TRIAS, Eugenio. La imaginación sonora Barcelona, Galaxia Gutenberg, 2010

AutorAndrés Ortiz-Osés
Páginas202-205

Page 202

El sentido musical del mundo

Nuestra problemática de la mediación de los opuestos encuentra en la música su exposición sonora, ya que la música es la articulación simbólica de los contrarios, así como su media-ción coimplicativa, tal y como se muestra en la expresión del gozo y del sufrimiento, de la pasión y la serenidad, de la fiesta y el duelo. En la música occidental esta representación simbólica de la existencia como coexistencia de vida y muerte alcanza su cumplimiento. Según los musicólogos esa representación cromática de los contrastes existenciales comenzaría en el siglo XII, un tiempo trovadoresco en el que la música medieval religiosa -el gregoriano- deja de ser plana para devenir un tanto irregular, ya que la tradicional voz cantante, monótona, horizontal y sucesiva se dobla o redobla, siendo atravesada por paráfrasis o parafraseos en una especie de discanto o contracanto (véase J.L. Comerllas, Historia sencilla de la música, Rial, Madrid 2006).

En ese emblemático siglo XII, en el que se da el paso del románico aplanado al gótico cromático, emerge la «polifonía contrapuntística» en el entorno de la catedral de París, culminando posteriormente en Flandes. Mientras que en el románico la trascendencia aplana a la inmanencia achatándola, en el gótico la trascendencia abre nuestra inmanencia hacia lo alto en elevación simbólica. De esta guisa, el tiempo gregoriano horizontal queda emplazado por el espacio gótico vertical, proyectando una música «diafónica» ya no regida por el canto firme del tenor, puesto que es contrapunteado por la coloratura «bárbara» propia de la música gótica con sus motetes, hasta arribar al Renacimiento con sus madrigales. El gregoriano con su sentido musical sustantivo o sustancial dirigido a la conversión se accidenta y divierte o diversifica de un modo más abierto (Véase al respecto R. Taruskin, The Oxford History of Western Music, Oxford University Press, 2005; también Gran Enciclopedia Rialp, Madrid, 1971 ss., voces «Música» y «Polifonía»).

El paso musical de la Edad Media al Renacimiento está representado por la música rena-centista de Palestrina, todavía deudora de armonías o consonancias medievales, pero también por la sensibilidad afectiva de nuestro Tomás Luis de Victoria y el prebarroco Lasso. En la modernidad la música eclosiona en Bach barroca y contrapuintísticamente, en Mozart gozosa y alegremente, en Beethoven heroica y bruscamente, en Wagner dramática y románticamente y en Mahler tragi-cómicamente. En la música moderna la conciencia temporal sucesiva aparece quebrada por el inconsciente espacial o imaginal, de modo que el sentido consonante de la existencia queda enmarcado en la simbología contrastante de la misma existencia, hasta acceder al abismo disonante o nihilista de la música atonal, dodecafónica o serial (al respecto H. Küng, Música y religión, Madrid, Trotta, 2008).

Ha sido de nuevo E. Trías quien, en su obra «La imaginación sonora» ha planteado una revisión de la música desde una perspectiva gnóstica, la cual concibe lo musical finalmente como una «catarsis» o...

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