Desarrollo General y Planificación Urbanística
| Autor | fernando de Estaban Cerrada |
| Cargo | Abogado del Ilustre Colegio de Madrid |
SUMARIO:
-
Introducción.
-
Política de desarrollo regional.
-
Planificación Urbanística.
-
1. El urbanismo y la idea de plan.
-
2. Planes de urbanismo y planes económicos y sociales generales.
-
3. Orígenes y nuevas perspectivas del urbanismo.
-
4. Clases de planes urbanísticos en la legislación vigente.
-
Consideraciones finales sobre planeamiento regional y urbanístico y su importancia para la defensa del medio urbano.
-
INTRODUCCION
La actividad humana es demasiado intensa para que el orden natural de las cosas no quede profundamente afectado por la misma. No puede tampoco esperarse que la armonía renazca espontáneamente de la conjunción de tan amplia gama de acciones e interacciones. Menos aún si cabe puede pensarse que la improvisación y la dispersión de los esfuerzos individuales puedan superar los resultados de la previsión y de la organización. Por ello, como bien se ha dicho, "el mundo entero está inmerso en una etapa planificadora en todos los niveles".
En este trabajo se van a examinar de manera principal algunos aspectos de los fines, límites y perspectivas del urbanismo en relación con la política de desarrollo regional, a la que el III Plan de Desarrollo Económico y Social concede su mejor atención.
Como es sabido, las grandes directrices de la actuación administrativa están predeterminadas y configuradas en estos planes de desarrollo económico y social, que tratan de armonizar todos los objetivos de la política nacional.
La tendencia expansiva del urbanismo, debida a la influencia cada vez mayor de las urbes en el resto del territorio, va a encontrar un nuevo punto de apoyo en esta política de desarrollo regional, que se basa fundamentalmente en el "hecho urbano", en esta realidad inconcusa del crecimiento de la población y de su concentración en núcleos urbanos. La interconexión e interdependencia advertida por la doctrina entre planeamiento regional y planeamiento urbanístico, lejos de debilitarse ante la pretensión totalizadora de los planes de desarrollo económico y social, se hace de día en día más estrecha. A nuestro juicio - que estimamos no hay inconveniente en adelantar -, el planeamiento regional y el urbanístico van a aparecer cada vez más entrelazados y confundidos en el camino de construir un "entorno vital" mejor y una convivencia más entrañable y justa de todos los españoles.
-
POLITICA DE DESARROLLO REGIONAL
La política de desarrollo regional - se lee en la introducción al tema en la Memoria del III Plan - responde a las aspiraciones de justicia y solidaridad que presiden la planificación española. La madurez del proceso de desarrollo permite abordar ahora, con mayor decisión, la mejora de la "calidad de vida" de todos los españoles.
Para ello el Plan incorpora a sus previsiones la dimensión espacial, y configura el territorio como un auténtico protagonista del desarrollo. En definitiva, el Plan busca un mayor equilibrio entre las regiones y dotar a todas ellas de los medios imprescindibles para impulsar su desarrollo y permitir a sus habitantes una vida digna y un futuro esperanzador.
Este mayor equilibrio interesa especialmente desde el punto de vista de construir un "entorno vital" mejor, pues, como se sabe, el campo y la ciudad han aparecido siempre enfrentados como dos modos de vida - de inferior y superior calidad - que han producido flujos migratorios indiscriminados y todos los problemas específicos conocidos de la concentración de la población en grandes urbes.
Por otra parte, esta política de desarrollo regional, que tiene una justificación social evidente, tiene también su apoyo en motivos económicos, pues trata de descubrir y potenciar las posibilidades reales de desarrollo de todas las zonas del territorio. Se pretende, en suma, según el III Plan, una revaloración del territorio, a través de:
- una política de los asentamientos metropolitanos, urbanos y rurales;
- una política de localización industrial;
- otros medios (programas regionales selectivos, etc. ).
El Plan pretende en efecto "impulsar una óptima revalorización del territorio nacional, buscando a través de una red jerarquizada de ciudades y pueblos un más humano y racional asentamiento de la población. Así se concretan y determinan, desde las Areas Metropolitanas hasta las Cabeceras de Comarca, aquellos núcleos a los que es preciso dotar de la infraestructura necesaria para estabilizar la población", proporcionándole los necesarios bienes y servicios colectivos.
La primera directriz de la política de revalorización del territorio consiste en efecto en "detectar la configuración de un sistema urbano adecuado y aprovechar este sistema urbano para ajustarlo a las características presentes y futuras del desarrollo de la nación".
Se trata por tanto de una política de "vertebración del territorio", para lo cual el Plan define y selecciona a continuación, con ponderado criterio "una red jerarquizada de núcleos de población, de modo que cada uno cumpla su función o desempeñe su papel más adecuado, evitando en lo posible la hipertrofia de los principales y procurando un mayor equilibrio entre las distintas zonas de la nación".
La concentración urbana es un factor del desarrollo económico a la vez que un resultado de la evolución de la población hacia formas superiores de vida, y debemos considerarla como un hecho irreversible.
Las estadísticas del III Plan, con su contemplación del "horizonte 1980", son especialmente expresivas. Será también un hecho plenamente positivo si sabemos evitar o atenuar adecuadamente las dificultades o inconvenientes que apareja y padecemos. Por ello, lo que cualifica esta política de desarrollo regional de un modo singular es precisamente que parte del "hecho urbano", de esa realidad indicada del crecimiento y...
Para continuar leyendo
Solicita tu prueba