El sector bancario en los Estados Unidos. Características estructurales

AutorM.ª Teresa Blanco Hernández
CargoReal Centro Universitario «Escorial-María Cristina» San Lorenzo del Escorial
Páginas451-477

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I Introducción

En este trabajo se trata de poner de manifiesto algunas de las características más destacadas del sector bancario de los Estados Unidos por dos motivos fundamentales: y es que, en primer lugar éste ha sido y sigue siendo un referente para el resto del mundo en general, y el bancario en particular, y, en segundo lugar, por la importancia que el mismo otorga a uno de los elementos de todo sistema financiero, los mercados, a diferencia de lo que acontece al otro lado del Atlántico, y en concreto en los países integrantes de la zona Euro, que reservan un lugar privilegiado a los intermediarios financieros.

En efecto, los bancos norteamericanos han ocupado y lo siguen haciendo, los primeros puestos en el ranking bancario mundial 1. De hecho, este sector presenta importantes y crecientes beneficios, puesto que de los 210 bancos registrados en los Estados Unidos, tan sólo dos presentan pérdidas y 179 concluyen con beneficios crecientes y un importante resultado económico, situación que contrasta con la tendencia descendente de los indicadores globales de la economía experimentada en los año 2001 y 2002, y su impacto negativo sobre el sector bancario, tal y como lo demuestra el hecho de que los beneficios totales de los bancos a nivel mundial representados en el «Top 100» cayeron un 29,7% durante el año 2002, encabezados por el sector bancario nipón y la debilidad de los bancos alemanes.

Por otra parte, cabe preguntarse la posible incidencia en este resultado positivo de las «singulares» características estructurales que presenta su sector bancario y que muchos han coincidido en señalar que no se conocen en ningún otro país. Así pues, despierta curiosidad el conocer sus peculiaridades y estudiar las diferencias con respecto a los sistemas bancarios de otras zonas del planeta, y en concreto con la zona Euro. Page 452

Finalmente, justificamos este artículo en el hecho ya mencionado de que la industria bancaria de los Estados Unidos apuesta de manera firme por los mercados financieros, otorgando a los mismos un papel prioritario e incluso imprescindible dentro de su sistema financiero, a diferencia de lo que sucede por ejemplo en la zona Euro, donde el acento se ha colocado en una clara apuesta por los intermediarios financieros 2, estableciéndose de este modo una notable diferencia, que puede clarificar, al menos en parte, las posiciones de los principales bancos en los ranking mundiales.

II Algunas características del sector bancario de los Estados Unidos

Entre las características más destacadas del sistema bancario norteamericano podemos considerar las siguientes 3:

  1. Frágil ó nula relación entre entidades bancarias y el resto de instituciones, de ahí que los productos, actividades y servicios financieros ofrecidos por cada institución están escrupulosamente definidos, por tanto; se sitúa en el extremo opuesto de la denominada banca universal 4.

  2. Es uno de los pocos sistemas bancarios en todo el mundo (y el único de los países desarrollados) que carece de «un auténtico mercado bancario nacional».

  3. La figura más importante del sistema bancario es, sin duda, la de «Compañía holding de servicios financieros», pues es la que asume funciones de dirección de los distintos bancos o sociedades financieras que se integran en la misma.

  4. Elevado número de bancos comerciales.

  5. La tarea de supervisión de toda la estructura bancaria se encuentra muy dividida: existen diversos organismos supervisores con una delimitación de competencias que no siempre resulta clara.

  6. Su sistema de garantía de depósitos 5. Page 453

Pasemos a continuación a comentar todos y cada uno de los puntos:

2.1. Elevado grado de especialización bancaria

La normativa bancaria que propició el elevado grado de especialización que presenta este sector data del año 1933, cuando se llevó a cabo la aprobación de la Banking Act, más conocida como la Glass-Steagall Act, ,que distingue y separa las actividades de banca comercial y banca de inversión, y debido a tal distinción, la relación entre entidades bancarias y el resto de instituciones ha llegado a definirse, por parte de algunos expertos, de frágil o nula.

Con anterioridad a 1933, y en concreto en la década de los años veinte, los bancos comerciales fueron víctimas de un notable proceso de «desintermediación», similar al acontecido con posterioridad, en los años setenta y ochenta, y que supuso el inicio de su incursión en operaciones con valores 6, ya fuera a través de bancos filiales ó mediante la creación de departamentos especializados, hecho que incrementó de manera espectacular su negocio en esta área7. Al mismo tiempo, los bancos de inversión desarrollaron un movimiento paralelo con respecto a operaciones que tradicionalmente habían acometido los bancos comerciales, principalmente captación de depósitos (con el uso de cheques) y operaciones de préstamo (facilitados a través de las tarjetas de crédito) 8.

Sin embargo, la situación cambia de manera radical a partir de 1933, cuando se prohíbe que los bancos comerciales desempeñen Page 454 operaciones de aseguramiento y/o tenencia de valores, ya sea directamente o a través de sus filiales, si bien con algunas excepciones9.

El origen de esta distinción entre banca comercial y banca de inversión, radica en la consideración generalizada y presidida por el Senador Carter Glass, de ahí el nombre por el que se le conoce a la citada normativa, de que la incursión de los bancos comerciales en operaciones con valores «hacía peligrar la estabilidad del sistema financiero 10, por la generación de conflictos de intereses que dicha situación acarrearía», y que tuvo en la que Gran Depresión de 1929 una de sus manifestaciones más notorias, cuya situación era preciso reconducir lo antes posible11.

Y así, las secciones 16 y 21 de la Banking Act de 1933 se encargan de regular la separación de banca comercial y banca de inversión12, mientras que las secciones 20 y 32 contemplan las limitaciones operativas de las empresas filiales13 de los bancos comerciales14. Page 455

Posteriormente, en 1956, tras la aprobación de la Bank Holding Company Act, se extendieron las restricciones de la Glass-Steagall Act a los bancos propiedad de las Multibank Holding Companies, ya fueran miembros ó no del Sistema de la Reserva Federal15.

Principalmente en la última década, en los distintos foros de discusión se ha cuestionado con bastante frecuencia la continuidad o no de las limitaciones establecidas a raíz de la aprobación de la Banking Act de 1933, hecho que se encuentra sin duda fuertemente influido por la observación del desarrollo de prácticas bancarias en otros países, principalmente en aquellos que aplican el principio de «banca universal», característico de los países que conforman la Unión Europea y la posible desventaja que ello puede significar16 para los países que se alejen de esta tendencia17.

El concepto de banca universal hace referencia a la práctica bancaria que se caracteriza por la prestación de una amplia gama de productos financieros: desde admitir depósitos y conceder préstamos, operaciones que definen lo que se entiende por «negocio bancario tradicional», hasta titulizar créditos, suscribir títulos con su posterior venta a terceros, entre otros.

Desde el punto de vista competitivo, se trata de una estrategia que ofrece gran variedad de productos y poco o muy poco diferenciados, hecho que explica que aquellos países que apuesten por esta forma de entender el negocio bancario extiendan su área de negocio a través de la apertura de un elevado número de sucursales y que otorga a la variable «proximidad geográfica de la oficina con respecto al cliente» un papel destacado, e incluso decisivo, a la hora de elección de una entidad por parte de los potenciales clientes.

Por otra parte, los países que han apostado por el modelo de banca universal ofrecen un fuerte vínculo banco-industria que se manifiesta mediante la posesión por parte de la banca de participaciones industriales, si bien raramente se establece en sentido opuesto, es decir, que las empresas comerciales o industriales sean propietarias de entidades bancarias. Esta relación entre ambos sectores Page 456 puede ser objeto tanto de posiciones a favor como en contra, puesto que si, por una parte, el apoyo del sector bancario a la industria puede significar un importante efecto positivo para la actividad real y la economía del país en general, por otra parte es preciso considerar el nada desapercibido «efecto contagio» que se deriva de la misma.

Además, y en segundo lugar, hay que destacar la importancia de un segundo elemento que viene a incidir en este mismo sentido. En efecto, una de las razones de mayor peso que sustentan la eliminación de tal restricción18, radica en el hecho de buscar una fórmula que permita a la banca comercial de los Estados Unidos superar la situación de crisis que, por diversos motivos, venía acompañando a la misma desde los años ochenta 19. Por otra parte conviene señalar que no resulta del todo claro asegurar que el acceso a otras áreas de negocio financiero implique el mayor nivel de crecimiento y estabilidad en el sistema bancario 20.

En este sentido, la observación del comportamiento del sistema bancario de los...

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