La empresa según las propuestas de gobierno corporativo

AutorEdison Paul Tabra Ochoa
Cargo del AutorDoctor y Master en Gobierno y Cultura de las Organizaciones por la Universidad de Navarra, España
Páginas139-155

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1. Ideas previas

Los anteriores acápites describieron los factores causantes de la crisis institucional de las empresas. Para proponer una respuesta efectiva a esta crisis organizacional, la investigación relacionó las nociones teóricas de la solidaridad con el gobierno corporativo. Como consecuencia, los modelos del corporate governance (agencia, stakeholder y «trabajo en equipo») fueron enfocados según la teoría solidaria con el objetivo de resolver dicho problema. Este acápite se propone, desde la perspectiva solidaria, una noción de la empresa capaz de plantear una respuesta a su crisis. Esta noción permitirá, a su vez, desarrollar la noción del gobierno empresarial según los postulados solidarios.

2. Una propuesta solidaria de empresa

Desde la perspectiva objetiva, la noción de empresa solidaria crea un modelo capaz de configurar la organización, funcionamiento y control de la empresa así como su relación con el resto de la sociedad. Asimismo, la perspectiva subjetiva propone cómo debe ser el miembro ideal de la empresa, lo que incluye al directivo ideal y los incentivos para la práctica de la solidaridad.

2.1. La propuesta objetiva de la empresa solidaria
2.1.1. Cuasi-contractualista

Según los lineamientos de la solidaridad, la empresa es de naturaleza contractualista tácita porque involucra la relación entre las dos partes. Es

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decir, a diferencia del contrato social, se fundamenta en el cuasicontrato por el cual sus integrantes aceptan tácitamente las normas que regulan su funcionamiento (estructura, funcionamiento, tipos de organización, etc.). Así, los contratos de creación (que son parte de los procesos de constitución formal de las empresas) significan la asociación de un grupo de personas para conformar una organización lucrativa.

2.2.2. El rol del proceso asociativo

Tradicionalmente, el papel de la asociación estuvo relacionado con la eficiente colaboración entre inversores y administradores para crear riqueza o «salud» económica1. En la empresa solidaria el proceso asociativo es de vital importancia para su existencia y funcionamiento tanto a nivel interno como externo. En el aspecto interno, la asociatividad busca, identifica y reúne los intereses en común que poseen un grupo de miembros de la sociedad2.

Para la solidaridad, la reunión de dichos intereses significa la uniformización de criterios para el funcionamiento de la actividad empresarial por medio de su constitución formal (contrato) ante el Estado (inscripción en los registros públicos).

La igualdad es el resultado del proceso de asociación. Según la solidaridad, no representa un régimen legal de restricción de libertades y derechos en favor de los intereses de la empresa, sino la práctica libre o autocoaccionada de determinadas conductas afines a la actividad empresarial, que facilitan la actividad lucrativa de la organización (el respeto, la igualdad, la reciprocidad, etc.). El rol del derecho, autorregulado o por imposición estatal, juega principalmente un rol preventivo y garante del cumplimiento del régimen de convivencia.

En el aspecto externo la empresa es un miembro más del sector empresarial de una ciudad o Estado. Por medio de su gremio empresarial o en

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forma individual, convive con los demás actores de la sociedad. En términos solidarios, efectúa un conjunto de actos para uniformizar sus intereses con los de dichos actores sociales, con el fin de lograr un beneficio común, principalmente económico, aunque no único. El proceso de uniformización culmina en una relación y régimen de igualdad, respeto y reciprocidad, respaldado por el sistema jurídico.

2.2.3. Reducción de desigualdades y la confianza

Según la noción solidaria, la igualdad busca la uniformización de los intereses de los miembros de la empresa así como el incremento de los niveles de confianza interna (entre sus miembros) y externa (entre la empresa y la sociedad). La creación de confianza exige la cooperación individual, que consiste en la renuncia voluntaria a determinadas conductas y la adopción de un comportamiento colectivo acorde con los intereses de la organización y sus expectativas de lucro.

Ahora bien, ¿qué tipo de conductas se exige en este proceso de uniformización? La primera es la transparencia. Según la noción de unidad, los actos de cada uno de los miembros de la empresa deben ser transparentes y suficientemente capaces de transmitir esta percepción, de forma colectiva, al resto de la sociedad. De esta manera, el grado de confianza determina el grado de unidad existente en sus miembros y vuelve posible su cohesión con la sociedad3.

2.2.4. Relación obligacional entre los intervinientes

La configuración contractual solidaria plantea un vínculo jurídico y recíproco entre el acreedor y el deudor. Según esta noción, la solidaridad está más cercana a las propuestas de la teoría de la agencia, debido a la extensión

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y ambigüedad, que a las de la teoría del stakeholder. Sin embargo, plantea la extensión de dichas propuestas de acuerdo con sus criterios asociativos y de pertenencia a la sociedad. La noción de deudor y acreedor no reflejan la existencia y exigencia de un privilegio único del primero hacia el segundo, sino la reciprocidad y simultaneidad entre ambos.

Asimismo, en la empresa existen varios miembros, pero no muchas estructuras. La teoría del trabajo en equipo permite plantear que en las organizaciones actuales existen dos estructuras claramente definidas: los directivos encargados de la gestión y el resto de miembros, conformados por el inversionista y el trabajador. Entonces, ya sea por la falta de tiempo o desinterés del primer grupo, ya sea por el desconocimiento técnico de la gestión por parte del segundo, lo cierto es que ambos no ejercen influencia directa en la administración de la organización, mas son parte de ella y participan de sus actividades y beneficios de forma directa, lo cual no sucede con el resto de stakeholders.

En este tipo de vínculo entre directivo e inversionista-trabajador, los roles de acreedor y deudor son ejercidos de manera simultánea y están establecidos en el estatuto de funcionamiento de la empresa. Por un lado, los primeros son acreedores, pues tienen la facultad de controlar los actos de los directivos, pero a la vez tienen la calidad de deudores, ya que deben cumplir con las reglas establecidas por los directivos para mejorar la productividad de la organización. De la misma manera, a nivel social, la empresa (implícitamente el sector empresarial) y la sociedad están relacionadas por el ordenamiento jurídico y ambas son, de manera recíproca, parte acreedora y deudora. El gobierno puede exigir a la empresa el cumplimiento de determinados actos de acuerdo con sus políticas, pero a la vez debe respetar la legislación y garantizar sus derechos. Por su parte, la empresa tiene la obligación de cumplir las exigencias legales del gobierno (deudor) y la facultad de exigir el cumplimiento de las atribuciones que la legislación jurídica le garantiza.

2.3. La propuesta subjetiva de la empresa solidaria
2.3.1. La noción de equilibrio

La idea general de la empresa solidaria radica en la búsqueda del equilibrio de los intereses de sus miembros. Al respecto, la teoría de la agencia

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argumenta que el equilibrio entre los órganos de gobierno y las responsabilidades de los inversionistas garantiza las ganancias de los últimos a largo plazo4. De este modo, para la solidaridad, la empresa es la constante búsqueda del «punto medio» en la satisfacción del bienestar de cada uno de sus integrantes:

A diferencia de los directivos que buscan crear el beneficio únicamente para el accionista, los directivos deben buscar el equilibrio de intereses que permita a todos los miembros del equipo de la empresa estar contentos a tal grado que permitan la continuación de la asociación5.

De esta manera, la empresa solidaria es la unión o asociación equilibrada de los intereses de sus miembros. Su equilibrio constituye la forma de distribución de los factores, el rol de sus integrantes y su relación con el resto de agentes del mercado (sociedad). Ahora bien, la solidaridad entiende que dicha asociación es creada «por» las personas y «para» las personas. Por tanto, el equilibrio de los intereses en la organización no es únicamente económico, sino también humano. Por ello, también está acorde con su actividad económica y con la inclusión y el respeto de lo ético, económico, político y moral (religioso).

La noción técnica podría cuestionar los altos costos de la inclusión de los aspectos extraeconómicos, lo cual podría desnaturalizar la productividad, eficiencia y eficacia de la empresa. Sin...

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