La Comisión debe definir una estrategia Europea sobre la gestión racional del agua
Originalmente excedente y de buena calidad, el agua está convirtiéndose en un recurso escaso bajo los efectos combinados de los residuos, la polución, una población creciente y la sequía; fenómenos todos ellos que tienen también su particular incidencia en Europa. Acelerar el diseño y desarrollo de técnicas para la gestión racional del agua es por lo tanto un asunto particularmente urgente. Es por ello que Edith CRESSON, Comisaria Europea de Investigación, ha decidido lanzar una propuesta con el objetivo de construir una estrategia Europea conjunta en este área. A este fin, se ha creado una ¿task force¿ que asocia a aquellos servicios de la Comisión con competencias en el tema. En estrecha colaboración y consulta con las principales partes interesadas, su misión consistirá principalmente en apoyar la competitividad de las empresas europeas en este área, en los mercados tanto Europeo como mundial.
Cuatro direcciones para la estrategia
La estrategia europea debe seguir cuatro direcciones:
La lucha contra la polución - mejora de aquellas bases de conocimiento básicas indispensables; prevención mediante la rehabilitación de suelos contaminados, de las capas de sedimentación y los acuíferos, tratado de fluidos contaminantes ¿in situ¿ y desarrollo de técnicas agrícolas que limiten el riesgo de difusión los residuos derivados del uso de pesticidas y fertilizantes; mejora de las tecnologías de tratamiento de aguas residuales.
El uso racional del agua - promoción de la reutilización y del reciclaje en diferentes ramas agrícolas e industriales; perfeccionamiento de los métodos de regadío; desarrollo de equipos y métodos de gestión ahorradores en agua para la industria; minimización de perdidas en las redes de distribución, desarrollo de instrumentos de carácter económico que incentiven a los usuarios al ahorro de agua.
La lucha frente a los déficits de agua de carácter crónico en ciertas regiones, particularmente en el sur de Europa- Instalación de infraestructuras y desarrollo de recursos; planificación y gestión de la oferta y demanda de agua y diversificación de la oferta de fuentes .
Prevención y gestión de situaciones de crisis- tales como temporales de agua, aumentos en niveles de contaminación repentinos y a gran escala, severas sequías- mejora en la comprensión de las causas y efectos de estos fenómenos; desarrollo de herramientas para predicción, alerta y gestión, desarrollo de sistemas de seguridad para poblaciones afectadas.
La estrategia se hará de forma concertada, incluyendo a los diferentes agentes europeos implicados: operadores de distribución y tratamiento de agua, centros de investigación especializados, usuarios, autoridades planificadoras de infraestructuras tanto nacionales como locales, etc. El objetivo se encaminará en la vía de definir la prioridad de acción basándose en las cuatro direcciones propuestas. La selección tendrá en cuenta las actividades ya existentes, la importancia y la urgencia de los problemas, el panorama ofertado por la ciencia y la tecnología, las oportunidades de mercado, la posición competitiva de Europa y el potencial para la puesta en práctica de los resultados derivados de la investigación.
Varios tipos de acción serán considerados: coordinación entre programas o proyectos de investigación dentro del 4 programa marco para I+D y/o otros programas Europeos o nacionales mediante la creación de nuevos contratos de carácter industrial, promoción de nueva investigación en áreas clave y comienzo de proyectos piloto y de demostración. La responsabilidad de la presente ¿Task Force¿ recaerá en Mr. J. M. Martin, actual Director del Instituto de medio ambiente del Centro Común de Investigación en Ispra, asesorado por Mr. B. Schmitz, Jefe de Unidad en la Dirección General XII ¿Ciencia, Investigación y Desarrollo¿.
El agua, un gran reto para el siglo XXI
El agua se ha transformado en un bien económico ampliamente valorado. Su gestión será uno de los mayores retos del siglo XXI. El desajuste entre los recursos de agua y las necesidades se está haciendo cada vez más patente, resultando en una sobre explotación, una degradación de las reservas, e incluso tensiones entre usuarios, países que compiten entre si... Incluso cuando la oferta de agua no se encuentra limitada, la polución y comportamientos contraproducentes amenazan la oferta en el largo plazo.
La polución del agua dentro de la Unión Europea es un hecho preocupante: 20% de la aguas en superficie están amenazadas; las causas de la polución de los acuíferos por lo general muy profundos, son diversas y difícilmente controlables; las zonas costeras están sufriendo un debilitamiento; más de un 60% de las tierras agrícolas contienen concentraciones en fertilizantes y pesticidas juzgadas alarmantes para la calidad de las aguas circundantes; las pérdidas en la distribución de agua totalizan alrededor de un 25-30% del suministro total... La situación es todavía más preocupante para nuestros socios fuera de la Unión. El Norte de Africa y el Medio Oriente son las regiones del Mundo que se enfrentan a una peor perspectiva: 53% de su población debe vivir con una oferta inferior a los 1000 m3 per capita y año, siendo este un umbral por debajo del cual la producción de alimentos está amenazada. Y ello sin considerar, la extrema sequía que ha venido azotando al Sur de Europa en los últimos años.
Consecuentemente, el desafío humano viene motivado por un enorme reto en términos económicos. El mercado Europeo está expandiéndose fuertemente: los gastos en equipos y servicios en la Unión (EUR-12) ha crecido desde una cifra de 12 billones de ECU en 1990 hasta 20 billones de ECU en 1995, y se espera alcance los 30 billones en el año 2000. El mercado Mundial se duplicará en los próximos 15 años. Por tanto, el agua acertadamente toma una posición preeminentemente estratégica en aquellas iniciativas de cooperación internacional gestionadas por la Unión Europea (sirvan como ejemplo Aavicenne, Tacis y más recientemente Euro-Med).
