Trabajando sobre los conceptos básicos para la mediación

AutorFrancisco Corsón Pereira/Eva Gutiérrez Hernanz
Páginas9-53

Page 9

En este primer capítulo se pretende enmarcar la mediación, desde un punto de vista teórico, pero también con un enfoque eminentemente práctico. Es preciso aclarar y puntualizar aquellos aspectos que constituyen la base del ejercicio de la mediación, en un sentido general.

Para ello, empezaremos con un análisis y conocimiento del conflicto, que está en la base de todo proceso de mediación; mientras que la segunda parte del capítulo se dedicará a profundizar en la mediación, su conceptualización, modelos teóricos y diversos aspectos relacionados con la figura de la persona mediadora.

1. Sobre el conflicto
1.1. Conflicto y mediación

“La solución intentada es aquello que constituye el problema”

(Paul Watzlawick)

La concepción y actitudes que circulan en nuestro entorno acerca del conflicto, determinan nuestro comportamiento en las situaciones conflictivas. Hasta hace muy poco, tanto desde las ciencias sociales como la creencia popular consideraban el conflicto como algo a evitar, relacionado con la psicopatología, con los desórdenes sociales o con la guerra. Incluso nuestro diccionario de la Real Academia de la

Page 10

Lengua Española le da estos significados: 1) “combate, lucha, pelea”;
2) “enfrentamiento armado”; 3) “apuro, situación desgraciada y de difícil salida”; 4) “problema, cuestión, materia de discusión”. Afortunadamente el estado de la cuestión ha cambiado, ahora consideramos que todo conflicto puede adoptar un curso constructivo o destructivo, y que es inherente a las relaciones sociales.

Empezamos entonces a vislumbrar que el conflicto ha existido siempre. El ser humano es un ser social, cuyas necesidades, expectativas e intereses dependen, directa e indirectamente, de nuestro entorno y las personas que nos rodean. Por eso cuando dos o más personas persiguen el mismo interés o intereses opuestos, y no es posible una colaboración, surgen desacuerdos y conflictos. El hecho de que el conflicto nos haya acompañado siempre, ha supuesto también que hayan existido siempre mecanismos para su resolución, definidas por las distintas construcciones culturales e históricas que ha habido y hay sobre el conflicto. Por tanto, los conflictos se asocian a todas las manifestaciones de la vida, englobando guerras y disputas, crisis y problemas. Debemos entender el conflicto como un fenómeno universal con infinitas expresiones pero con unidad conceptual. Un fenómeno que se manifiesta en el primer y el último acto de la vida, es decir, en el momento del nacimiento y en el de la muerte.

Por eso, podemos concebirlo como un obstáculo o dificultad en un proceso, o más bien como una oportunidad para el crecimiento y el cambio; podemos entenderlo también como una situación patológica donde las personas afectadas no tienen capacidad de decisión ni resolución, o como una situación que puede ser resuelta por sus protagonistas. Se puede hablar de dos significaciones simultáneas:

- Cuando el conflicto representa crecimiento, oportunidad, innovación, cambio, mejora, descubrimiento, etc. Entonces, el conflicto, al igual que una enfermedad, nos señala que algo está pasando y que podemos retrasarlo pero no impedirlo. Desde este punto de vista nos conducen a avanzar y mejorar, sacando partido del propio conflicto.

- Pero también puede significar destrucción, frustración, bloqueo, violencia, guerra, dolor y sufrimiento, etc. Entonces

Page 11

hablamos de una disfunción, un error que llevará a cambios traumáticos con resultados perjudiciales para las partes implicadas.

La frontera entre ambos significados no es precisa, sino ambivalente y relativa, de forma que solo podemos determinar su bondad o maldad en función del resultado final. Pero si podemos decidir si son positivos o negativos los métodos utilizados en respuesta al mismo. Así, todo medio que suponga un coste superior a los resultados obtenidos puede pensarse como equivocado, inconveniente o negativo. Entendiendo los costes a nivel global –humano y económico–; por ejemplo, la violencia, en cualquiera de sus manifestaciones, siempre resulta perjudicial y negativa.

La mediación aparece ligada orgánicamente al conflicto y su regulación, siendo este consustancial a la naturaleza humana, por lo que está y estará presente en todos los ámbitos de nuestra vida (familia, escuela, trabajo, vecinos, comunidad, amistades, etc.), y en todos los niveles del comportamiento humano: intrapersonal, interpersonal y grupal.

Hablar de conflicto, por tanto, es hacer referencia a situaciones habituales y cotidianas que se dan en el marco de la convivencia y de las relaciones humanas, donde los valores, necesidades, deseos, expectativas, intereses o posiciones son o se perciben como opuestas. Es decir, percepción, interdependencia e incompatibilidad tienen que estar presentes para que podamos hablar de conflicto.

Los fenómenos conflictuales abarcan todas las actividades y ámbitos. En muchos países, la Justicia se ve colapsada y pierde eficacia, llegando a ser contraproducente en sus métodos y transformándose en una justicia injusta. A nivel empresarial, los conflictos afectan a la capacidad productiva y genera malestares psicológicos y sociales. De poco sirven estructuras organizativas complejas o estatutos y convenios, si el ejercicio del trabajo se ve muy afectado por conflictos entre compañeros, o entre estos y la gerencia, poniendo en riesgo el equilibrio emocional y mermando los objetivos empresariales. No abordar y solucionar la conflictividad latente y/o manifiesta puede llegar a suponer pérdidas millonarias. Porque los conflictos

Page 12

conllevan incremento del absentismo laboral, baja la productividad, pérdida de confianza del consumidor o usuario…

Independientemente del modo en que se manifieste el conflicto, no tiene porqué entenderse como un proceso negativo, sino, más bien, como una oportunidad, estando en la raíz del cambio personal, interpersonal y social. Pues bien, este es el enfoque del conflicto que adopta la mediación como disciplina. Parece ser que la negatividad, más que el conflicto en sí, está en la forma en que lo abordamos, por eso hay que desarrollar e insistir en métodos, como la mediación, que ofrezcan una gestión no antagonista o competitiva del mismo, para su transformación y/o resolución favorable a todas las partes implicadas.

La configuración del conflicto interpersonal consta de 3 elementos que interactúan entre sí: personas, proceso y problema. Para conseguir un adecuado abordaje del conflicto es preciso saber cuántas personas están implicadas, en qué medida, su papel e interdependencia. El conflicto se desarrolla a lo largo del tiempo, con estadios de escalada y desescalada progresando gradualmente, es decir, es un proceso.

Una forma bastante usual de vivir la manifestación del conflicto es como un problema que necesita satisfacción, pasando por encontrar alternativas que den cuenta de las necesidades y expectativas de todas las partes afectadas e implicadas, es decir, obteniendo cierta satisfacción general. En efecto, un modelo cooperativo de abordar el conflicto trae consigo más garantías de continuidad de la relación entre las partes, a posteriori, y más probabilidad de cumplimiento de los acuerdos establecidos, que si abogamos por un modelo competitivo.

Alcaide (1987) distingue tres formas de percibir el conflicto:

- Conflicto real, se percibe con exactitud, bien por el modo de producirse, bien por su propia naturaleza.

- Conflicto contingente, se percibe en función de la definición que haga el actor, con lo que es muy relativo y depende de quién haga dicha definición.

Page 13

- Conflicto superpuesto, se añaden otras cuestiones intangibles o emocionales, convirtiendo el conflicto en escenario de rivalidad y enfrentamiento.

Por otra parte, los conflictos pueden tener diversos finales:

- Desaparición del objeto de conflicto.

- Victoria de una de las partes y derrota/sumisión de la otra.

- Compromiso/acuerdo entre las partes.

- Conciliación/reconciliación.

- Irreconciliación/irredentismo.

En los dos primeros, los posibles finales son temporales, ya que no se han atajado las causas profundas del conflicto; la tercera posibilidad abre un camino al aprendizaje en la resolución de conflictos por una vía eficaz y duradera (como la mediación). El cuarto final posible muestra una capacidad ya adquirida que puede garantiza un sistema de relaciones que, sin eliminar las tensiones y el conflicto, asegure que no pasarán de ciertos límites. Y la última posibilidad pone de manifiesto la incapacidad absoluta de superación de los problemas de relación, así como la continuación de la situación conflictiva y su escalada. De todas formas, ya profundizaremos más en estas cuestiones más adelante.

El crecimiento exponencial de los procesos conflictuales se da en todos los campos: familiar, grupal, vecinal, laboral, legal, empresarial, internacional, etc. El caos y tensión que ponen de manifiesto las situaciones de conflicto son la confirmación de lo inadecuado de muchos métodos y técnicas que suelen emplearse. Así, los constantes intentos por sofocar, reprimir, contener o gestionar los conflictos solo consiguen aumentarlos y multiplicarlos. La solución debe ser otra. Partiendo de una nueva comprensión del conflicto llegaremos a desenlaces positivos y eficaces, duraderos y sin efectos secundarios indeseables o contrarios al objetivo previsto. Una de estas soluciones es la Mediación.

Los problemas pueden resolverse mejor compartiendo que repartiendo.

Page 14

Antes de seguir avanzando en el conocimiento del...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR