El terrible Derecho. Estudios sobre la propiedad privada. Prólogo y traducción de Luis Diez-Picazo, de S. Rodotá.

AutorFrancisco Corral Dueñas
Páginas1953-1956

    RODOTÁ, S.: El terrible Derecho. Estudios sobre la propiedad privada. Prólogo y traducción de Luis Diez-Picazo. Editorial Cívitas. Madrid, 1987. Un tomo de 423 págs.

¡Buena la organizó César Beccaria, allá por el año 1764! Se le ocurrió publicar su célebre libro Dei dilitti e delle Pene, que tuvo una enorme repercusión por constituir una crítica demoledora de las normas enton-Page 1954ces vigentes, en el que venía a decir que el Derecho penal nace de la necesidad y debe proponerse no como castigo del delincuente, sino como defensa de la sociedad, por lo que el criterio para medir la responsabilidad debe ser el daño social causado.

Y a la hora de enjuiciar los delitos de fondo patrimonial lanzó esa frase lapidaria que el autor del libro que ahora comentamos ha cogido como título y que figura en la entradilla y presentación: «...el derecho de propiedad (derecho terrible y quizá no necesario...)». A continuación, como un tanto asustado del petardazo, reproduce también otra frase de Jeremy Bentham, que trata de limar sus efectos: «Es sorprendente que un escritor prudente como Beccaria pueda haber introducido, en una obra dictada por la filosofía más razonable, una duda subversiva del orden social...».

Stéfano Rodotá ordena en este libro algunos de los trabajos que ha publicado sobre el tema de la propiedad privada, inducido, nos dice, por el continuo replanteamiento de sus cuestiones, lo que viene originando una aparición continua de nuevas facetas de esta institución, la cual tiene su indudable interés duradero. El hecho de que algunos de los trabajos se publicasen originariamente en 1960, 1972 y 1977 ha motivado su revisión parcial para ser puestos al día; añadiéndose otros nuevos escritos, tal como el especialmente dedicado a contemplar el fenómeno del renacer de la cuestión de la propiedad.

Ha sido traducido escrupulosamente por Luis Díez-Picazo, que no necesita presentación, el cual ha puesto en la tarea todo el interés, aunque aclara que esto no significa su solidaridad total con las opiniones vertidas por el autor, ni con la ideología que las ha impulsado. También escribe Díez-Picazo un breve pero denso prólogo, donde traza de mano maestra un resumen esquemático del contenido y filosofía de la obra.

Porque, efectivamente, este libro estudia sobre todo aspectos filosóficos del derecho de propiedad, tratando de desentrañar la esencia, causas y efectos de esta institución que siempre ha venido a constituir uno de los pilares más...

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