Editorial
| Autor | Dimitris Kyriakou |
En una de las muchas anécdotas que se cuentan de Einstein dicen que se le preguntó por qué los políticos y los científicos sociales no eran capaces de controlar la amenaza de las armas nucleares mientras que los físicos sí eran capaces de controlar la energía liberada en las reacciones nucleares. Su sabia respuesta fue que esto no era sorprendente ya que la política y la vida cotidiana son mucho más complejas que la física.
El hecho de que podemos saber más sobre el ámbito microscópico, tal como el de las partículas elementales, o sobre el macroscópico, tal como el movimiento de las galaxias, que lo que sabemos sobre la vida cotidiana o sobre las prácticas más comunes, produce a veces contrastes sorprendentes. Por ejemplo, en el caso de la medicina, la aspirina (ácido acetilsalicílico) es probablemente el medicamento más común que se ha prescrito en los últimos 100 años – pero todavía no estamos totalmente seguros de sus diversos efectos (por ejemplo, mucho tiempo después de que su uso se extendiera ampliamente se descubrió que puede tener un efecto beneficioso sobre la circulación).
Un ejemplo aún más notorio es que, aunque podemos realizar en forma rutinaria la cirugía a corazón abierto, todavía no estamos seguros del mecanismo en cascada exacto mediante el que actúa la anestesia. El efecto de los sedantes específicos se basa ampliamente en la información empírica, y esto explica por qué todavía una parte no despreciable del riesgo de las operaciones importantes está relacionado con el trabajo del anestesista y no con el del propio cirujano.
El artículo de este número sobre la diabetes tipo II somete a la atención de los responsables de las decisiones políticas un ejemplo crucial de una enfermedad muy común que está cerca de adquirir proporciones de epidemia. Mientras se estaba componiendo este número, las sugerencias del artículo han sido corroboradas por las principales agencias de noticias y por revistas médicas muy conocidas.
Por ejemplo, Reuters informa, el 18 de Mayo de 1999, que se espera que los casos de diabetes aumenten en un 170 por ciento en las naciones en desarrollo a lo largo de las tres próximas décadas, en comparación con el aumento de un 42 por ciento en los países desarrollados, añadiendo que la diabetes es mucho más común en comunidades más pobres pero la existencia de un vínculo socioeconómico no está bien determinada.
Reuters también informa que un estudio intensivo del control de la diabetes realizado en Dinamarca, reduce el riesgo de complicaciones relacionadas con la enfermedad, como el fallo renal y la ceguera, según los investigadores. "Nuestros alentadores resultados deben trasladarse a la práctica clínica", concluyen los investigadores del Centro de Diabetes Steno, en Copenhague, Dinamarca. Sus descubrimientos se han publicado en el número del 20 de febrero de la revista británica The Lancet. Los pacientes con diabetes tienen un riesgo mayor de enfermedad renal; retinopatía, degeneración de la retina; y neuropatía, degeneración del sistema nervioso que da lugar a pérdida de sensaciones, particularmente en los pies.
De acuerdo con el informe de Reuters, el equipo danés, en su estudio de cuatro años, realizó el seguimiento sanitario de 160 individuos de mediana edad con diagnóstico de diabetes de tipo II de aparición en la edad adulta, la forma más común de la enfermedad. Los análisis de orina indicaron que todos los sujetos han sufrido empeoramiento de la función renal relacionado con su enfermedad. Los autores hicieron que la mitad del grupo recibiera tratamiento estándar, mientras que la otra mitad recibió terapia "intensificada". La terapia intensificada incluye consejos sobre modificación del comportamiento (por ejemplo, dieta y ejercicio), y terapia con fármacos con efecto sobre los niveles de azúcar en sangre y la presión arterial elevada.
El equipo encontró que, en comparación con sujetos del grupo de terapia estándar, los individuos que reciben terapia intensiva experimentaron una tasa de fallo renal un 73% más baja , una incidencia de retinopatía un 55% menor, y una tasa de neuropatía un 68% más baja.
Tenemos aquí una enfermedad que no ha recibido quizá la atención que merece, aunque su incidencia es muy grande, principalmente porque no mata directamente pero crea las condiciones previas para que se desarrollen otras dolencias que acaban con la vida del enfermo ( a menudo complicaciones circulatorias).
Además, tenemos un caso de enfermedad con dos manifestaciones, una de las cuales (tipo I) es común entre las personas más jóvenes en los países del Norte y cuya incidencia decae drásticamente, con algunas notables excepciones que requieren estudios (Cerdeña, Kuwait), a medida que se pasa del Norte al Sur. La segunda manifestación, que afecta usualmente a las personas mayores, es común en los países del norte y del sur, pero está mostrando tasas de incidencia muy altas en años recientes en los países del litoral sur del Mediterráneo, suscitando interrogantes acerca de los hábitos de dieta, cambios en el modo de vida, etc. Además, puede presagiar una crisis en términos de salud y gasto en asistencia sanitaria en estos países de renta baja o media.
Finalmente, lo que está claro gracias a las iniciativas del IPTS para el Mediterráneo - la red de Análisis Tecnoeconómico para el Mediterráneo (TEAM) y las plataformas/foros proporcionados por estas iniciativas, es la falta de comunicación y cooperación entre los países de las regiones antes mencionadas. Fue en estos foros del IPTS donde participantes de alto nivel de varios países mediterráneos descubrieron que la elevada incidencia de la diabetes II no era un problema sólo de sus países sino que era absolutamente común en toda la región. Una vez más, la información acerca de un problema con fuerte incidencia en el Sur no había sido entre países del Sur, sino que había transcurrido a través del filtro de los gobiernos, centros de investigación, universidades, hospitales, periódicos, etc. de países del Norte, por lo que naturalmente, las posibilidades de colaboración Sur-Sur y la exploración de problemas o soluciones relevantes para el Sur no resultaban necesariamente destacados.
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