La teoría epistémica de la vaguedad

AutorTimothy A. O. Endicott - Traductores: J. Alberto del Real Alcalá - Juan Vega Gómez
Páginas159-205

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HAY una manera simple de resolver la paradoja de sorites. Consiste en decir que hay delimitaciones precisas en la aplicación de palabras vagas. Si en cualquier serie de sorites hay algún contra-ejemplo al principio de tolerancia -entonces hay una delimitación precisa. La vertiente más importante de esta opinión mantiene que no conocemos o no podemos conocer dónde están esas delimitaciones; los casos marginales son aquellos que están demasiado cerca de la delimitación desconocida, de tal forma que no sabemos de qué lado de la delimitación están. Ésa es la teoría epistémica de la vaguedad.

Tengo dos objetivos al discutir la teoría epistémica. El primero es argumentar que debería ser rechazada. Si esto tiene éxito, entonces la tesis de indeterminación es falsa, y por lo tanto hay una respuesta correcta a cualquier pregunta de aplicación de lenguaje vago usado en la creación del Derecho.

El segundo objetivos consiste en sostener dos tesis controvertidas y relacionadas entre sí: que las consideraciones generales evaluativas y normativas son necesariamente vagas, y que el significado de una palabra es (o es análoga a) una regla para su uso. Estas consideraciones apoyan la tesis de la indeterminación: primero, éstas fundamentan la noción de que la aplicación de expresiones lingüísticas vagas es indeterminada en algunos casos. En segundo lugar, las dos tesis favorecen la opinión de que los recursos interpretativos del Derecho son en sí mismos vagos. Esta última tesis preparará el terreno para una explicación del papel de la interpretación del Derecho en el Capítulo 8. Este argumento sostiene la conclusión de que la tesis de la indeterminación no es solamente una idea sobre el lenguaje jurídico: la vaguedad es comúnmente un rasgo de los derechos y deberes jurídicos y es una característica estándar de las consideraciones sobre las cuales los jueces deben actuar.

Me propongo en este capítulo apoyar estas dos tesis, examinando y rechazando una clase de teoría del significado. Lo hago aprovechán-Page 160dome de la sofisticada elaboración de la teoría epistémica de la vaguedad de Timothy Williamson. Williamson propone una explicación de la relación entre el significado y el uso que sirve de apoyo para la teoría epistémica. En este capítulo ofrezco una explicación contraria a esa relación, la cual apoya y elabora el modelo de la semejanza de la vaguedad.

1. La teoría epistémica

La teoría epistémica tiene el atractivo de la simplicidad. También tiene el atractivo de reivindicar la lógica clásica, de mantener una relación simple entre la lógica clásica y el significado de las palabras en un lenguaje natural, y de no hacer nada innovador con la noción de verdad. Su problema es que hace una afirmación extraña sobre la aplicación correcta de palabras vagas: afirma que sus significados determinan las delimitaciones precisas que no podemos ubicar.

La teoría epistémica tiene la consecuencia de que uno podría dejar un cabello en el suelo de modo tal que, a lo largo de toda su longitud, la mitad está cerca de Nueva York y la otra mitad no. O al menos uno podría hacerlo salvo que no hay manera de saber dónde está la delimitación. La teoría resuelve la paradoja, pero mediante una aparentemente estrafalaria explicación del significado de las palabras.

El argumento más simple para la teoría epistémica consiste en decir que las cosas deben ser precisamente de esa manera, porque no hay otro modo de resolver la paradoja de sorites. La aceptación de una verdad extraña acerca del significado de las palabras vagas puede ser deducida de una aceptación de la lógica clásica.1 Voy a llamar a este argumento el "argumento lógico" (véase la discusión del argumento lógico de Williamson en el epígrafe 4.3 antes discutido).

Los teóricos epistémicos no se restringen al argumento lógico.2Ellos lo sostienen con argumentos destinados a disipar la apariencia de que sus tesis sobre el significado son extrañas. Ofrecen explicaciones de los significados de palabras ordinariamente vagas dirigidas a deses-Page 161tabilizar la corazonada semanticista de que no puede haber delimitaciones precisas en su aplicación. Llamaré a estos argumentos los "argumentos semánticos".

Voy a analizar la contribución de Williamson; él ha ofrecido la versión más interesante del argumento lógico, y además la versión más sistemática de los argumentos semánticos a favor de la teoría epistémica.3Concluyo que la teoría está condenada a hacer insostenibles las tesis semánticas, y que no puede decir nada en defensa de aquellas tesis, excepto que las mismas deben ser verdaderas como una cuestión de lógica. Esto es, la teoría epistémica debe apostarlo todo al argumento lógico. Quizá esa conclusión es fatal para la teoría epistémica, porque parece que el argumento lógico no requiere que nosotros afirmemos la bivalencia para todas las declaraciones vagas. Como Williamson apunta, solamente requiere que no la neguemos para cualquier declaración vaga.

El destino de los argumentos semánticos de Williamson es no sólo importante para una evaluación de la teoría epistémica de la vaguedad. Sino también es importante para un entendimiento de la relación entre el significado y el uso. Es una noción familiar que el significado de una palabra es determinado por su uso; Williamson interpreta esa noción como equivalente a la noción de que la aplicación correcta de las palabras superviene de las disposiciones de los hablantes. Un análisis detallado y crítico de esta idea de apelar a la superveniencia sugiere que ésta da una explicación insatisfactoria del significado -una explicación que deja la noción de la aplicación correcta de las palabras (y por tanto la noción de un enunciado verdadero) oscura.

2. Significado y uso

Wittgenstein le dió a la filosofía del lenguaje dos lemas: «el significado de una palabra es su uso en el lenguaje» y «nada está escondido».4Williamson toma una postura que muchos filósofos comparten: que el primer lema es sensato si es entendido correctamente, y que el segundo está equivocado. Williamson acepta la atrayente noción de que el uso de (algunas) palabras determina su significado; en su teoría, el uso de dichas palabras también determina las delimitaciones precisas paraPage 162 su aplicación correcta. Tal vez cualquier argumento semántico para la teoría epistémica necesita adoptar un enfoque similar, porque es difícil de imaginar qué podría determinar, a diferencia del uso de la palabra, si una palabra como "delgado" se aplica a un objeto dado en un contexto dado. Sin embargo, también es difícil imaginar cómo el uso de una palabra como «delgado» podría determinar las delimitaciones precisas en su aplicación, y esto parece, a primera vista, ser una objeción a la teoría epistémica. Como Williamson señala, la objeción es que «no hay una línea, ya que nuestro uso no deja una línea, sino una mancha» (206). Voy a llamar a esta objeción a la teoría epistémica la objeción de «uso».

Para evaluar la objeción de uso, necesitamos desmenuzar las nociones de determinación, de uso, y de significado. En esta sección voy a discutir la interpretación de Williamson de aquellas nociones: Williamson aborda la perspectiva de que el uso determina el significado como la afirmación de que la aplicación correcta de palabras como «delgado» superviene de las disposiciones de los hablantes. Argumentaré que, si esta explicación de la superveniencia es correcta, el uso de palabras como "delgado" no pueden ser delimitadas de manera precisa. En la opinión de Williamson, esto hace imposible dar una explicación de enunciados vagos que cuentan con un significado en el lenguaje natural: esto lleva al nihilismo sobre el significado de expresiones vagas cuyos significados están determinados por su uso. La Sección 4 propone una interpretación diferente de la noción de que el uso determina el significado -una interpretación que no favorece a la teoría epistémica de vaguedad. La explicación proporciona razones para pensar que entender la vaguedad del lenguaje evaluativo es esencial para el entendimiento de la vaguedad en general, y la Sección 5 analiza la vaguedad del lenguaje evaluativo. La Sección 6 da una explicación de la dependencia del contexto que tiene como objetivo apoyar las Secciones 4 y 5.

Determinación

La respuesta de Williamson a la objeción de uso ofrece una explicación sencilla e ingeniosa de la determinación: «Decir que el uso determina el significado sólo quiere decir que el significado superviene del uso» (206). Esto simplemente señala que no puede haber un cambio en el significado, o una diferencia en el significado, sin un cambio o una diferencia en el uso. La forma en que se constituye el uso implica la forma en que se constituye el significado. Lo cual para Williamson nos lleva a indicar que eso es todo lo que podemos hacer con la noción de que Page 163 el uso determina el significado.5 Un teórico epistémico puede decir que la forma en que se constituye el uso implica la forma en que se constituye el significado, así que el hecho de que el significado es determinado por el uso parece no dar razón para dudar que haya límites precisos en la aplicación de palabras como "delgado".6

Cualquiera que quiera rechazar la teoría epistémica sentirá una urgencia por sacar más provecho de la noción de que el uso determina el significado. Para Williamson es importante insistir que nada más puede extraerse de la conexión entre el significado y el uso. Insiste en que no hay un "algoritmo para calcular" el significado desde el uso (206) 7, no hay «receta para extraer el significado desde el uso» (207). Pero Williamson no necesita decir que no hay nada más que se pueda extraer de la conexión: el enfoque epistémico puede decir que la naturaleza de la conexión...

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