversidad de Las Palmas de Gran Canaria

1. Integración del inmigrante y control de la inmigración

La inmigración constituye uno de los fenómenos sociales de enorme repercusión en el Estado y en particular, en las Islas Canarias. El concepto de inmigración hace referencia al hecho de inmigrar, es decir, de entrar a residir de forma temporal o permanente en un país que no es el de origen. A pesar de que el termino "inmigrante" conduce de forma errónea al concepto de marginalidad, no siempre sucede así.

En principio los movimientos migratorios se pueden producir por muchos y distintos factores que influyen en el individuo para trasladarse a otro país que no es el suyo. Entre ellos se podría destacar la motivación familiar, la perspectiva laboral, económica, o bien el aspecto socio cultural. En definitiva aquellos elementos que pueden maximizar el bienestar personal. Muchos habitantes de los países que hoy son origen de la emigración son a su vez descendientes de antiguos emigrantes del país al que en la actualidad desean volver. La desigualdad económica no es un fenómeno nuevo de nuestros días. Es un fenómeno que se ha dado siempre y que ha provocado las tendencias a cambiar los lugares de residencia de las personas. Aunque estas tendencias resulten acentuadas hoy por la intercomunicabilidad del mundo y el conocimiento de los distintos países, al margen de las causas estrictamente económicas que en nuestros días determinan, ciertamente, el sentido de todo el proceso migratorio en un sistema globalizado.

Las tendencias históricas a cambiar el lugar de residencia hacen que la personalidad de un determinado pueblo sea muchas veces el producto de un mestizaje cultural, de las aportaciones culturales de individuos que procedían de tradiciones muy distintas, entendiendo por cultura una forma particular de gente, de vida, de formación, de educación, que son además realizadas por el hombre para llevar a cabo su convivencia. El pueblo canario conoce muy de cerca lo que significa el término de la emigración, pues desde tiempos inmemoriales ha sido receptor de pueblos y culturas que han ido incorporando poco a poco usos y costumbres que se han consolidado como parte integrante de la idiosincrasia del pueblo canario.

Esta entrada y salida de culturas ha hecho que Canarias sea un pueblo abierto y global, con capacidad de adaptación de aportaciones de gran ilustración.

Por otro lado, podríamos decir que Canarias concretamente no sólo ha sido tierra de acogida, sino que debemos recordar que fue esta misma población la que en tiempos difíciles se dispersó por distintos países porque en el suyo apenas podían sobrevivir y prueba de ello es el progresivo retorno de canarios y descendientes de canarios que en su día salieron de su país con el sueño de una vida mejor, y que hoy estén intentando salir de países como Argentina, Cuba o Venezuela entre otros por la difícil situación que en este momento se está respirando.

Hoy nos encontramos, por tanto, la situación de que personas que han nacido y han desarrollado toda su vida en un determinado lugar conviven de hecho con otros originarios del mismo lugar pero que han desarrollado gran parte de su vida en el extranjero, volviendo a su lugar de origen una vez que las circunstancias económicas han cambiado considerablemente, en muchos casos con familias formadas en el extranjero cuyo único punto en común con su nuevo lugar de residencia es precisamente la figura del que en el pasado fue emigrante. Y conviven también con otras personas que llegan angustiadas por una necesidad económica a una tierra con la que en principio no tienen ningún punto de contacto, intentando integrarse en ella y resolver de la mejor manera posible sus problemas de supervivencia.

Hay, por consiguiente, inmigrantes familiarizados de algún modo con su nuevo lugar de residencia (sobre todo es el caso de los familiares y descendientes de quienes siendo originarios del mismo país se embarcaron en otro tiempo en la aventura de la emigración) e inmigrantes ajenos por completo a la cultura de los países en los que se instalan. Los problemas de integración de los inmigrantes son en este sentido bastante diferentes, porque los dos grupos de inmigrantes van a ser tomados en consideración de manera muy distinta por la sociedad que los recibe.

El ejemplo del problema de la inmigración en las Islas Canarias es perfectamente trasladable a otros lugares que son en la actualidad receptores de inmigración, aunque en las Islas Canarias resulta muy visible por las particularidades específicas del pasado y del presente del archipiélago.

A su vez, dentro del colectivo de los inmigrantes más o menos familiarizados con la cultura del país en el que entran a residir, están los inmigrantes que tienen su situación administrativa perfectamente regularizada y quienes no la tienen. Estos últimos aspiran normalmente a tenerla. De hecho, muchas veces se instalan en el país receptor a la espera de que surjan regularizaciones de inmigrantes que les permitan integrarse formalmente en el Estado que les acoge. Pero una cosa es la integración formal y otra muy diferente la integración real del inmigrante en lo que para él es siempre una sociedad nueva.

La condición de extranjero ajeno al país en el que se pretende establecer es por tanto el primer obstáculo que se encuentra para la integración de los inmigrantes que solo podrá superarse si se dan las condiciones que tiene en cuenta el Estado a la hora de permitir la entrada en el país de extranjeros con su situación administrativa regularizada y de regularizar la situación de quienes ya se encuentran instalados de hecho en el mismo. Como dicen Gabriela Malgesini y Carlos Giménez: "El Estado moderno se ha otorgado el derecho exclusivo de decidir quién y cómo puede pertenecer a la comunidad política del estado - nación como ciudadano/a. Así pues, la primera barrera a la integración son las fronteras y las condiciones que se imponen para cruzarlas; no tiene sentido hablar sobre la integración de los inmigrantes en una sociedad cuando antes de residir dentro de ella, éstos adquieren un status marginal. Por lo tanto, son las políticas de control de inmigración de cada Estado las que deben considerarse como primer reflejo...

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