Una última reflexión

AutorAmaya Fernández García
Cargo del AutorDoctora en Derecho
Páginas265-267

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El estudio del nuevo papel asignado a los poderes públicos en la agricultura del sigo XXI hubiera sido suficiente para generar la controversia, sin que fuera indispensable incorporar a la discusión la tendencia hacia una mayor presencia privada en el escenario público. No obstante, ambos componentes se hallan estrechamente enlazados y, al menos desde el plano teórico, se debe tratar de coordinarlos, para así descubrir, de la forma más completa posible, qué se está reclamando a los actores, públicos y privados, en el conflictivo panorama agrícola.

De este modo comprobamos que son los particulares, y más concretamente los agricultores, quienes materializarán la reforma agrícola, la cual será incompleta si no conduce a la transformación de la Administración agrícola, donde no sólo se precisa la reducción de su rama de fomento, sino también la solicitud de una creciente intervención privada en ella y reducción de su gran aparato organizativo.

Lo afirmado puede suscitar serios temores en el sentido de poder en-tender que en la nueva Administración agraria serán los particulares quienes tomarán su bastón de mando, pero ello no es así porque las principales posibilidades que éstos tienen para actuar en la vida administrativa son dos, esto es, la participación y la colaboración privada a la Administración agrícola.

Respecto a la primera, ya sea a través de la presencia de los individuos o asociaciones vinculados al campo en los órganos públicos agrícolas o median-te su intervención en los procedimientos administrativos agrícolas (sin la condición de interesados), existe cierto consenso en que su impulso es oportuno, y no seré yo quien lo contradiga, siempre y cuando se respete la batuta de la Administración, en coherencia con el hecho de que es ella la responsable de todas las decisiones que se adopten en dichos órganos y procedimientos. Así pues, si

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la escucha de los particulares sólo conduce a la ineficacia y paralización de la actuación pública, deberá meditarse seriamente si todos los mecanismos que se están arbitrando para facilitar su audiencia, especialmente en la vía informática, deben seguir alentándose.

En cuanto a la colaboración o, lo que es lo mismo, el ejercicio privado de funciones públicas agrícolas, su afirmación es altamente polémica debido, principalmente, al gran desconocimiento de las realidades que sirven para verificar su existencia, como son los grupos de acción local, las organizaciones...

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