¿ A dónde van las relaciones laborales?

AutorJuan Antonio Sagardoy Bengoechea

Catedrático de Derecho del Trabajo. Universidad Complutense de Madrid

Como dijo el poeta: `Se van haciendo rescoldos todas nuestras viejas certidumbres'. Y esa nostálgica constatación se puede aplicar perfectamente al mundo de las relaciones laborales. Se puede aventurar que el futuro -y ya presente iniciado- del sistema de relaciones laborales iría por las siguientes coordenadas.

Estratificación. Debido sobre todo a los avances tecnológicos, se está produciendo, y se intensificará, una estratificación del conjunto de relaciones laborales de modo que no se puede hablar de un sistema, sino de muchos subsistemas. Cada vez es más pronunciada la diferencia entre empresas de tecnología punta y empresas planas o tradicionales y entre empresas grandes y pymes. Pero si las relaciones laborales se estratifican lo mismo ocurre con los propios trabajadores. Cada vez es más importante la escisión de los distintos tipos de trabajadores, no sólo entre directivos y comunes, sino entre empleados en empresas de distinto tipo. La insolidaridad muy previsiblemente crecerá en lugar de disminuir de modo que la compacta `clase trabajadora' de la primera mitad del siglo XX ha dado paso a un mosaico proteiforme. No se podrán gobernar unas empresas como otras. Además, se formarán guetos con los trabajadores no cualificados, fundamentalmente inmigrantes.

Diversificación. Otro factor rompedor de los viejos moldes laborales está y estará en los distintos vínculos que unen al trabajador con la empresa. El contrato ortodoxo -hasta la jubilación- que se realizaba en el lugar de trabajo y a tiempo completo ha ido dejando paso a formas precarias y atípicas o heterodoxas del compromiso laboral. Conviene, dicho sea de paso, distinguir entro lo precario y lo atípico, no sólo desde el punto de vista jurídico, sino también del social, ya que lo precario siempre será repudiable, pero lo atípico, sea o no amable o deseable, entrará con fuerza en la normalidad e, incluso, en el modo normal de la vida laboral. El teletrabajo y el contrato a tiempo parcial por ejemplo, con carácter de indefinidos, pasará a ser típico u ortodoxo en el mercado de trabajo.

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