La trayectoria del conde de toreno: del liberalismo revolucionario al liberalismo conservador1

AutorJoaquín Várela Suanzes-Carpegna
Páginas298-301



1. La colección que hoy se clausura concluye con un volumen en el que se recogen veinticinco discursos parlamentarios del Conde de Toreno, precedidos de un muy extenso Estudio Preliminar, que he tenido el placer de llevar a cabo. Trataré, a continuación, de exponer los aspectos más relevantes de la agitada y romántica vida de Toreno, con el propósito de destacar su muy relevante papel en nuestra historia constitucional e incluso en el liberalismo europeo de su época.

2. José María Queipo de Llano y Ruiz de Saravia, Vil Conde de Toreno, nació en Oviedo, un 27 de septiembre de 1786, en la antigua casa de Malleza, muy cerca de donde ahora nos encontramos, en el seno de una de las familias más antiguas y acaudaladas de Asturias. Desde niño mostró una clara inclinación a la lectura, un carácter enérgico y una inteligencia muy despierta. Buen conocedor de los clásicos griegos y latinos, sintió especial predilección por la Historia e hizo rápidos progresos en el aprendizaje de varias leguas modernas, algunas de las cuales llegó a hablar con suma perfección. Hijo de su tiempo, cuando era apenas un adolescente ya conocía en profundidad las obras más relevantes de los pensadores de la Ilustración y del liberalismo, como Locke, Montesquieu, Voltaire y Rousseau.

3. Su vida pública comienza en el decisivo año de 1808. Tras los sucesos que tuvieron lugar en Madrid del 2 de Mayo, de los que fue testigo, Toreno se incorporó a la Junta General del Principado de Asturias y, junto a su Procurador General, Alvaro Flórez Estrada, participó activamente en las contiendas políticas que se desarrollaron en la capital del Principado durante ese mes, que concluyeron el 25 de Mayo. Ese día la Junta se autoproclamó soberana, declaró la guerra a Napoleón y decidió enviar a Londres una delegación, presidida por el Conde de Toreno, con el encargo de recabar el apoyo británico a la lucha contra el invasor. Tras cumplir su cometido, Toreno regresó de Londres en Diciembre de 1808, y después de una breve estancia en Oviedo, en donde se enfrentó con el poderoso Marqués de la Romana, se trasladó a Sevilla, sede de la Junta Central y laboratorio intelectual de primer orden en aquella España esperanzada. En la capital andaluza estrechó los lazos de amistad con Jovellanos, por el que sintió siempre una gran admiración, pese a discrepar entonces de su ideario político. Cuando el polígrafo gijonés muere, en 1811, Toreno pronuncia un emotivo discurso en su memoria, por encargo de las Cortes de Cádiz.

4. En estas Corte su participación fue muy notable, casi siempre al lado de Agustín Argülles, diez años mayor que él, con el que compartió vivienda. Toreno fue el diputado más joven y quizá el más radical de aquella Asamblea, en donde defendió, entre otras muchas medidas, la abolición de los señoríos- siendo él señor de varios-, de las pruebas de nobleza para acceder al ejército, del voto de Santiago y del Tribunal de la Inquisición, además de apoyar con ardor juvenil la elaboración de un texto constitucional no muy distinto al francés de 1791, basado en la soberanía nacional y en la división de poderes. Dos principios a partir de los cuales la Constitución de 1812 redujo de forma muy considerable los poderes del rey, entonces ausente, y atribuyó la dirección política del Estado a unas Cortes unicamerales, elegidas por un amplio cuerpo electoral. Toreno llegó a sostener en Cádiz algunas medidas que no se atrevieron a defender los demás liberales, como la de prohibir al monarca el veto de las leyes aprobadas en Cortes, incluso de forma meramente suspensiva, como establecía la Constitución de 1812.

5. En 1814 Toreno se exilia...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR