Ciberseguridad y futuro de la identidad

AutorMarc Bogdanowicz y Laurent Beslay

'The IPTS Report, is the refereed techno-economic journal of the IPTS,edited by D. Kyriakou, published monthly in English, French, German and Spanish.'

Laurent Beslay posee un máster en Relaciones Internacionales (Instituto de Estudios de Relaciones Internacionales), para el que realizó un informe sobre "El control de exportaciones de bienes y tecnología de doble uso", y un grado postmáster en Gestión Global de Riesgos y Crisis (Universidad de París I Panteón-Sorbona). Actualmente está preparando una tesis doctoral sobre "Vigilancia electrónica: beneficios y riesgos para la Unión Europea", mientras se encuentra en el IPTS-Comisión Europea, unidad de TIC, donde está trabajando sobre el futuro del proyecto de identidad.

Marc Bogdanowicz trabaja como Investigador Principal en la unidad de TIC del IPTS. Es licenciado en Ciencias de la Educación y posee diplomas de postgrado en Sociología Organizativa y en Comunicación de Dinámica de Grupo. Antes de entrar en el IPTS, estuvo a cargo de la Unidad de Evaluación Tecnológica del Laboratoire d¿Etudes des Technologies de l¿Information et de la Communication en la Universidad Estatal de Lieja (Bélgica).

Asunto: La comunicación y la participación cotidianas en la esfera pública están tácitamente sostenidas por nuestra comprensión compartida de la naturaleza de la identidad, y nuestra confianza en los mecanismos de identificación que nos permiten confiar en la información dada por individuos a los que no conocemos personalmente. Los procesos fundamentales para la sociedad de la información, como la digitalización y la interacción remota a través de las redes de comunicaciones, están ejerciendo una presión creciente sobre los modelos existentes de identidad y sobre los mecanismos de identificación.

Relevancia: La identificación, autenticación, privacidad, y seguridad de la información personal son cuestiones clave para la sociedad de la información. El mal uso, ya sea por individuos u organizaciones, de datos personales sensibles que afectan a nuestro sentido de la identidad, puede tener repercusiones sociales de gran envergadura.

El desafío contra la identidad

Se pueden distinguir dos aspectos en la identidad: su concepción socio-psicológica, - es decir, la idea de sí mismo del individuo, su sensación de ser y pertenecer, etc.-, y lo que podemos expresar como su concepción procesal, - es decir los medios formalizados de identificación de un individuo para los fines de interacción y transacciones con otros (véase Cuadro 1).

Cuadro 1. Los conceptos socio-psicológico y procesal de la identidad

Desde un punto de vista socio-psicológico, la identidad es una configuración que cambia dinámicamente y que refleja (y está ampliamente configurada por) la historia de las interacciones entre un individuo y su entorno, y en particular con "los demás". La identidad socio-psicológica está estrechamente relacionada con las características físicas de un individuo (una persona/un cuerpo) y con una amplia gama de aspectos no físicos individuales y relacionales que asociamos con nosotros mismos: describirla extensamente es una tarea privada e interminable si se quiere profundizar en la propia descripción.1

La identidad se caracteriza por aspectos como2:

· Permanencia: está en evolución pero es constante en el tiempo, permanente a pesar de los cambios en (su) historia.

· Unidad: está (se percibe como) unida en su diversidad. Aunque diversas, varias facetas contribuyen a definir una identidad única3.

· Realidad física: está asociada con características "físicas" cambiantes pero de nuevo permanentes, es decir, en el mundo físico tenemos un cuerpo para una identidad.

Desde un punto de vista procesal, la identidad es una colección de características formalizadas, que permiten la identificación y la autenticación necesarias para las relaciones sociales y económicas, así como para tratar con las autoridades. Los ingredientes básicos usuales son cosas tales como el nombre de una persona, el estado civil, fecha de nacimiento, estatura, color de la piel o de los ojos, número de hijos, nacionalidad, cualificaciones escolares y profesionales, etc. La elección de estas características puede depender del contexto, es decir, autoridad controladora, necesidades funcionales, etc.

Es interesante observar que hay una considerable interacción entre las facetas procesal y socio-psicológica de la identidad. Nuestra identidad procesal nos acompaña formalmente desde el nacimiento a la muerte, nos presenta como un individuo único, esto es, como ciudadano en un papel electoral, con un número único de tarjeta de la Seguridad Social o del documento de identidad, etc. Incluso aunque reconozca nuestros distintos papeles en la vida social, se apoya en nuestra presencia física y representación, por ejemplo a través de las fotos en pasaportes y documentos de identidad. El debilitamiento de estas interrelaciones subyace en muchos de los problemas suscitados por el futuro de la identidad en un mundo digitalizado (véase Cuadro 2).

Cuadro 2. Interrupciones históricas

Según Nathalie Zemon Davis4, la historia de Martin Guerre5 ilustra este concepto. La historia destaca el hecho de que, cuando la continuidad física directa se interrumpe (la ausencia de Martin durante 8 años), la relación entre el patrón de información que identifica al individuo y la entidad física así identificada se convierte en algo problemático. Ejemplos contemporáneos de interrupciones históricas se refieren a casos de documentos de identidad donde la fotografía del titular ya no podía considarse aceptablemente "representativa", por ejemplo, como resultado del envejecimiento.

El punto crucial aquí es que lo que era una situación excepcional en tiempos de Martin Guerre, se ha convertido en normal en la Sociedad de la Información. Ciertamente, la Sociedad de la Información, que se basa en activos, intercambios y relaciones intangibles, ya no es una cultura que se desarrolle cara a cara. En este entorno no hay continuidad física directa, y se pierde la unidad histórica de la identidad.

Esto crea, por consiguiente, la necesidad de un nuevo modelo de identificación para llenar el vacío de esta situación destructiva.

Nuestra hipótesis es que ambas facetas de la identidad, la socio-psicológica y la procesal, están amenazadas por las nuevas y futuras tecnologías de tres maneras:

· Crisis de identidad: la identidad socio-psicológica resulta de un proceso continuo de "construcción a través de interacción". Consecuentemente, algunos autores sostienen que estamos asistiendo a una transformación progresiva de las condiciones límite de este proceso de construcción. En la emergente Sociedad de la Información, nuevas formas de comunicación y la aparición de nuevas comunidades, que sostienen identidades intermedias, desafiarán a las identidades individuales y comunales6. Esto posiblemente conduciría a una llamada "crisis de identidad social"7.

· Identidades digitales: La digitalización de las características relacionadas con la identidad está cambiando progresivamente nuestra forma de identificar a los individuos a través de sus identidades -ahora digitales-: el contexto ha cambiado y con él las características. El mapa de las identidades digitalizadas ha estado generando su propia serie de problemas durante la pasada década.

· Identidades virtuales: La comunicación por red sitúa a los...

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