Cita

AutorLourdes Blanco Pérez-Rubio
Páginas7-7

Page 7

En 1935 escribía Marañón: «Algunas noches, al terminar mi trabajo, he pensado lo que hubiera pasado si a todos los enfermos que habían desfilado por la clínica les hubiera dicho rigurosamente la verdad. No se necesitaría más para componer la pieza más espeluznante del gran guiñol. El médico, pues —digámoslo heroicamente—, debe mentir. Y no sólo por caridad, sino por servicio a la salud. ¡Cuántas veces una inexactitud, deliberadamente imbuida en la mente del enfermo, le beneficia más que todas las drogas de la farmacopea! (...) ¿Cómo va el médico, entonces, a no mentir? Pecado lleno de disculpas magníficas es, por lo...

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