La Ecoauditoría: un instrumento para la defensa del Medio Ambiente

AutorIrene Belmonte Martín
CargoProfesora Colaboradora del Área de Ciencia Política y de la Administración de la Universidad Miguel Hernández y miembro de Greenpeace
Páginas37-54

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I - Introducción: algunas notas sobre el cambio climático que nos incitan a tomar la iniciativa

A pesar de las distintas interpretaciones más o menos catastrofistas que envuelven todo lo relacionado con la evolución de nuestro entorno ambiental, ya casi nadie puede dudar que el cambio climático1 sea una de las grandes amenazas o retos a los que se enfrenta elPage 39 futuro de la humanidad. El progresivo, y previsiblemente continuo, calentamiento global que está derritiendo gran parte de las zonas heladas del globo, sumergirá irremisiblemente ciudades e incluso países enteros en no muchos años según serias y variadas previsiones científicas, azota en forma de ciclones, huracanes y lluvias torrenciales cada vez más devastadores extensas zonas del planeta mientras que otras se ven abocadas a una durísima sequía y falta de agua. Además de éstos fenómenos meteorológicos extremos que ocurren en cualquier parte del globo y de los que casi diariamente somos informados en los medios de comunicación, las sociedades en las que se encuentra implantado un grado considerable de información y preocupación por la salud- especialmente las sociedades desarrolladas, como las europeas – están tomando en consideración y por ende, concienciación y modificación de sus pautas de actuación sobre los perjuicios de la exposición a la radiación de los rayos de sol por el debilitamiento de la capa de ozono. Afortunadamente es un hecho constatable la cada vez más creciente conciencia ecológica entre los ciudadanos, gobiernos y empresas así como una mayor preocupación por la sostenibilidad global de nuestro planeta.

Independientemente de las interpretaciones sobre el futuro del planeta si los seres humanos continúan con su actividad2, el cambio climático es producido por una alteración enPage 40 la composición de los gases que envuelven de nuestra atmósfera, denominados “gases de efecto invernadero” ( GEI ), y que además de protegernos de las inclemencias nocivas de las radiaciones solares cumplen la función fundamental de atrapar parte del calor del sol manteniendo así una temperatura media relativamente estable y templada que favorece el desarrollo de la vida en nuestro planeta. El efecto invernadero es fenómeno natural consecuencia de una serie de gases que conservan la temperatura media global en unos +15º centígrados (reteniendo el calor del sol cerca de la superficie de la tierra e induciendo la evaporación del agua superficial en la formación de las nubes que devuelven el agua a la Tierra en su ciclo vital) permitiendo un equilibrio beneficioso para la vida.

La alteración en la composición de los GEI se debe principalmente a un desequilibrado aumento de los niveles de CO2. A tenor de los datos aportados por el Cuarto Informe del Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC, International Panel on Climate Change) presentado a finales de 2007, elaborado por más de dos mil quinientos científicos y respaldado por la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMCC), el incremento de las emisiones totales de CO2 en el periodo 1970-2004 fue del 80% con respecto al del periodo 1850 y 19703 -28% entre 1990 y 2004- representando el CO2 un 77% del total de los GEI, siendo éstas emisiones las principales causantes del calentamiento global. Además hay que tomar en cuenta la deforestación de grandes zonas de bosques, principales absorbedoras del CO2, que han mantenido el equilibrio durante miles de años. La impremeditada actividad del hombre a lo largo del siglo XX, no solo ha alterado la composición química de la delicadísima capa de GEI sino que como efecto de ésta, ha producido un considerable aumento de su grosor, dificultando el proceso natural de expulsión de los rayos solares, quedándose retenidos en la atmósfera terrestre y así, provocando el fenómeno de calentamiento global. Las temperaturas globales han aumentado en la tierra de forma considerable durante todo el siglo pasado, si bien es cierto que ésta ha atravesado de formaPage 41 secuencial periodos más cálidos y fríos4, las proyecciones sobre la evolución de la temperatura global de la tierra a lo largo del siglo XXI son alarmantes pero no por ello ajenas a una base científica real, dichas estimaciones consideran que la temperatura puede aumentar de 1º a 5º centígrados en el presente siglo5.

El calentamiento global tiene efectos sobre el ser humano tanto lo que respecta a su modelo económico como a su salud. El cambio climático va a suponer un cambio en las estructuras productivas de muchos países tanto en su agricultura, industria y servicios, además de una reestructuración en las fuentes de energía y pautas de comportamiento empresarial como consecuencia de la mayor sensibilidad del impacto ambiental de las actividades humanas. Según el IPCC el aumento de las temperaturas tendrá un impacto en las enfermedades diarreicas, la malaria y la desnutrición, especialmente en los países menos desarrollados. Según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud6 (OMS), en el año 2000, murieron 166.000 personas y datan de 5,5 millones de años el número de años de vida sana perdidos (AVAD ) a causa del cambio climático registrado desde 1970. Y realiza el fatal pronóstico de 300.000 muertes en los próximos 25 años. A estos datos habría que añadirle los producidos por un aumento de la contaminación7 o la expansión de las enfermedades transmitidas por los mosquitos, al margen de la malaria, la pérdida de salud derivada del aumento de las tormentasPage 42 de polvo y viento, incendios forestales, malnutrición por inundaciones, plagas, pérdida de biodiversidad y los desplazamientos de población8.

Hay consenso en que la solución debe implicar un cambio de nuestro estilo de vida que garantice simultáneamente el nivel alcanzado actualmente en los países desarrollados y el de las futuras generaciones a nivel global, mediante el uso de recursos energéticos más sostenibles, un cambio hacia el uso más frecuente de energías renovables, la captura y almacenamiento de anhídrido carbónico y la inversión en la tendencia de la deforestación.

El cambio climático es un problema global que nos afecta a todos los que habitamos en este planeta y por ello, las soluciones deben ser globales. Cabe destacar compromisos y propuestas hacia esta dirección. Quizás la más destacable, ambiciosa pero muy controvertida, es el protocolo de Kyoto suscrito en 1997 ( que se proponía la reducción del 5% de la emisión de GEI de los niveles de 1990 para el 2012 ), todavía no firmado por Estados Unidos y que en sucesivas cumbres sobre el problema ( La Haya, 2000, Berlín y Bonn, 2001, Johannesburgo, 2002, Bali 2007 ) se ha ido diluyendo la responsabilidad y las propuestas iniciales en función de unos criterios geopolíticos tendentes a proteger la competitividad de cada estado dejando de lado el objetivo global de partida9.

La agencia intergubernamental de la ONU, también ha tomado conciencia y los informes que emite son importantes referentes para científicos y expertos. Además la Unión Europea ha desarrollado una “Política integrada de energía y cambio climático “con el compromiso de reducir las emisiones de GEI un 20% como mínimo hasta 2020 y mantener unaPage 43 postura serie y coherente sobre el cambio climático en las negociaciones internacionales a fin de establecer objetivos más consecuentes y ambiciosos.

Atendiendo a estas directrices, se está generando una nueva conciencia ante el cambio climático y deterioro del medio ambiente a la que responde la iniciativa pública ( agencias intergubernamentales, organizaciones gubernamentales y gobiernos ) además de la iniciativa privada liderada por empresas ( creación de redes de Responsabilidad Social Corporativa con el Medio Ambiente, Planes estratégicos medioambientales, etiquetas ecológicas… ) y consumidores ( creación de redes dinámicas que demandan soluciones a los representantes políticos – especial transcendencia tienen las campañas de los ecologistas en Internet - ahorro y uso responsable de la energía, consumo responsable e incluso manifestaciones antiglobalización … ).

Las políticas globales se nutren de acciones más concretas y éstas a su vez de instrumentos. Uno de los instrumentos, que están teniendo mayor éxito en los resultados sobre la toma de conciencia y asunción de responsabilidades humanas en el medio ambiente, es la Ecoaditoria. Es un instrumento de naturaleza mixta, en el sentido que es una iniciativa empresarial auspiciada por un una política intergubernamental de la Unión Europea en el marco de una Política Medioambiental para Europa.

II - La Ecoauditoria: objetivos y elementos que la componen

En nuestro entorno económico global y de modernidad, “la empresa deja de ser considerada como la expresión concreta del capitalismo y, aparece cada vez más como una unidad estratégica en un mercado internacional competitivo y como un agente de utilización de tecnologías nuevas “.10 La empresa se está convirtiendo en un actor fundamental en la vida social y, su búsqueda hacia la integración en el nuevo y cambiante marco social, en el que uno de los elementos que se introducen es la sostenibilidad de nuestro planeta por los cambios ambientales, amplia sus estrategias y pautas de actuación, que no quedan satisfechas con ser la unidad de base del sistema capitalista.

Las empresas, en un marco generalizado de preocupación medioambiental del que se hace eco el propio ordenamiento ambiental, han asumido conciencia del impacto de sus actividades empresariales en el medio ambiente y, también, su propia posición de causalidad en el mantenimiento y mejora del entorno. Las empresas...

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