Guarino, A.: Storia del diritto romano
| Autor | Aquilino Iglesia Ferreirós |
| Páginas | 1094-1098 |
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El valor de una obra no siempre puede medirse por el número de .sus ediciones, pero sí su aceptación entre el público lector. Al saludar la cuarta salida de esta Storia del Diritto romano, del profesor Guarino, ordinario de Derecho romano en Ñapóles, constatamos al mismo tiempo el amplio eco favorable que la misma ha obtenido siempre entre los estudiosos del Derecho romano, por su «equilibrio entre el rigor del dato y la fluidez y el ritmo necesarios a toda relación histórica», como puso de relieve, al recensionar la primera edición de esta obra, Arias Bonet en las páginas del «Anuario Español de Historia del Derecho», y el ininterrumpido favor del público.
Pero el hombre, mientras vive, tiene que hacer constantemente su propia vida, que va plasmando en cristalizaciones sucesivas, que constituyen los hitos de su vivir. Como una ostra perlífera que al sentirse irritada por un cuerpo extraño produce la gema anhelada, el historiador se siente inquieto ante los problemas que se le plantean en sus investigaciones -«estudiad problemas», amonestaba lord Acton a los historiadores-, y en esa lucha por sosegar su ánima cristalizan las obras históricas. Pero al hablar de cristalización estamos quizá ya traicionando el verdadero sentido del quehacer histórico, que es siempre una obra abierta, aunque no exactamente en el sentido de Eco, necesitada de ulteriores perfeccionamientos. La actividad del historiador podría equipararse a la del tímido galanteador que, progresivamente, se va acercando al objeto amado, embargado siempre por el temor de errar y ver esfumarse entre sus manos lo que pensaba haber ya conquistado. Guarino, como la princesita de nuestros cuentos infantiles, pese a haber recubierto con innumerables edredones de suavísimo plumón sus problemas, no logra sosegar su ánima, y cada nueva edición de su conocida obra es un intento de satisfacerse, más que de satisfacer. Podríamos decir, con el autor, que con el correr de los años se crean nuevos problemas mientras se renuevan los viejos, solicitando nuevas reflexiones.
En esta dirección dos momentos principales deben ser fijados en la vida de esta obra: el correspondiente a su salida inicial y el que coincide con la aparición de su tercera edición, que supuso no sólo modificaciones en la exposición, sino también un cambio en la estruc-Page 1095tura de la obra (vid. para una valoración exacta y breve de estos cambios IURA 15, 440-441). Precisamente sobre estas dos ediciones se ha concentrado la atención de los romanistas. La primera apareció en el año 1948 (vid. las recensiones de Arias Bonet, AHDE 19, 762-765; Kaser, SDHI 13-14, 380-390; Gaudemet, IURA 1, 378-384), mientras la tercera corresponde a 1963 (vid. rec. de Da Nobrega, Romanitas 6-7, 483-484; D'Ors, Labeo 10, 116-120, centrada principalmente sobre la periodización ofrecida por Guarino; Crifó, Latomus 23, 414-415; Sánchez del Río, Temis 13, 188-189). Pero no debe considerarse, sin embargo, a la segunda edición, aparecida en 1954 (vid. rec. de Filhol, Latomus 15, 433-434), una simple reedición de la primera, pues ésta había sido sometida a una amplia reelaboración.
Tampoco la amplia edición se trata de una simple reedición. Su autor no ha dejado de matizar, completar y retocar muchas de sus afirmaciones, pero además, en la fortuna y contenido de este libro ha iniciado igualmente la existencia de otras obras suyas. La aparición en 1968 de su L'esegesi delle fonti del Diritto romano (vid. rec. de Valiño, AHDE 38, 698-699) hacia innecesarias algunas páginas de su Storia. aquellas dedicadas a «La cognizlone e lo studio del Diritto romano», que constituían el capítulo VII en la tercera edición, y que ha debido provocar asimismo la desaparición del capítulo VT de la misma edición, «profilo sistemático del ius privatums>, por haber recibido un más amplio tratamiento en otras obras del autor.
La estructura actual...
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