La familia como núcleo de autoprotección de los riesgos sociales de sus miembros
| Autor | Óscar Buenaga Ceballos |
| Cargo del Autor | Licenciado en Derecho por la Universidad de Cantabria |
| Páginas | 45-53 |
CAPÍTULO II.
LA FAMILIA COMO NÚCLEO DE AUTOPROTECCIÓN
DE LOS RIESGOS SOCIALES DE SUS MIEMBROS
1. LA FUNCIÓN DE PREVISIÓN Y DE SATISFACCIÓN DE LAS NECESI-
DADES PRIMARIAS COMO UNA DE LAS FUNCIONES ESENCIALES
DE LA FAMILIA. EL PRINCIPIO DE SOLIDARIDAD FAMILIAR
Se constata en distintos estudios sociológicos, antropológicos, históricos e incluso ju-
rídicos, que la familia ha cumplido y cumple todavía una función social de mantenimiento
y sustento económico de los miembros del grupo familiar pasivos o no generadores de
ingresos sufi cientes para su subsistencia y atención de necesidades. El advenimiento de
situaciones de necesidad en el seno de la familia ha sido, desde orígenes remotos, atendido
por el propio grupo familiar, y en este sentido la familia constituye un auténtico núcleo de
autoprotección de riesgos. Así, la pérdida de la capacidad de trabajo, esto es, la capacidad
de allegar recursos económicos o de otro tipo necesarios para la satisfacción de necesidades
básicas (alimentación y techo) o no básicas (educación, ocio, etc.), lo cual podía deberse a la
muerte de los miembros activos, su enfermedad, desempleo, vejez, u otro riesgo similar, era
cubierto por y entre los distintos miembros de la familia, y lo mismo cabe decir de todos los
supuestos de aumento de gastos debido al crecimiento del grupo familiar o a otros supuestos
(por ej. gastos de asistencia médica).
Desde el ámbito jurídico, la función asistencial de la familia ha sido claramente expuesta
por HATTENHAUER, quien ha señalado que “de todos los seres vivientes, el hombre es el
que más tiempo precisa para tenerse en pie, alimentarse por sí mismo y engendrar su propia
descendencia. El matrimonio cumple la tarea natural de procreación y consiguiente amplia-
ción de la familia, y por tanto es la base de ésta. Matrimonio y familia juntos constituyen una
institución de previsión. Los padres cumplen su función educadora en el seno de la familia
hasta que la prole no requiere ya sus cuidados, pero durante dicho periodo se ocupan moral,
espiritual y económicamente de sus hijos. Esa tarea de criar, natural e instintivamente afi an-
zada, fundamenta el deber de los cónyuges de no separarse hasta la mayoría de edad de sus
hijos. Pero incluso después, el matrimonio y la familia conservan su carácter de institución
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