Perpiñá Grau y el concepto de ?infraestructura económica': la trayectoria incierta en las claves de análisis
| Autor | Juan Pablo Del Río Disdier |
| Cargo | Universidad de La Laguna |
| Páginas | 505-530 |
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Con el desarrollo de la Guerra Civil española, a partir de 1936, la trayectoria intelectual y científica de Román Perpiñá Grau (1902-1991) -quien durante los meses inmediatamente anteriores ya había visto publicada su obra esencial De Economía Hispana, en su edición original alemana en 1935, y en español en diversas otras ediciones en los meses que siguen1-, se ve sometida a una profunda convulsión, que pasa por ver expuesta su vida a un grave peligro, desde el momento del inicio de los acontecimientos en julio de 1936, teniendo que huir de la ciudad de Valencia donde se encontraba, según acontecimientos que conllevan una experiencia personal ciertamente dramática y singular2. Pero será en los años siguientes, tanto en el transcurso mismo del conflicto, como sobre todo en el inicio de los años’40, cuando la obra y pensamiento de Perpiñá Grau parezcan quedar afectados por una radical revisión respecto a la directriz que había venido siguiendo durante los años fundamentales de su formación y primera madurez, trayectoria que venía registrada en el quehacer y espíritu de sus escritos y enfoques diversos sobre los estudios económicos. Queda por reexaminar la razón de esa trayectoria incierta, el cambio aparente de rumbo, de algún modo, su vicisitud e inexplicable contrasentido3.
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Esto se puede observar, especialmente en lo que se refiere a la perspectiva de sus estudios y trabajos recogidos en forma escrita como legado de su obra, los cuales pretenden una visión integral y de conjunto sobre la realidad de la economía de su tiempo, trascendiendo un simple examen de la coyuntura o análisis de los datos de situación: Perpiñá es consciente desde un momento muy temprano, de las limitaciones de los hasta entonces predominantes "estudios coyunturales", y por ello, se habrá venido comprometiendo -a lo largo de sus esfuerzos y tareas, desde su edad más juvenil de inicio en las labores científicas de investigación y análisis-, en la adopción de una línea de trabajo que le llevará a abrir su visión de la economía, hacia un anclaje en otras aportaciones de carácter histórico, filosófico, político o territorial, sin por ello caer en un riesgo de dispersión, a la hora de determinar la dirección y naturaleza de su trabajo intelectual y desarrollo de pensamiento.
Pero esta revisión y en cierto modo "reposición" de su pensamiento, no es tanto una reacción personal ante el curso de los acontecimientos, como una maduración de sus estudios y análisis, de su índole y de su calidad, que le
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llevan -más allá de chocar con lo que hasta entonces había venido propugnando (una visión global y aperturista sobre el manejo de la política económica, con un decantamiento hacia una perspectiva de mercados abiertos y liberación de recursos, insistiendo en la necesidad de articular un cuadro económico de integración, más eficiente en lo factorial y más competitivo en lo sectorial, respecto de los mercados y regiones económicas)-, a buscar categorías y referencias teóricas de análisis que le permitan desarrollar una visión más fructífera y renovada, a la hora de desplegar los temas y problemáticas por los que habrá de ir asignando su labor como investigador y economista aplicado al estudio de la sociedad y ámbito humano de la realidad.
En tal sentido, la orientación de su visión teórica y labor de análisis, hacia el estudio de la temática infraestructural sobre la economía y el desarrollo histórico referido a sociedades, culturas y territorios, supone una elección radical y una apuesta singular en busca de una "clave de análisis" para sus estudios y pensamiento, que le permitirá con el tiempo desarrollar una muy considerable serie de estudios y trabajos aplicados en los siguientes años, más de veinticinco, teniendo como guía en la trayectoria de su obra, una visión que integra tiempo y espacio, culturas e instituciones, economía y sociedad, superando así un análisis económico reducido a una sola dimensión, en esencia, aespacial.
Precisamente, será el concepto operativo de "infraestructura natural" el que se configure a partir de esta época, mediados ya de los años ’40, como la clave de análisis en toda la obra y pensamiento de Román Perpiñá Grau, con toda la influencia y huella que tendrá su obra en el desarrollo de los estudios de Estructura Económica y de análisis crítico de las sociedades, erigiéndose sobre una base de reflexión acerca de la misma filosofía de lo económico y el espíritu de una civilización, aspectos que en general parecerían más bien lejanos para el análisis económico más predominante y convencional, sobre todo en el campo de conocimiento de la economía aplicada, tal como se la entendería en sus técnicas y objetos de estudio.
Perpiñá Grau había venido desempeñando el encargo relevante de Director del Centro de Estudios Económicos Valencianos (CEEV) desde el año 1929, para el que fue seleccionado en pugna con otros reconocidos candidatos, transcurriendo desde esa labor una época de especial significado y valor en su trayectoria -período éste, el "tiempo de Valencia", que merece una atención diferenciada-4. Sobre
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ese tiempo y experiencia, vale la pena recoger los recuerdos anotados por el propio Perpiñá, en la ocasión del Discurso de Investidura Doctor "Honoris Causa" por la Universidad de Valencia, cuando declara que "fue en Valencia donde mi pensamiento y acción se consolidaron o sea, donde hallé la madurez de mi constitución cultural recibida por mis bienhechores en humanidades, en ciencia y experiencia. El resto han sido solamente sus consecuencias"5.
Se trata de un lugar -el CEEV y su proyección institucional- idóneo para una labor de análisis y observación de la marcha de la economía tanto valenciana y española, como mundial. Desde ese observatorio privilegiado, Perpiñá había tenido ocasión de desplegar una profusa y extensa labor de estudioso de la economía nacional e internacional, al tiempo de esbozar un cierto perfil de intelectual orgánico de un eventual bloque valenciano -el referido "criterio económico valenciano"- de influencia y proyección sobre la sociedad de la región valenciana y la vida española.
Al mismo tiempo, como desvela su trayectoria, Perpiñá ha mantenido su relación con campus universitarios alemanes (prolongando su experiencia inicial de formación, y de elaboración de su tesis doctoral, editada en 1929 y desarrollada bajo la dirección del eminente profesor Robert Liefmann), habiendo efectuado diversas visitas y estancias en distintos lugares y ambientes universitarios germanos, con una especial vinculación al centro de estudios e investigaciones del Instituto de Economía Mundial (Kiel), y pudiendo también disponer de una beca de investigación concedida por la institución clave de la época (la Junta de Ampliación de Estudios), que le facilitó siquiera breves estancias entre 1931 y 1932, sin continuidad en el año siguiente, como era el mismo plan original de Perpiñá (la beca era para varios cursos, aunque Perpiñá no pudo, contra su voluntad, cumplir todos los cursos para los que se había concedido la dotación para el programa de investigación). Pero fue en ese año de 1932, en la segunda estancia que realiza en Kiel como becario, cuando tiene ocasión de plantearle personalmente al mismo profesor Bernhard Harms el carácter (aplicado y analítico
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sobre sectores, políticas e instituciones económicas) y alcance (estructural y con un enfoque verdaderamente radical, para todo lo conocido hasta entonces) de sus estudios y visión sobre el cuadro de la economía española de la época, lo que le permitirá desarrollar y completar una línea de investigación que será la que confluya en la publicación de su trabajo pionero para los estudios estructurales, como se ha dicho, originalmente en alemán y posteriormente meses después, en español6.
Perpiñá Grau, por tanto, había venido desarrollando una trayectoria fructífera y especialmente valiosa para su tiempo, como economista investigador y pensador de lo social, inserta en una visión internacional y abierta -global podríamos decir- del desarrollo de la economía de su época, combinando brillantemente un trabajo cotidiano de analista y asesor (desde ese observatorio del CEEV, a partir de 1929, pero precedida también de su paso por el Servicio de Estudios de la CHADE, Compañía Hispano Americana de Electricidad, cuando mantenía un especial vínculo de trabajo y colaboración con F. Cambó), así como una labor más profunda y cuidada de escritor e intelectual, que reflexiona y trabaja en clave de una conciencia sobre la realidad económica del momento, aunque sin trasladar sus posiciones e ideas sobre el mundo de la economía a un decantamiento específicamente ideológico, lo que hubiera sido más simple y casi inevitable quizás de entender, en el contexto de los acontecimientos históricos que vive toda España y Europa en esos años.
En tal sentido, parece necesario pasar de alguna forma por encima, sin extraer de todo ello un factor condicionante exclusivo desde lo ideológico, respecto a su participación en lo que podría ser una lucha de ideas, a través de lo que parecería como una actitud de compartir cierto "destino", o de otra forma también, en contribuir a la construcción de un indefinible "orden nuevo", más allá de una mera justificación obligada respecto al nuevo régimen victorioso de una guerra civil prácticamente conclusa, tras dramático y prolongado conflicto7. Se trata todo ello, según cierto enfoque que cabe adoptar, de un
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posible "corte epistemológico", que sin embargo, no parece tal, si se comprende
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mejor la senda de los acontecimientos y la perspectiva con que cabe situarse ante los mismos hechos históricos...
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