Investigación europea de la estratosfera: desafíos presentes y futuros

Introducción

Los resultados de más de dos décadas de investigación han proporcionado un conocimiento cada vez mejor del impacto de las actividades humanas sobre la química y la física de la estratosfera mundial. Este esfuerzo de investigación medioambiental se ha realizado en el marco de programas internacionales tales como el Programa Geosfera Biosfera y el Programa de Investigación del Clima Mundial. Ha dado lugar a nuevas visiones políticamente relevantes sobre el papel de los componentes traza emitidos a la atmósfera por las actividades humanas. Estos hallazgos se han trasladado a los responsables de las decisiones en el marco de diversos convenios y organizaciones de los que forman parte la Unión Europea y sus Estados Miembros. Entre ellos se incluyen:

el Convenio de Viena de 1985 y el Protocolo de Montreal de 1987 sobre sustancias que disminuyen el ozono, y sus sucesivas enmiendas y ajustes;

el Convenio de Río de 1992 sobre el cambio climático y el Protocolo de Kyoto de 1997 sobre sustancias que alteran la fuerza de radiación del sistema climático, y

la Organización Internacional de Aviación Civil (ICAO), que es responsable de la regulación del tráfico aéreo internacional (incluyendo la regulación medioambiental).

La Unión Europea (UE) ha asumido su parte en este esfuerzo mundial. Desde principios de los años 80 se iniciaron diversos proyectos de investigación sobre física y química de la estratosfera a través del Programa de Medio Ambiente de la Comisión Europea (CE). Como respuesta a la ratificación del Protocolo de Montreal, que entró en vigor en 1989, la UE y los Estados Miembros individuales establecieron un programa de investigación de la estratosfera en 1989. Esta iniciativa estuvo fuertemente respaldada por la comunidad científica, ya que aparte de la cooperación bilateral existente entre los Estados Miembros, se podían obtener beneficios científicos considerables de una mejor coordinación a nivel europeo. Para reforzar la coordinación entre las actividades a nivel europeo y a nivel nacional, se crearon dos organismos: un Panel Científico sobre el Ozono de la Estratosfera y una Unidad Europea de Coordinación de la Investigación del Ozono (para una panorámica general véase la figura 1). Estas entidades científicas ayudaron a la definición de un programa equilibrado, que se desarrolló después en el marco de la parte medioambiental de los Programas Marco 3º, 4º y 5º de la CE para Ciencia, Investigación y Tecnología. Los elementos principales de este programa que se ha implementado de forma continua durante la última década, son:

Mediciones de laboratorio de procesos químicos y microfísicos.

Desarrollo de nuevos instrumentos.

Medidas de campo coordinadas.

Redes de observación terrestre para vigilancia a largo plazo.

Despliegue de aviones y de globos aerostáticos de investigación con instrumentos de detección in situ o de detección remota

Análisis de los datos de satélites de sistemas de observación de la tierra.

Mejora del trabajo teórico y de modelización.

Figura 1. Panorámica de la investigación estratosférica europea y de sus relaciones

Además de estas actividades, se han llevado a cabo estudios importantes coordinados a nivel europeo, para observar las pérdidas de ozono que se producen en las latitudes polares del hemisferio norte, y sus relaciones con la disminución continua que se observa en las latitudes medias de este mismo hemisferio. Durante el invierno de 1991-1992 se organizó el Experimento Europeo sobre el Ozono Estratosférico en el Ártico (EASOE) para estudiar la evolución de la estratosfera ártica en invierno. En 1994 y 1995, el Segundo Experimento Europeo del Ártico y de Latitudes Medias (SESAME) amplió el área de interés a través de la investigación de los procesos que se producen tanto a latitudes altas como a latitudes medias.

Estas actividades y logros científicos realizados desde 1989 hasta 1995 han sido descritos extensamente en los informes "Investigación europea en la estratosfera" (CE, 1997) y "Evaluación científica europea de los efectos atmosféricos de las emisiones de los aviones" (Brasseur y otros, 1998). Los resultados presentados en estos informes se han utilizado extensamente en evaluaciones internacionales posteriores, tales como la Evaluación Científica de la Disminución del Ozono de la OMM y el PNUMA (OMM, 1999), o el Informe Especial sobre Aviación y Atmósfera Mundial del IPCC (IPCC, 1999)1.

Se han observado disminuciones a largo plazo del ozono de la estratosfera tanto en latitudes altas como en latitudes medias, y el agujero de ozono de la Antártida, que se produce en cada primavera austral en el hemisferio sur, es la manifestación mejor conocida del impacto humano sobre la capa de ozono

El contexto científico

Se han observado disminuciones a largo plazo del ozono de la estratosfera tanto en latitudes altas como en latitudes medias, y el agujero de ozono de la Antártida, que se produce en cada primavera austral en el hemisferio sur, es la manifestación mejor conocida del impacto humano sobre la capa de ozono. La disminución de ozono análoga en las regiones árticas no ha sido tan grave, aunque se han observado pérdidas sustanciales de ozono a final de invierno/primavera durante inviernos estratosféricos anormalmente fríos en los años 90. Es conocido que las emisiones antropogénicas de compuestos orgánicos halogenados (CFC y halones) y la liberación subsiguiente de cloro y de bromo en la estratosfera son responsables de las disminuciones de ozono en primavera en las regiones polares. Las reacciones químicas heterogéneas en la superficie de las nubes estratosféricas polares (PSC), que se forman a temperaturas muy bajas, preparan el aire para la disminución de ozono en presencia de la luz solar. La gran abundancia de cloro y de bromo provoca también que la capa de ozono de las latitudes medias se haga más vulnerable a los fenómenos naturales, en particular a las erupciones volcánicas.

A pesar de la proyectada reducción de emisiones de CFC, en 1996 aún no se habían resuelto diversos problemas científicos relativos a nuestra capacidad para predecir el desarrollo futuro de la capa de ozono de la estratosfera. Los modelos atmosféricos no consiguieron explicar cuantitativamente la destrucción química del ozono a gran escala observada en el Ártico en las estaciones de invierno/primavera, pero proporcionaron una buena representación de los cambios a corto plazo del ozono y de otras sustancias traza. Igualmente, mientras que se disponía de una visión clara del panorama general de la formación de PSC, muchos aspectos todavía requerían más investigación para entender de qué modo depende la activación química heterogénea del cloro y del bromo de la composición de los aerosoles y de la fase física. También se entendía todavía muy poco el mecanismo de desnitrificación en el vórtice ártico, que permite que se produzcan pérdidas de ozono generalizadas. Además, los modelos atmosféricos no podían explicar cuantitativamente la disminución significativa de ozono observada en las latitudes medias. Esta es una tarea difícil, en parte, a causa de la gran variabilidad del ozono debida a los procesos complejos de transporte en la estratosfera entre las latitudes medias y las regiones polares y tropicales. Ciertamente, no se habían entendido bien las relaciones con la estratosfera, en particular en las latitudes medias, lo que supone un vacío importante en nuestro conocimiento sobre cómo reacciona la estratosfera frente a las actividades humanas.

La radiación solar ultravioleta tiene una influencia importante tanto sobre los seres humanos como sobre los ecosistemas. La intensidad ultravioleta a nivel del suelo viene influída directamente por la columna total de ozono junto con una serie de factores tales como la cubierta de nubes, etc.

La radiación solar ultravioleta tiene una influencia importante tanto sobre los seres humanos como sobre los ecosistemas. La intensidad ultravioleta a nivel del suelo viene influida directamente por la columna total de ozono junto con una serie de factores tales como la cubierta de nubes, la elevación del sol, los aerosoles atmosféricos, la altitud y el albedo local. Cuando no cambian estos factores, resulta claro, tanto en las mediciones como en los modelos, que una reducción del ozono da lugar a un aumento de la radiación UV-B. Del mismo modo, suponiendo que todas las otras cosas son iguales, es posible calcular las tendencias de las UV que se han producido como resultado de las tendencias observadas del ozono. Sin embargo, para aumentar nuestra confianza en estos cálculos, era importante mejorar nuestro conocimiento de las contribuciones relativas de todos los factores bajo diferentes condiciones. Así, la respuesta científica al problema de la radiación ultravioleta se ha basado en una estrategia que implica desarrollo de instrumentos, experimentos de campo, bases de datos y cálculos con modelos para mejorar el conocimiento de los procesos en la atmósfera que atenúan y dispersan la radiación solar ultravioleta. En este marco, los proyectos de investigación a nivel europeo resultaron más adecuados para investigar los aspectos regionales de la radiación ultravioleta solar.

La falta de conocimientos sobre los procesos que tienen lugar en la alta troposfera y en la baja estratosfera (ATBE) hace imposible predecir la futura evolución de la composición de la atmósfera de esta región con algún grado de fiabilidad

La alta troposfera y la baja estratosfera (ATBE) siguen siendo una región de gran preocupación, tanto para el impacto climático como para el medio ambiente de la superficie. Puesto que gran parte de la columna de ozono se encuentra en la estratosfera inferior, los pequeños cambios del ozono en esta región en particular tienen un gran impacto sobre el flujo UV en la superficie. Además, debido a las propiedades de radiación y a la estructura de temperatura de la atmósfera, los cambios en el ozono ejercen su mayor impacto sobre el clima cuando tienen lugar en la troposfera superior y la estratosfera inferior. Por ello, nuestra falta de conocimiento de los procesos que tienen lugar en la ATBE hace imposible predecir la futura evolución de la composición de la atmósfera de esta región con algún grado de fiabilidad. Además, todo ello sucede en una situación en la que la ATBE ha sido directamente perturbada por las emisiones crecientes de aviones subsónicos y supersónicos. Ciertamente el impacto de la aviación es de especial importancia en el contexto de otras emisiones, ya que las emisiones de los aviones se producen directamente dentro de la atmósfera y no en la superficie de la tierra. Aunque las emisiones de la aviación han sido reguladas a través de la puesta en ejecución de normas acordadas por la ICAO, estas regulaciones se han introducido principalmente para abordar problemas locales de contaminación. La inyección directa de óxidos de nitrógeno (NOx), vapor de agua (H2O) y precursores de partículas en la ATBE por los aviones tiene efectos a nivel mundial y probablemente aumentará de modo sustancial durante los próximos veinte años. Las cuestiones principales relacionadas con el impacto de la aviación sobre el cambio climático y la radiación UV-B incluyen el efecto de los NOx sobre el ozono de la estratosfera y de la troposfera, los efectos climáticos y químicos de las estelas de condensación y de los cirros y el papel de las emisiones de vapor de agua en la estratosfera. El impacto climático relativo de estas emisiones comparado con el del CO2 es también un tema crítico.

La inyección directa de óxidos de nitrógeno (NOx), vapor de agua (H2O) y precursores de partículas en la ATBE por los aviones tiene efectos a nivel mundial y probablemente aumentará de modo sustancial durante los próximos veinte años

Finalmente, una de las cuestiones clave referente a los futuros cambios de la capa de ozono es la amplitud de la posible recuperación que podría empezar a producirse en el cambio de siglo, después de que se haya alcanzado el máximo de carga de cloro en la estratosfera. Como ya han empezado a aparecer signos de las tendencias de la estratosfera en cuanto a temperatura, abundancia de aerosoles y vapor de agua, la estratosfera posterior al año 2000 será diferente de la que se estudió en la década pasada. Todavía habrá que cuantificar el efecto sinérgico de todas las perturbaciones en lo que se refiere a su impacto sobre el contenido de ozono. Desde luego, el cambio climático podría alterar profundamente la futura composición y la variabilidad de la estratosfera y de la troposfera. Las variaciones de la temperatura y del vapor de agua tendrían evidentemente efectos dinámicos, químicos y de radiación. Por ejemplo, el aumento de las temperaturas y del vapor de agua de la troposfera puede dar lugar a una conducción más fuerte de las ondas en la estratosfera, a temperaturas tropicales más frías de la tropopausa y en consecuencia a una reducción del vapor de agua en la estratosfera inferior. Al mismo tiempo, el enfriamiento de la estratosfera inferior, asociado con el aumento de la concentración de CO2 y con la disminución del ozono, puede a su vez llevar a un aumento de la formación de PSC y de aerosoles fríos y en consecuencia a pérdidas adicionales de ozono. Así pues, pueden sugerirse algunos de estos mecanismos, y además pueden surgir fenómenos inesperados de realimentación debidos a la combinación interactiva entre dinámica y química.

Investigación europea de la estratosfera 1996-2000

Durante el período 1996-2000, el programa europeo coordinado de investigación de la estratosfera abordó una serie de asuntos nuevos e importantes. En este marco temporal se observaron una serie de cambios significativos:

Se produjeron pérdidas significativas de ozono durante el invierno y el principio de la primavera en regiones situadas en latitudes altas de ambos hemisferios.

La capa de ozono a escala mundial se fue recuperando del impacto de la importante erupción volcánica del Monte Pinatubo en 1991.

La abundancia combinada de cloro y de bromo en la estratosfera fue debida al máximo que se produjo hacia el año 2000 en respuesta a la reducción de emisiones de CFC y de halógenos en la superficie.

Las emisiones de la aviación en la región de la tropopausa aumentaron alrededor de un 5% al año.

Cuadro 1. Desarrollo de la Investigación de la Estratosfera entre 1996 y 2000

El progreso hacia un mejor conocimiento de los problemas científicos descritos en este artículo se abordó mediante una sinergia entre experimentos de laboratorio, mediciones de campo y trabajos de modelización. Los experimentos de laboratorio proporcionaron nueva información básica sobre cinética y vías de las reacciones químicas. Se investigaron el comportamiento de congelación, las presiones de vapor y los índices de refracción de los posibles constituyentes de los PSC. Se continuó el compromiso europeo para mediciones a largo plazo, por ejemplo, dentro de la Red Internacional de Detección de Cambios en la Estratosfera (NSDC). En particular, se concedió alta prioridad a las mediciones continuadas de ozono, abundancia de aerosoles, carga de cloro y de bromo, H2O, NOx, radiación UV y temperaturas de la estratosfera. Estas mediciones se complementaron con vuelos regulares de globos aerostáticos para obtener información sobre la composición en sustancias traza. La vigilancia regular del ozono y del H2O en la región de la tropopausa se obtuvo también utilizando cinco líneas de aviones de pasajeros que volaban por todo el mundo. Se llevaron a cabo estudios experimentales específicos para cuantificar los procesos químicos, dinámicos y de radiación que se producen en las emisiones de gases de escape de los motores de los aviones, los intercambios troposfera-estratosfera, la transmisión de la radiación

UV en la atmósfera y la pérdida de ozono de la estratosfera en el Ártico y en el Antártico. Se desarrollaron trabajos de modelización para sintetizar e interpretar el trabajo experimental, así como para proporcionar una información exhaustiva sobre los problemas científicos, incluyendo los modelos de química climática, desarrollados recientemente, para investigar los impactos y la retroacción entre los cambios climáticos y de composición de la atmósfera. Finalmente se desarrolló nueva instrumentación, en especial para aprovechar las ventajas de las nuevas plataformas (aviones, globos) disponibles, tales como el avión geofísico ruso de vuelo a gran altura.

En el período 1996-2000 también se observó un esfuerzo experimental importante bajo la forma del Tercer Experimento Estratosférico Europeo sobre Ozono (THESEO), un estudio europeo para examinar la pérdida de ozono en el Hemisferio Norte durante los años 1998-2000. El objetivo principal de este estudio fue mejorar nuestro conocimiento de las causas de la disminución del ozono sobre Europa y otras regiones de latitudes medias, donde la capa de ozono se ha reducido progresivamente durante los últimos 20-30 años. Para conseguir este objetivo se definieron cuatro áreas de estudio científico: la estratosfera inferior de las latitudes medias, las relaciones con otras regiones de la atmósfera, el vórtice del Ártico, y los trópicos y subtrópicos. Las lecciones aprendidas del THESEO ayudarán a la predicción de los niveles futuros de ozono y contribuirán a desarrollar una comprensión del modo en que los niveles de ozono responderán probablemente a las nuevas condiciones atmosféricas derivadas del cambio climático mundial. El THESEO fue una actividad paneuropea basada en investigación financiada conjuntamente por la Comisión Europea y por organismos nacionales. Constó de un núcleo de 13 proyectos principales subvencionados por la CE dentro de los Programas de Medio Ambiente del 4º y del 5º Programa Marco, así como de una serie de proyectos financiados por programas nacionales. La contribución de la CE al THESEO fue superior a los 15 millones de euros y se aumentó sustancialmente con fondos nacionales estimados en una cuantía parecida.

Durante el invierno/primavera 1999-2000, el estudio THESEO se amplió más en un esfuerzo coordinado llamado THESEO 2000. En un excepcional ejercicio de colaboración internacional, los científicos del THESEO 2000 se unieron a los científicos del Experimento SAGE III sobre Pérdida y Validación de Ozono (SOLVE), patrocinado por la NASA, para llevar a la práctica el mayor estudio de medición de campo jamás realizado para medir las cantidades y los cambios del ozono en la atmósfera del Ártico. Por ello, el estudio THESEO 2000-SOLVE fue un verdadero estudio internacional que implicó a más de 500 científicos de la Unión Europea, Canadá, Islandia, Japón, Noruega, Polonia, Rusia, Suiza y Estados Unidos.

La estrategia de cooperación paneuropea en el campo del ozono de la estratosfera, y particularmente en el THESEO, aumentó significativamente el valor añadido obtenido con estos esfuerzos. Durante el THESEO y el THESEO 2000, se formaron grupos operativos básicos para coordinar las actividades, planificar el calendario de las mediciones, facilitar el intercambio de datos y ayudar en la concienciación pública de los impactos de la disminución del ozono y del aumento de la radiación UV. La experiencia del programa coordinado europeo de investigación de la estratosfera ha puesto de relieve los avances en conocimientos técnicos y herramientas de investigación que han tenido lugar en Europa en los años 90. Aquí se incluyen la mejora de la capacidad de las redes terrestres, las técnicas comprobadas para la determinación de las pérdidas de ozono en las zonas árticas, la validación de modelos 3D de transporte químico así como mejoras en la instrumentación en globos aerostáticos y en otros ingenios aéreos. Estos avances se han realizado de diversas maneras, pero posiblemente lo más importante es el desarrollo de una comunidad de investigadores que comprende las ventajas de la colaboración sobre una base internacional. Desde esta perspectiva, un resultado digno de mención en especial es el modo en que ha producido muchos jóvenes científicos que se han beneficiado enormemente de las grandes posibilidades de formación científica que se derivan del trabajo con científicos de primera fila de otros países, en estos proyectos conjuntos europeos.

Investigación futura de la estratosfera y temas políticos relevantes

En las próximas décadas se producirán diversos cambios importantes en la composición de la atmósfera. La carga de halógenos de la estratosfera habrá alcanzado su valor máximo en 2000, y se predice que en 2020 empezará a disminuir alrededor del 10%, volviendo a los niveles de 1993. También en 2020, la radiación media mundial habrá aumentado probablemente desde ~1,8 Wm-2 hasta ~2,5 Wm-2 en comparación con los niveles de 1750, con notables diferencias regionales resultantes de las diferentes contribuciones de gases y de aerosoles de vida larga o de vida corta. Durante el mismo período, las fuentes terrestres de NOx, compuestos orgánicos volátiles (COV) y otros contaminantes continuarán cambiando significativamente, como también la cantidad de estos contaminantes que alcanza la troposfera libre. El impacto de la aviación será de especial importancia en este contexto, ya que las emisiones de los aviones (por ejemplo, precursores de partículas, NOx y H2O) se producen dentro de la troposfera superior y la estratosfera inferior y aumentarán probablemente de forma sustancial (se pronostica que la cantidad de combustible quemado por la aviación aumentará en un 70-150% en 2020).

En las próximas décadas cabe esperar una serie de cambios importantes en la composición de la atmósfera, incluyendo un máximo en la carga de halógenos, cambios en las fuentes de compuestos orgánicos volátiles y un fuerte aumento de las emisiones de los aviones

Así pues, la pregunta principal respecto al ozono de la estratosfera ya no será: "¿qué efecto tendrán los cambios de la carga de halógenos?" sino que cambiará a:"¿qué efecto tendrán otros cambios atmosféricos sobre el ozono de la estratosfera, dada la alta carga de halógenos existente?" y "¿cómo se combinarán los efectos de los cambios del ozono con otros cambios atmosféricos?". Estas preguntas ponen sobre la mesa una serie de temas que están en línea con el marco general del desarrollo sostenible que dirige actualmente las políticas medioambientales en Europa. Implican también nuevas direcciones en la investigación de la atmósfera, que incluyen poner un énfasis mayor en la relación entre la estratosfera inferior y la troposfera superior, la interacción entre la disminución del ozono, la contaminación y el cambio climático mundiales, y la necesidad de observar y de establecer modelos de la atmósfera en zonas de distintas latitudes (por ejemplo, las regiones tropicales).

El uso de nuevos compuestos de vida corta, que se destruyen parcialmente en la troposfera, como sustitutivos de los CFC, requiere un conocimiento cuantitativo de los procesos que determinan las cantidades que alcanzan la estratosfera

Respecto al ozono de la estratosfera, los acuerdos internacionales desde el Protocolo de Montreal han hecho posible detener o incluso reducir las emisiones de halógenos. Con niveles decrecientes de halógenos, las concentraciones de ozono de la estratosfera volverían a sus antiguos valores (antes del agujero de ozono) aproximadamente en 2050. Sin embargo, la recuperación no será sencilla y puede retrasarse más por el cambio climático. También la sustitución por nuevos compuestos de vida corta, que se destruyen parcialmente en la troposfera, requiere un conocimiento cuantitativo de los procesos que determinan las cantidades de estas sustancias que llegan hasta la estratosfera, antes de utilizarlos en grandes cantidades. Por ello, la comunidad científica tiene que estar preparada para explicar las observaciones de la futura evolución del ozono de la estratosfera y para abordar los problemas políticos que se derivan del posible conflicto entre los Protocolos de Kyoto y de Montreal, relacionados, por ejemplo, con la sustitución de los CFC por los HCFC y, especialmente, los HFC que son gases de potente efecto invernadero. Por ello la credibilidad científica exige una explicación cuantitativa del estado del ozono estratosférico observado a lo largo de las próximas décadas.

El contenido y la dirección del programa sobre el ozono de la estratosfera, que se ha desarrollado durante los últimos 10 años cubriendo los Programas Marco 3º, 4º y, parte del 5º, estuvo coordinado en Europa con amplia participación de muchos científicos europeos. Ésta ha sido una inversión que ha rendido dividendos ya que la investigación atmosférica en Europa está desempeñando todo su papel en los esfuerzos para abordar cuestiones medioambientales críticas y Europa es ahora un socio respetado dentro de los proyectos coordinados mundialmente. Un elemento esencial de este planteamiento ha sido garantizar que existe un programa de investigación equilibrado y complementario.

Los retos del futuro incluyen la intensificación de las relaciones entre las observaciones de campo, las mediciones de laboratorio y el establecimiento de modelos

Entre otros, los retos futuros incluyen la intensificación de las relaciones entre las observaciones de campo, las mediciones de laboratorio y el establecimiento de modelos ¿ comprendiendo la asimilación de los datos y el desarrollo de modelos generales de circulación, que abarquen la troposfera, la estratosfera y la mesosfera. Deberá continuarse la organización de estudios de campo científicos coordinados en diferentes latitudes, así como la mejora de la vigilancia científica a largo plazo. Los modelos atmosféricos y las mediciones químicas relacionadas desempeñan un papel fundamental en el análisis científico que sirve de base a cualquier estrategia de control de emisiones. Deberán cubrirse todos los niveles, desde la escala hemisférica hasta la escala local. Son necesarias la validación de los modelos y la comparación con los datos medidos y las diferentes simulaciones, bajo condiciones límite bien definidas. El énfasis deberá cambiar desde las situaciones episódicas a la cobertura completa a lo largo de varios años. Para explicar la interacción intercontinental se requiere el establecimiento de modelos hemisféricos de los contaminantes y de los escenarios relevantes, siendo aquí muy importantes las emisiones de los aviones. Para cumplir por completo estos objetivos, Europa deberá:

Garantizar la continuidad a largo plazo de la observación y fomentar intensamente la validación y la explotación de los datos por satélite que se están poniendo a disposición en la era del EVINSAT.

Proporcionar una potencia informática suficiente para las simulaciones sofisticadas de relación clima/química.

Invertir en infraestructuras internacionales competitivas de investigación, tales como los aviones de investigación de vuelo a gran altura o de gran autonomía con una capacidad suficientemente grande de carga de instrumentos.

Procediendo así, podrá explotarse el éxito de la investigación atmosférica de la UE para conseguir mayor integración dentro de Europa, tal como se prevé en la reciente iniciativa del "Espacio Europeo de Investigación" (CE, 2000), y para proporcionar un conocimiento estratégico sobre los problemas del cambio mundial que son una prioridad clave en el Programa Marco 2002-2006 (CE, 2001) propuesto.

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Palabras clave

estratosfera, atmósfera, disminución del ozono, cambio mundial, estrategia de investigación

Nota

  1. Las actividades de investigación y los avances científicos realizados por la comunidad científica europea desde 1996 hasta 2000 dentro del 4º Programa Marco de la CE y los Programas Nacionales de la UE están descritos con detalle en otro lugar (CE, 2000). Este artículo se basa en la introducción del informe citado escrito por los mismos autores y se centra en la estrategia de investigación del programa estratosférico europeo, áreas clave para la futura investigación y cuestiones para la formulación de la política medioambiental en el futuro próximo.

Referencias

Brasseur, G. P., Cox, R. A., Hauglustaine, D., Isaksen, I., Lelieveld, J., Lister, D. H., Sausen, R., Schumann, U., Wahner, A. y Wiesen, A., European Scientific Assessment of the Atmospheric Effects of Aircraft Emissions, Atmospheric Environment, 32, 13, 2327-2422, 1998.

CE, European Research in the Stratosphere, EUR 16986, 1997.

CE, European Research in the Stratosphere 1996-2000, 2001 (en preparación).

CE, Making a reality of The European Research Area: Guidelines for EU research activities (2002-2006), COM(2000)612, Bruselas, 2000.

CE, Multiannual Framework Programme 2002-2006 of the European Community for research, technological development and demonstration activities aimed at contributing towards the creation of the European research area, COM(2001)94, Bruselas, 2001.

IPCC, Aviation and the Global Atmosphere, Cambridge University Press, 1999.

WMO, Scientific Assessment of Ozone Depletion: 1998, Global Ozone Research and Monitoring Project ¿ Report No. 44, 1999.

Contactos

Georgios Amanatidis, Comisión Europea

Tel.: +32 229 588 15, fax: +32 229 630 24, correo electrónico: Georgios.Amanatidis@cec.eu.int

Gérard Mégie, Centre National de la Recherche Scientifique

Tel.: +33 144 96 48 69, fax: +33 144 96 49 13, correo electrónico: gerard.megie@cnrs-dir.fr

Dimitris Kyriakou, IPTS

Tel.: +34 95 448 82 98, fax: +34 95 448 83 26, correo electrónico: dimitris.kyriakou@jrc.es

Sobre los autores

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Gérard Mégie se graduó en la Escuela Politécnica de París (1967) y obtuvo el grado de doctor por la Universidad Pierre et Marie Curie (1976). Actualmente es profesor titular en esta misma universidad y miembro del Instituto Universitario de Francia. Su trabajo de investigación se refiere a la física y la química de la atmósfera y a problemas relacionados con el medio ambiente tales como el ozono de la estratosfera y de la troposfera y el cambio climático. Es miembro de diversos comités europeos e internacionales, preside actualmente el Panel de Ciencia de la Unión Europea sobre ozono estratosférico y es copresidente del Panel Científico UNEP para las Partes del Protocolo de Montreal. Desde noviembre de 2000, es Presidente del Centro Nacional de Investigación Científica de Francia.

Georgios Amanatidis es doctor en física atmosférica por la Universidad Aristóteles de Salónica, Grecia (1988) y posee un DEA en química atmosférica por la Universidad de París XII, Francia (1984). Ha trabajado durante 5 años como investigador científico sobre contaminación del aire urbano en el Centro Nacional de Investigación Científica "Demokritos" de Atenas, Grecia. Hasta 1994, fue colaborador científico para investigación de la estratosfera en el Programa de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Dirección General de Investigación de la Comisión Europea en Bruselas, Bélgica.

The IPTS Report, is the refereed techno-economic journal of the IPTS,

edited by D. Kyriakou, published monthly in English, French, German and

Spanish.

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