Validez y eficacia de los actos administrativos, de Margarita Beladíez Rojo.

AutorJosé María Chico y Ortiz
Páginas1076-1078

    BELADÍEZ ROJO, MARGARITA: Validez y eficacia de los actos administrativos, Marcial Pons, Madrid, 1994.

Hace muy poco, al estar escribiendo algo sobre los «principios hipotecarios», tropecé (la expresión no es buena, pues lo que hice es un hallazgo y no un tropiezo) con un libro breve, pero sensacional de esta autora que ahora me propongo recensionar en su nueva obra sobre un tema tan apasionante como indica su título. La obra que me llamó poderosamente la atención -y me traeré a estas páginas para su recensión- se titula Los principios jurídicos y está prologada y avalada nada menos que por García de Enterría. Si yo disfruté con la lectura, con mucho aprovechamiento, de esa obra sobre los principios, estoy entusiasmado con ésta que me ofrece una nueva vertiente de un problema muy serio y muy preocupante sobre la validez y eficacia de los actos administrativos.

Desde mi posición «privativista» me «incordia» la «presunción» de validez y ejecutoriedad de los actos administrativos, sobre todo si los relaciono con la posibilidad de su entrada en el ámbito registral. Creo que en este punto no he Page 1077 sabido ponderar estos principios de validez y ejecutoriedad -con más o menos justificaciones- pues el tema de las presunciones entra en la esfera civil, en la registral y en la constitucional. Si yo justifico esas presunciones que me son «familiares» ¿por qué no voy a admitir la presunción administrativa? En base de asegurar el tráfico jurídico inmobiliario el artículo 38 de la LH presume que el titular que figura en el Registro como tal, lo es del derecho y en la extensión que indica el asiento, así como la de ostentar la posesión del derecho. El Código Civil -aparte de muchas presunciones- tiene una sobre la causa que es muy importante en el momento de la caliñcación registral del negocio jurídico que intenta su acceso al Registro. La presunción de inocencia constitucional es otro principio que es preciso admitir, aun sabiendo quien fue el autor del crimen por haberlo visto, hasta que pueda probarse los hechos delictivos y su participación.

Si he apuntado estos «frentes es por saber la finalidad que ellos persiguen y si ésta es lo suficientemente importante para poder mantener esas presunciones. Por ello, más que criticar la presunción, lo que hay que buscar es la justificación de la misma. Creo que este es el gran tema que la autora nos ofrece en su libro y que, como cuenta Alejandro Nieto en su Introducción, es la base de la tesis...

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