Europa de las regiones y el futuro federal de Europa: balance y perspectivas de la gobernanza europea
Autor | Mikel Antón Zarragoitia |
Cargo del Autor | Director de Asuntos Europeos del Gobierno Vasco |
Páginas | 23-28 |
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Europa de las regiones y el futuro federal de Europa:
balance y perspectivas de la gobernanza europea
M A Z
Director de Asuntos Europeos del Gobierno Vasco
A menos de un año para las elecciones al Parlamento Europeo, resulta difícil hacer
pronósticos sobre las nuevas perspectivas que se abren para la Unión Europea. Los
acontecimientos acaecidos durante la última década o, para ser más precisos, desde
el rechazo franco-holandés al Tratado constitucional en 2005 han hecho mella en la
confianza de los ciudadanos en las instituciones europeas (y nacionales) y han puesto en
tela de juicio su legitimidad. Sin embargo, existe una opinión general compartida de que
los retos a los que nos enfrentamos nos afectan a todos de la misma manera y de que la
mejor manera de afrontarlos es juntos.
La crisis de la deuda soberana que sacudió a la Unión Europea y, en especial, a la
eurozona evidenció las imperfeciones y carencias del proyecto de integración económico-
monetaria puesto en marcha desde el Tratado de Maastricht; las recetas aplicadas
para combatirla, basadas en la austeridad y el control fiscal, han generado un mayor
distanciamiento entre los ciudadanos en las sociedades nacionales y entre las sociedades
europeas del Norte y del Sur.
Las crisis económica y financiera sufrida globalmente por las economías desarrolladas
ha sido de tal calibre que, en el caso de la Unión Europea, ha eclipsado el debate en torno
a otras cuestiones fundamentales para el porvenir europeo. Un ejemplo paradigmático
de ello es la cuestión de la gobernanza europea y, particularmente, el de la gobernanza
multinivel y, por ende, la del papel de las entidades infraestatales (naciones y regiones
con competencias legislativas) en el interior de los Estados miembros. Esta cuestión,
que de una forma u otra, estuvo presente en la agenda política europea desde el
Acta Única Europea (1986) y el Tratado de Maastricht (1992), ha ido diluyéndose
paulatinamente, primero, tras el abandono del proyecto de Tratado por el que se
establece una Constitución para Europa y, después, tras los estragos provocados por la
crisis económico-financiera y de la deuda desde 2010.
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