Editorial

AutorL. Bontoux y F. Leone

En general, se reconoce que la primera generación de legislación europea sobre residuos (1975-1995) ha tenido consecuencias positivas para el medio ambiente. Sin embargo, se debe controlar que el endurecimiento continuo de la legislación no acabe poniendo en cuestión tales logros. Desde 1975, las técnicas y tecnologías de recuperación de residuos han mejorado sensiblemente y las acciones políticas pasadas y las estrategias de tratamiento de residuos deberán evolucionar para reconocerlo. Una perspectiva a largo plazo es ahora necesaria, en la que se satisfagan las consideraciones económicas, tecnológicas y medioambientales.

La estrategia europea para la gestión de residuos tiene como máxima prioridad la prevención de la producción de residuos, siguiendo por tanto el amplio objetivo político europeo de caminar hacia el desarrollo sostenible. Sin embargo hasta ahora, en la práctica, la mayoría de los esfuerzos de tratamiento de residuos parece concentrarse en el reciclado de materiales y la recuperación de energía, por un lado, y en el tratamiento y eliminación por otro. En efecto, en los últimos diez años, las normativas nacionales y europeas sobre tratamiento de residuos han progresado notablemente hacia requisitos de calidad medioambiental más estrictos.

En este número de The IPTS Report, el primer artículo da algunos elementos para explicar las razones por las que la prevención de residuos no ha tenido hasta ahora todo el éxito que hubiera debido. Parece que las barreras socioculturales y organizativas son aún elevadas. Además, mientras que los requisitos normativos son numerosos y acuciantes, en la prevención de residuos no pueden dictarse leyes que se traduzcan fácilmente en acciones. Requiere una amplia gama de cambios, desde procesos industriales a hábitos de vida, desde el diseño de productos a nuevas visiones del mundo.

A menudo se habla también de reutilización y, en algunos sectores industriales, parece ser ya una práctica común (por ejemplo, en el envasado terciario), pero se sabe poco sobre su verdadera significación en términos de prevención de residuos. La Directiva Europea sobre Envasado (94/62/EEC) la menciona explícitamente en su artículo 5, pero no propone ninguna medida específica para fomentarla. El segundo artículo de este número especial de The IPTS Report trata de este tema. En él se discuten ejemplos actuales de reutilización de envases primarios, que son a menudo la forma más típica de residuo urbano, y se describen una serie de problemas que limitan el alcance de las operaciones de reutilización de envases.

En el área de vertido de residuos, la reciente propuesta de una directiva sobre vertidos ha reavivado el debate sobre la elección entre vertido e incineración. Esta propuesta pretende reducir drásticamente la cantidad de residuos orgánicos que van a los vertederos. Muchos expertos piensan que ello se traducirá en que más residuos vayan a las incineradoras. El tercer artículo arroja luz sobre este debate, proponiendo una imagen prospectiva de las distintas formas de tratar y eliminar los residuos orgánicos de modo ecológico. El artículo defiende también el punto de vista de que el uso de residuos orgánicos para producir energía tendrá una importancia creciente, especialmente a medio y largo plazo.

Otro tema de preocupación en la gestión de residuos, más allá de la reducción del volumen de residuos producidos, es la disminución del peligro que representan. Actualmente, las principales consecuencias prácticas de la legislación europea sobre residuos peligrosos consiste en limitar sus movimientos. Las condiciones y exigencias restrictivas del Convenio de Basilea y de la Normativa del Consejo 259/93/EEC suscitan una serie de problemas medioambientales, económicos y sociales, relacionados con la gestión de residuos, en particular sobre su recuperación y reciclado. En Europa, estos problemas van desde limitaciones en el transporte hasta la incineración, y desde la posible perturbación de los mercados hasta perjudicar la competitividad industrial.

Las grandes cantidades de residuos de los países industrializados, vertidos sin control alguno en los países en vías de desarrollo en la última década, y las deficientes prácticas de eliminación de residuos en Europa, han impulsado la acción política para prohibir la exportación de residuos peligrosos y restringir drásticamente el movimiento de residuos en general. Ello ha hecho crecer la necesidad de conocer con precisión qué es un residuo y ha fomentado acalorados debates sobre este tema, tanto en la Unión Europea como en el resto del mundo.

El cuarto artículo trata del tema de la "peligrosidad", y cómo se define legalmente. Hasta ahora, las normativas europeas han tratado de identificar, denominar, cuantificar y clasificar los residuos, en función del peligro potencial que representan para el hombre y el medio ambiente. Sin embargo, el artículo suscita la cuestión de la aplicabilidad de estas normativas.

Otro tema importante para quienes toman las decisiones sobre gestión de residuos consiste en la posibilidad de escoger la mejor opción, dadas las exigencias económicas y medioambientales locales. Esta cuestión se hace más importante cada día, en la búsqueda de la sostenibilidad. Se necesita ahora, pues, desarrollar mejores modos de evaluar el comportamiento medioambiental de las distintas opciones de gestión de residuos, y comunicar los resultados de esta evaluación. Metodologías tales como la LCA, la evaluación de riesgos, el análisis de criterios multi-decisión o el análisis coste-beneficio pueden ser útiles a este respecto. El último artículo trata el tema de los indicadores, importante para comparar distintas opciones tecnológicas. El artículo sitúa la discusión en el contexto de la directiva IPPC.

El tema del tratamiento de residuos es complejo y de largo alcance. En este número especial, solo tratamos unos pocos de sus aspectos. Parecería que la búsqueda de un desarrollo sostenible exige ampliar "la filosofía del tratamiento de residuos", para abarcar el tratamiento de flujos de materiales, la economía y todas las actividades industriales, abandonando una visión estrictamente limitada a los residuos. Esta idea ha sido incorporada en el nuevo concepto Control y Prevención Integrados de la Contaminación (IPPC), que forma parte ahora de las políticas europeas medioambiental e industrial. Esto abre la puerta a una más amplia adopción de conceptos tales como "Gestión integrada de residuos" que es un intento de encontrar los medios económicos y medioambientales más apropiados para tratar con los residuos inevitables. El éxito final de la sociedad europea se medirá en la práctica una vez que se compruebe si la práctica se corresponde con el espíritu de la política.

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