El otro ausente. Análisis de la representación de los inmigrantes en la prensa española

AutorFranquet dos Santos Silva, Miguel - Real Rodríguez, Elena - López Talavera, María del Mar - Beriain Bañares, Ana
Páginas320-335

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Este estudio es el primero de una serie dedicadas al análisis de la representación de los inmigrantes en la prensa nacional e internacional. Se ha realizado conjuntamente entre académicos de la Universitat Abat Oliba CEU y la Universidad Complutense de Madrid.

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1. La función social del Periodismo

El Periodismo es una clase de comunicación colectiva, de índole informativo y opinativo, que responde a una clara función social, la necesidad que todo hombre tiene de estar informado y de saber cuanto ocurre, se idea y opina en el mundo. De este modo, ha quedado establecido que el derecho a la información es un derecho natural y personal ya que incide directamente en el perfeccionamiento del hombre y es exigencia de su dignidad de persona humana. A servir a este derecho está dirigido el Periodismo y la labor profesional del periodista. Ángel Benito incide en este parecer cuando afirma que "La vida de comunidad, desde la más primitiva a la más desarrollada, pide al hombre la necesidad de estar informado, de saber cosas, de preguntarlas y comunicarlas a los demás en la marcha diaria de la sociabilidad humana. Desde siempre, y al compás del desarrollo técnico y social, el Periodismo ha venido siendo el instrumento específico para la ampliación y más perfecta consecución de esa ansia de comunicarse connatural al hombre" (Benito Jaén, 1995: 143).104

Una tarea que consiste básicamente en elaborar noticias de hechos de actualidad o comentarios de esos hechos que respondan a una clara utilidad y evidente interés (que no curiosidad) general o público, debidamente explicados e interpretados con veracidad, imparcialidad y honestidad profesional, y trasladados al público con rapidez sin que por ello se vea mermada su calidad. Así pues, el Periodismo siempre se ha definido por su sentido público y cívico. El receptor-destinatario-público-audiencia ha sido desde los orígenes su mayor prioridad.

Los principales aspectos de la función social del Periodismo pueden resumirse en los siguientes,

· Información, interpretación y explicación de las diversas cuestiones de actualidad o de ámbito general, que respondan a un claro interés social, con veracidad y honestidad.

· Formación y orientación del pensamiento y la opinión.

· Contribuir al desarrollo intelectual y al enriquecimiento cultural de los públicos usuarios.

· Salvaguardar los derechos y libertades del individuo frente a posibles abusos del Estado [Servir de contrapoder ante los poderes clásicos, Legislativo, Ejecutivo y Judicial] y de instancias/instituciones privadas.

· Favorecer el proceso de socialización conectando al individuo con las formas, los usos y las costumbres de su entorno social.

· Facilitar, promover y contrastar el diálogo y la relación entre los diferentes grupos sociales. Promover actitudes sociales de integración, solidaridad y cooperación.

· Colaborar en la conciencia moral y social de la ciudadanía.

· Enunciar los problemas de la sociedad y sugerir las soluciones válidas para los mismos.

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· Estimular y alertar al hombre para su toma de conciencia crítica ante la sociedad. Contribuir a crear una ciudadanía activa en el seno de la comunidad. Conectar a las personas con el interés por ser protagonistas del tiempo en que viven y no sujetos pasivos.

Los medios de comunicación son instrumentos muy potentes para representar la realidad que nos rodea. Constituyen para las personas, con el entorno que proyectan, un tipo de conocimiento válido que estas toman como referencia para crear su pensamiento y poder actuar. Inciden notablemente en las representaciones sociales del imaginario colectivo. De ahí la importancia de los mensajes que, sobre los diversos asuntos públicos, trasladan a la sociedad con sus informaciones. Por ello su alta responsabilidad social. Que si bien no es absoluta, nos condiciona en gran parte.

2. Los principios ético-deontológicos inherentes a la información periodística Propuestas para el tratamiento informativo de la inmigración

Toda información relevante que responda a un claro interés general o público, ya sea de forma escrita o audiovisual, ha de ser difundida con las premisas aludidas en el apartado anterior, veracidad, imparcialidad y honestidad. De lo contrario no tendríamos una información calificable como Periodismo.

Los principios editoriales de una empresa informativa, guiados por su particular ideología, siendo legítimos no pueden posicionarse por encima de la ética informativa y la deontología profesional de los periodistas. Señala Antolín Granados que "los medios de comunicación tienen la responsabilidad social de no simplificar la compleja realidad migratoria, de no alimentar estereotipos, actitudes o percepciones que favorezcan el conflicto y dificulten la convivencia. (...) la libertad de expresión de un medio de comunicación y el derecho a la información de sus lectores no deberían constituir un obstáculo para cumplir con dicha responsabilidad." (Lario Bastida, 2006: 75-76). El Periodismo es ante todo compromiso con la democracia y los valores que la sustentan. Y los intereses particulares de cada medio no han de interferir en este logro mayor.

Ser veraz, imparcial y honesto, no es una tarea sencilla pero el periodista ha de poner todo su empeño en lograrlo. Tanto en la recogida del material informativo como en el contenido que se difunda. Salvando los límites cognitivos de su inevitable subjetividad a la hora de aprehender la realidad, dejando a un lado los razonamientos personalizados que no tengan su base en los datos y los hechos acontecidos.

El periodista ha de ofrecer al público únicamente informaciones exactas, debidamente contrastadas de modo que ningún hecho sea voluntariamente distorsionado ni deliberadamente suprimido. Así, no difundirá informaciones sino después de tener una razonable certeza de su verdad, las rechazará si son dudosas, o precisará su grado de probabilidad, dentro de los límites de sus propias posibilidades de investigación. Es su deber, dar cuenta de los hechos con precisión, en forma completa, concisa, clara y con respeto, en relación con todos los antecedentes e informaciones que sirvan a su mejor entendimiento, de manera que promueva el bien común.

La opinión debe estar debidamente separada de la información, y debe quedar claro donde se sitúa cada una. Las fuentes han de estar adecuadamente identificadas según

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los casos, y no se debe prescindir de ninguna que se considere fundamental para el entendimiento total de la información. Los protagonistas privados de la información solo han de ser dados a conocer con las iniciales de su nombre y apellidos. Los datos e imágenes que nos lleven a su completa identificación son accesorios a no ser que resulten imprescindibles para la comprensión de la información. Siempre se respetará la presunción de inocencia.

El sesgo premeditado no es aceptable. Dentro de la pluralidad de pareceres se puede incidir en una parte de la información que se considere más significativa, pero ese encuadre tolerable desde el punto de vista informativo no puede legitimar una mala praxis ético-deontológica, al intentar silenciar otro componente reseñable de la información que no interese dar a conocer a un medio con explicaciones que no se sostengan periodísticamente. Apreciado un error, el derecho-deber de rectificación ha de llevarse a cabo con prontitud y con el realce necesario.

El manejo de la cámara no es solo una cuestión técnica. Hay que aprender la teoría y la ética inherente a la práctica de su manejo. Saber captar con ella la realidad de un acontecimiento tal y como es, evitando la distorsión de nuestra interpretación, no es algo que esté al alcance de cualquiera. No es una mera cuestión de arte, sino también de ciencia que los profesionales debidamente formados adquieren. El uso de la imagen en una información debe obedecer a ilustrar el hecho con una visión añadida o complementaria. No es un mero relleno. Debe darse la debida correlación entre texto e imagen para no originar información equívoca o engañosa. La credibilidad profesional está enjuego. La manipulación de una imagen, salvo las mejoras técnicas que no alteren su sustantividad, está absolutamente prohibida. "Es una labor del editor gráfico la de velar por la calidad y profesionalidad de las imágenes, teniendo en cuenta que la selección de material gráfico para publicar significa un filtro ético sobre el tratamiento de la noticia" (Sánchez-Anguita Muñoz, 2008: 196).

El pie de foto debe aclarar en todo caso en qué circunstancias fueron tomadas y quién es el autor de las instantáneas. Está prohibida la utilización de imágenes cuya procedencia no se cite. Huir de los primeros planos invasivos en las situaciones de especial dramatismo. Hay que desechar el uso de métodos impropiados o ilícitos para conseguir la información ya escrita ya audiovisual. El fin no justifica los medios. La vida intima-privada de las personas ha de ser respetada salvo que exista un interés general o público superior, de lo...

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