La violencia en el personal sanitario

AutorLuis Ramón Capitán Pacheco
Páginas114-132

Page 114

1. Introducción

La violencia es una conducta básica del ser humano y representa un fenómeno social complejo y de amplia difusión. En todos los países se infligen diariamente malos tratos físicos, sexuales y psicológicos que, además de producir sufrimiento humano y menoscabar la salud y el bienestar de muchos millones de personas, cuestan cada año a los Estados grandes sumas de dinero en atención sanitaria, costas judiciales, absentismo y pérdida de productividad. El estudio y prevención de la violencia representa hoy día parte prioritaria de los programas de muchas organizaciones internacionales.

El primer problema que se plantea en la lucha contra la violencia es delimitar la esencia de la propia violencia: es un concepto que no tiene exactitud científica y sobre el que influyen aspectos culturales, morales, religiosos y legales, entre otros. Por ejemplo, según que disciplina la atienda, resultará una definición diferente, no siendo lo mismo una definición de violencia desde un punto de vista médico, legal o de servicios sociales. Además, depende de las diferentes convenciones culturales y normas sociales de cada lugar y de cada momento histórico, de manera que la no violencia es una conquista cultural que se logra con el desarrollo en el tiempo de diferentes cambios sociales. Así, conductas que en nuestro medio son consideradas violentas o incluso aberrantes, pueden ser consideradas normales en otras partes del mundo, como por ejemplo la tortura o la castración. Por otra parte, en nuestra sociedad actual, el uso de cualquier tipo de violencia en la escuela o dentro del seno familiar es considerada inaceptable, aunque hace algunas décadas era considerada parte consustancial de la enseñanza.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se define la violencia como:

"El uso deliberado de la fuerza física o el poder, ya sea en grado de amenaza o efectivo, contra uno mismo, otra persona o un grupo o comunidad, que cause o tenga muchas probabilidades de causar lesiones, muerte, daños psicológicos, trastornos del desarrollo o privaciones" (Organización Mundial de la Salud, 2003).

Page 115

Según la OMS, en función del autor del acto violento (aunque parece estar definida más bien en relación a "sobre quien" recae el acto violento, es decir la víctima) podemos clasificar la violencia en tres grandes grupos: violencia dirigida contra uno mismo, violencia interpersonal y violencia colectiva.

La violencia dirigida contra uno mismo comprende los comportamientos suicidas en sentido amplio. Este abarca no sólo los suicidios consumados, sino los pensamientos autolíticos, la planificación de llevar a cabo un intento de suicidio y los diferentes gestos autolíticos, así como los suicidios frustrados.

La violencia interpersonal abarca la violencia intrafamiliar y la violencia comunitaria: a este subgrupo corresponderían los actos violentos relacionados con el trabajo, como mobbing, acoso sexual o agresiones físicas por parte de usuarios.

La violencia colectiva adopta diversas formas: conflictos armados dentro de los Estados o entre ellos, genocidio, represión y otras violaciones de los derechos humanos, terrorismo y crimen organizado.

También se puede proponer una clasificación en cuanto a la naturaleza de los actos violentos: éstos pueden ser físicos, sexuales o psíquicos, o basados en las privaciones o el abandono.

2. Violencia en el trabajo

La violencia en el trabajo está constituida por sucesos en los que el trabajador sufre abusos, amenazas o ataques en circunstancias relacionadas con su trabajo que ponen en peligro su salud, su seguridad o su bienestar (Dejours y Gernet, 2014).

Éstos pueden ser de carácter físico, psicológico o sexual, constituir incidentes aislados o comportamientos más sistemáticos y tomar muy diversas formas, algunas más fácilmente identificables que otra. Asimismo, pueden darse entre colegas, entre superiores y subordinados o provenir de terceros como clientes, usuarios, pacientes o alumnos. También puede ir desde casos poco importantes de falta de respeto hasta actos más graves, como infracciones penales que requieren la intervención de las autoridades públicas.

La violencia laboral existe y en nuestro país representa un problema cada vez mas denunciado por los trabajadores que lo sufren. Muchas veces no hay respuesta por parte de la empresa para frenar y poner medidas de resolución a este tipo de conflicto. Otras veces no se quiere admitir, y por tanto no hay medidas tampoco. Y en otra cantidad importante de veces, son las víctimas las que sufren las consecuencias por parte de la empresa, porque se las aparta, se las despide, se las margina y se hace lo posible para que no sigan denunciando lo que está pasando.

Segflun la Oficina Internacional del Trabajo, se considera violencia toda acción o incidente mediante el cual una persona es agredida, amenazada, humillada o lesionada por otra en el ejercicio de su actividad profesional o como consecuencia de la misma.

En una revisión sistemática de la literatura, Wassel clasificó las violencias en el trabajo en cuatro grupos (Wassel, 2009):

Page 116

Tipo I: violencia externa/intrusiva. Comprende eventos criminales: robos, actos violentos durante protestas, agresiones relacionadas al uso de alcohol o drogas.

Tipo II: violencia relacionada con el consumidor. Por ejemplo: usuarios de servicios de salud o sus acompañantes, alumnos de escuelas, clientes de restaurantes, hoteles, etc.

Tipo III: violencia referida a relaciones interpersonales. Por ejemplo: bullying, mobbing, asedio sexual o moral, que involucra también a la violencia ejercida, en ambientes de trabajo, por hombres contra sus parejas.

Tipo IV: violencia que se origina en la organización o institución y tiene por objeto a los clientes, pacientes, usuarios o, como en los actos terroristas, sin objetivo definido, impactando en la sociedad como un todo.

3. Desencadenantes de la violencia en el trabajo

La violencia ha sido estudiada desde un modelo ecológico, el cual empezó utilizándose en el estudio del maltrato infantil y posteriormente se aplicó a otros tipos de violencia. Este modelo considera a la violencia como el producto de muchos niveles de influencia sobre el comportamiento, siendo resultado de la acción recíproca y compleja de factores individuales, relaciónales, sociales, culturales y ambientales, de manera que cada uno de los niveles refuerzan o modifican a los demás.

Así, por ejemplo, un individuo con tendencia a la agresividad tiene más probabilidades de actuar violentamente en el seno de una familia o una comunidad que acostumbra a resolver los conflictos mediante la violencia que si se encuentra en un entorno más pacífico.

El modelo ecológico también pone de manifiesto que, para prevenir la violencia, es necesario actuar en varios niveles a la vez. A pesar de la opinión muchas veces existente, en la que se entiende la violencia como un problema individual, no estamos ante un problema de personalidad o de patología. Fundamentalmente nos encotramos ante una mala organización del trabajo, de la gestión o de la forma de liderar de sus mandos, o ante una carencia de políticas preventivas empresariales.

Por ello, se requiere de un enfoque integral que actúe a diferentes niveles y es fundamental vincular directamente la salud y la seguridad con la gestión y el desarrollo de una institución.

A nivel individual y relacionai, las organizaciones deben brindar oportunidades para aumentar la sensibilización de todo el personal y darle una formación apropiada, lo cual puede hacer que disminuya la probabilidad de de violencia en el trabajo, así como ofrecer espacios de orientación y apoyo a las personas afectadas por la agresión o el acoso, y en caso de necesidad, ayuda para su reintegración (Snyder, et al, 21012).

En cuanto al lugar de trabajo, se ha comentado previamente la repercusión del control del ambiente físico sobre la aparición de violencia. En el ámbito sanitario, sobre todo en determinados dispositivos, como las unidades de hospitalización de salud mental, un factor determinante en la evitación de la aparición de la violencia es dotar al lugar de trabajo de elementos de seguridad, que minimicen el riesgo de comportamientos helero o autoagresivos (Brown y Burns, 2013).

Page 117

El modelo ecológico pone también de manifiesto que los factores que predisponen a un tipo de violencia, también lo hacen para otros. Así, en un lugar de trabajo con vulnerabilidad para la aparición de mobbing, también está más expuesto a que se desarrolle otro tipo de violencia como acoso sexual o agresiones.

Es responsabilidad de políticos y gestores prevenir la violencia en el trabajo. Se deben implementar políticas que impulsen la colaboración activa de organizaciones de trabajadores y de empleadores para la elaboración de normas claras y programas contra la violencia laboral. Y apoyar la sanción de leyes y la implantación de normas por el gobierno nacional y local.

4. Repercusiones de la violencia laboral

La mayor parte de los actos violentos no son mortales. Sin embargo, además de las lesiones físicas directas, las víctimas de la violencia corren mayor riesgo de sufrir problemas psíquicos y conductuales, como depresión, ansiedad, abuso de alcohol, comportamiento suicida, problemas reproductivos como embarazos no deseados, enfermedades de transmisión sexual y disfunciones sexuales, y trastornos psicosomáticos como trastornos gastrointestinales, cefaleas o alteraciones dermatológicas.

Estos efectos sobre la salud pueden manifestarse inmediatamente después de aparecer la violencia o permanecer en estado de latencia y presentarse incluso meses más adelante...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR