Pagos a través de teléfonos móviles: Plataformas y actores alternativos

AutorGérard Carat, IPTS

Introducción

Dado el inmenso éxito de Internet y el enorme potencial que representa para el comercio electrónico, los actores de Internet trabajan en métodos de pago nuevos y seguros. Entre ellos se encuentran la banca electrónica, los monederos electrónicos, el dinero electrónico, los cheques electrónicos, la presentación y pago electrónico de facturas, los esquemas de fidelidad, los pagos entre iguales y los pagos a través del teléfono móvil.

El rápido crecimiento del uso del teléfono móvil convierte a estos aparatos en un vehículo atractivo como sistema de pago

En cuanto al último de estos sistemas -los pagos realizados a través de teléfono móvil- el argumento económico parece seductor si tenemos en cuenta la tasa de penetración (que crece rápidamente) de los teléfonos móviles (más del 45% en Europa). En comparación, los ordenadores personales, el acceso tradicional a los servicios en línea, tienen una tasa de penetración del 33% en Europa y su crecimiento es más lento que el de los teléfonos móviles. La transportabilidad de los teléfonos móviles (el hecho de que la gente los pueda llevar consigo) también posibilita la incorporación de mecanismos de pago sin dinero que se pueden utilizar igualmente en el mundo real. Ya sea a través de la tecnología1 WAP (wireless access protocol, protocolo de acceso sin cable) de la que se hace tanta publicidad, o de la tercera generación de comunicaciones móviles que saldrá al mercado en 20022, es verdad que el inalámbrico se está convirtiendo en un medio cada vez más importante de acceso a Internet, y, por tanto, de compra de productos a través de Internet.

Soluciones de pago a través del teléfono móvil

El sistema de pago más inmediato y fácil de poner en práctica consiste en transformar un teléfono móvil en un medio de compra de bienes y servicios, bien sea mediante tarjetas telefónicas de prepago para compras de poco valor, bien sea en la factura telefónica mensual para cantidades de poco valor y otras de mayor importe. Las soluciones más refinadas incluyen, entre otras, ofrecer una pasarela en tiempo real a las transacciones bancarias, un servicio de banca por Internet sin hilos o un canal adicional de seguridad para las compras en línea realizadas desde un PC para verificar la identidad del pagador y confirmar una transacción mediante su propio teléfono móvil (véase en la tabla 1 ejemplos de alternativas de pago desde teléfonos móviles).

Tabla 1. Ejemplos de experiencias de pago vía teléfono móvil3

El teléfono móvil no es sólo una vía de acceso adicional (sin hilos) para realizar una transacción en Internet mediante un terminal WAP o una nueva plataforma para transacciones como monedero electrónico en el mundo real. También es una solución híbrida que integra un lector de tarjetas de pago en el caso de CB (Carte Bancaire) o que ofrece un canal inalámbrico complementario para potenciar la seguridad de las compras por Internet mediante transacciones en línea desde un PC en el caso de GiSMo (véase tabla 1).

Seguridad de los pagos desde teléfonos móviles

Para convertirse en el sistema de pago del futuro, los equipos móviles tienen que mejorar la seguridad y conseguir la confianza del usuario. La tarjeta WIM es una solución

Además de estos servicios innovadores, los pagos sin hilos tendrán un brillante futuro sólo si los teléfonos móviles vienen ya de fábrica con equipos y programas informáticos de seguridad en los que los usuarios puedan confiar. Por esta razón los aparatos móviles (y la red) incorporarán prestaciones de seguridad adicionales para transformar los aparatos de comunicación sin hilos en medios seguros de pago (véase cuadro 1).

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Cuadro 1. SIM y WIM. La identificación como punto clave del proceso

Los teléfonos móviles pueden disponer en su interior de dos tipos de tarjetas de identificación:

La SIM (Subscriber Identity Module), que identifica al abonado. Es una tarjeta del tamaño de una uña con un chip "baby" que se utiliza en todos los teléfonos GMS para identificar al abonado en la red. Entre otras cosas puede actuar como directorio y proporcionar información al operador de la red sobre cuánto se lleva consumido (para la facturación mensual o en tiempo real para las tarjetas de prepago).

La WIM (Wireless Identity Module), que identifica al comprador. Con la llegada del comercio móvil se ha lanzado al mercado la tarjeta WIM, que ofrece un módulo de identidad más potente que la SIM y que contiene un certificado digital que autentifica al comprador y le permite utilizar su firma electrónica; se basa en la infraestructura de clave pública (PKI) sin hilos4.

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Mientras que la tarjeta SIM desempeña un papel central en la red GSM para identificar al abonado, la tarjeta WIM se está utilizando para convertir los teléfonos en aparatos de pago5. Pero la manera de vincular estas dos tarjetas no es algo poco importante. Los bancos, los operadores y los fabricantes de aparatos se enfrentan a tener que elegir entre al menos cinco diseños posibles de aparatos que tienen que poder adaptarse, entre otras cosas, a los esquemas de débito de los bancos, a los pagos con monedero electrónico y a las aplicaciones de las tarjetas de crédito6. Las posibilidades son:

Los bancos, los operadores y los fabricantes de aparatos se enfrentan a tener que elegir entre al menos cinco diseños posibles de aparatos destinados a la incorporación de tecnología de seguridad en los pagos

Teléfono de doble ranura. El aparato móvil viene de fábrica con un lector de tarjetas inteligentes. El consumidor inserta su tarjeta de crédito o de débito en la ranura del lector y teclea su PIN de cuatro dígitos que le ha proporcionado el banco, con el fin de autentificar las compras. Los teléfonos de doble ranura tienen sentido en países como Francia, en los que las tarjetas de crédito ya llevan un pequeño microprocesador inteligente para autentificar los pagos, en lugar de utilizar la firma del cliente. Una de las ventajas de los teléfonos de doble ranura es que el consumidor utiliza un método de pago probado y de confianza. France Telecom ha sacado recientemente al mercado un sistema de teléfono de doble ranura en combinación con diversos bancos y empresas importantes de tarjetas de crédito7. Este método de pago permite una solución de consenso entre el banco y el operador de telecomunicaciones en la que ninguno de ellos se mete en el terreno tradicional del otro. No obstante, deja la puerta abierta a otras instituciones, como cadenas de supermercados, para trabajar con su propia tarjeta (puntos por fidelidad, tarjetas de crédito con dos marcas, etc.).

Un segundo chip bancario del tamaño de una uña (tarjeta WIM) que se introduce en la parte posterior del teléfono cerca de la tarjeta SIM (véase cuadro 1). También se llama solución de doble chip. Merita Bank está introduciendo en el mercado un sistema de doble chip8. Un segundo chip permite al banco lanzar aplicaciones comerciales que de lo contrario caerían en manos del operador (o abrirían la puerta a otros actores como cadenas de supermercados a través de la doble ranura). Merita Bank, por ejemplo, prevé el chip bancario compatible con las tarjetas de fidelidad de las líneas aéreas o de empresas de alquiler de coches. El diseño de este aparato es sencillo (cuenta con el respaldo de los fabricantes de aparatos) a la vez que permite al banco mantener un fuerte control sobre las aplicaciones de crédito y de pago.

Un lector de tarjetas WIM externo. Este diseño es atractivo para los fabricantes de aparatos porque simplifica su diseño. Pero presenta el riesgo de que los consumidores encuentren engorroso el equipo adicional. En su filosofía no se diferencia fundamentalmente de la doble ranura.

Todas las funciones se alojan en una única tarjeta inteligente de múltiples aplicaciones que combina tarjetas SIM y tarjetas WIM. El inconveniente para los bancos y las empresas de tarjetas de crédito no solamente es que la visibilidad de sus marcas se diluye al fusionarse las tarjetas SIM-WIN sino que el problema es quién emite las tarjetas y, por tanto, gestiona la relación con el cliente. Actualmente las tarjetas SIM son emitidas y controladas por el operador. Lógicamente, esto no satisface a los bancos. La ventaja para los fabricantes (y para los operadores) es que los aparatos sólo necesitan una ranura. Los operadores suecos de telefonía móvil actualmente están pensando en sustituir las tarjetas SIM existentes por tarjetas SIM-WIM. Incluso aunque pudiera resultar caro, una vez que los abonados se conviertan en compradores, los operadores pueden convertirse en vendedores de servicios. Esta tarjeta sólo puede gestionarla el operador de telefonía móvil.

Software de pago incluido en el teléfono. Esta podría ser la solución más sencilla para los fabricantes de aparatos. Sin embargo, conlleva importantes problemas de seguridad -una solución basada sólo en el software sería muy vulnerable a un ataque de hackers.

Cómo explorar la interacción entre bancos y entidades no bancarias

La decisión a la hora de elegir un sistema de pago y no otro tiene implicaciones importantes en el papel respectivo de bancos, operadores de telecomunicaciones, comerciantes y otros intermediarios

Como puede observarse en la enumeración de diseños de aparatos, la decisión a la hora de elegir un sistema de pago y no otro tiene implicaciones importantes en el papel respectivo de bancos, operadores de telecomunicaciones, comerciantes y otros intermediarios. El papel central de los operadores de telecomunicaciones en las redes de telefonía móvil les proporciona una situación privilegiada para reforzar su posición en las soluciones de pago en detrimento de los bancos. Por eso no es extraño comprobar que los bancos y los operadores de telecomunicaciones han comenzado a apoyar iniciativas de normalización diferentes9.

Uno de los puntos de discusión en los numerosos y complejos debates sobre normalización es de cuántas aplicaciones se puede dotar a las tarjetas SIM: presumiblemente los operadores querrán muchas (para permitir el diseño 4 y combinar WIM con SIM10), mientras que los bancos no (favoreciendo el diseño 2 para mantener WIM y SIM separadas).

No obstante, la desintermediación de los bancos puede realizarse de muchas otras maneras: Las cadenas de materiales de construcción (como Tesco en el Reino Unido) han empezado a ampliar su actividad comercial principal para incluir gasolina, productos farmacéuticos, entierros, banca en línea, (co)emisión de tarjetas de crédito o seguros, para ofrecer un servicio "de ventanilla única" a sus clientes. Cuando necesitan un servicio bancario o de seguros lo subcontratan a bancos o aseguradoras existentes, que tienen la experiencia y que están de acuerdo en renunciar a su nombre y ceder el control sobre la relación con el cliente11 al comerciante.

Los proveedores de acceso a la red que disponen de masa crítica y, lo que es más importante, proporcionan acceso permanente a sus clientes a través de aparatos inalámbricos fáciles de transportar, podrán integrar toda la gama de servicios como banca, seguros, compra de entradas, compraventa de valores, publicidad, etc. en sus portales. El aspecto económico es importante ya que el ahorro que se puede obtener al utilizar Internet para actividades como comprar billetes de avión o realizar transacciones bancarias puede llegar al 87-89% (OCDE, 199912). Es posible que algunos operadores de teléfonos móviles elijan capitalizar el nombre de su socio bancario mientras que otros prefieran actuar como único proveedor y tratar con los bancos que renuncien a su visibilidad en la transacción (el ejemplo de Tesco). Esta posibilidad por supuesto no es específica de los operadores de teléfonos móviles sino que realmente comenzó cuando el acceso a Internet se hacía solo a través de PC. No obstante, como ya se ha mencionado anteriormente, la transportabilidad y la gran penetración de los aparatos sin hilos los convierte en una plataforma cómoda para reunir estos servicios en línea bajo una marca (suponiendo que su actual pantalla excesivamente pequeña vaya adaptándose a estos nuevos servicios interactivos).

Con la aparición de las nuevas formas de pago en línea y fuera de línea, una transacción ya no puede resumirse como una relación a cuatro bandas entre el que paga, el que cobra y sus respectivos bancos

Con la aparición de las nuevas formas de pago en línea y fuera de línea, una transacción ya no puede resumirse como una relación a cuatro bandas (el que paga, el que cobra y sus respectivos bancos). Están apareciendo nuevos intermediarios y no se trata sólo de operadores de telecomunicaciones que le roban el negocio a los bancos importantes. Al mismo tiempo, también está en peligro el negocio de las empresas de tarjetas de crédito. Si observamos el ejemplo del sistema Paybox descrito en la tabla 1, las transacciones de pagos a través de teléfonos móviles se llevan a cabo actualmente por débito directo pero podrían perfectamente cargarse a una línea de crédito concedida por el banco13. La comisión del 3% que actualmente cobra Paybox es inferior a la que las empresas de tarjetas de crédito suelen cobrar a los comerciantes. Si sopesamos la impopularidad de las comisiones de las tarjetas de crédito frente a su marca fuerte y reconocida, que es su principal ventaja, existen posibilidades de que servicios como Paybox se conviertan en una alternativa a las tarjetas de crédito. Aunque la estrategia de Paybox no está pensada para competir directamente con las tarjetas de crédito, la intención original de sustituir el dinero en metálico podría afectar a las tarjetas de crédito a modo de efecto secundario. Es comprensible que las empresas de tarjetas de crédito hayan empezado a establecer alianzas con los fabricantes de aparatos sin hilos (por ejemplo, Visa y Nokia) y, en otros ámbitos, como el Global Mobile Commerce Interoperability Forum, Electronic Mobiles Payment Services y Mobey, para extender sus servicios a la plataforma de los móviles.

El hecho de que los operadores de telecomunicaciones tengan la posibilidad de poner en práctica una estrategia ofensiva en cuanto a pagos electrónicos a través de teléfonos móviles no debería hacer olvidar que la mayoría de los servicios de pago a través del teléfono móvil que hay en el mercado son realmente sociedades entre bancos (y/o empresas de tarjetas de crédito) y operadores de teléfonos móviles. Estos dos sectores son tan específicos y complejos que pueden considerar interesante para ambos colaborar. Los operadores de las redes saben cómo facturar y los bancos tienen más experiencia en cash-flow y gestión de tarjetas.

En general, los operadores de teléfonos móviles parece que tratan de entrar en el negocio de los pagos asociándose con los actores tradicionales en vez de compitiendo con ellos

Los operadores de teléfonos móviles también podrían ver en los bancos una ayuda para incrementar la fidelidad del usuario y reducir así la tendencia de éste a cambiar de operador.

Gracias a la colaboración bancaria a distancia que comenzó en 1997 entre el operador británico Cellnet y Barclays, Cellnet ha conseguido evitar el abandono por parte de sus usuarios entre un 10 y un 15%. Éste es un argumento poderoso, dado que el 25% de los abonados europeos de teléfonos móviles cambian de red todos los años (la consultora Andersen Consulting estima que el coste anual de cambiar de operador se cifra en unos 20 mil millones de euros). Después de todo, no es probable que los nuevos intermediarios no cuenten con los bancos en estos nuevos sistemas de pago electrónico. Uno de sus puntos fuertes es que son los que tienen que controlar la ejecución del pago en una transacción14.

Sin embargo, algunas empresas de teléfonos móviles parecen estar interesadas en competir directamente con los bancos (por ejemplo, la Federal Banking Supervisory Authority ha dado permiso de forma preliminar a MobilCom AG para crear una unidad bancaria). Teniendo en cuenta el alto precio pagado por los operadores de teléfonos móviles en las últimas subastas por el espectro de servicios de tercera generación, es fácil imaginar que los licitadores triunfantes (Mobilcom AG entre ellos) buscarán todas las estrategias posibles para recuperar sus costes de licencia, y ello podría incluir una estrategia más agresiva en los servicios de pagos con teléfono móvil.

Conclusiones

Se podría decir que lo que está amenazado por las nuevas tecnologías no es tanto la banca per se como quizá algunos bancos establecidos. Los legisladores pueden optar por examinar a los nuevos actores para garantizar que cumplen una lista de requisitos antes de autorizarlos a realizar ciertas funciones de tipo bancario. En atención a la protección de los consumidores, estos requisitos podrían incluir la seguridad y la integridad de los datos. Sin embargo, si las restricciones normativas son más duras de lo necesario, aumenta el riesgo de disminuir el ritmo de innovación de las empresas no bancarias en el sector de los móviles, donde Europa necesita capitalizar plenamente su margen competitivo.

Además, el hecho de que los operadores de teléfonos móviles puedan poner en práctica esquemas de monedero electrónico los incluye dentro de la Directiva sobre Instituciones de Dinero Electrónico15 (EMI) hasta el punto de que el valor almacenado en una tarjeta de prepago es aceptado como medio de pago por otros establecimientos que no son el que la emite. Pero, dado que la Directiva EMI cubre de forma específica los prepagos, no está totalmente claro lo que podría pasar si los pagos por teléfono móvil se facturaran realmente en el recibo telefónico mensual (por tanto, sin prepago). En algunos estados miembros puede ser necesaria una licencia bancaria. En otros estados miembros, emitir un instrumento de pago no constituye en sí mismo un acto bancario y no se necesita una supervisión adicional.16 Está claro que estas diferencias entre ámbitos y regímenes normativos pueden añadir un clima de incertidumbre a las empresas innovadoras.

Por último, las instituciones financieras están tratando de influir en las iniciativas de normalización que están en marcha y de restringir la posible innovación en telefonía móvil con vistas a combinarla con los instrumentos de pago existentes. Dado su papel clave en las redes de teléfonos móviles, los operadores de telecomunicaciones se encuentran entre los pocos agentes externos lo suficientemente poderosos como para impulsar opciones alternativas. El resultado es que los bancos, las empresas de tarjetas de crédito y los operadores de telecomunicaciones están implicados en algunos casos en iniciativas paralelas de normalización de pagos electrónicos por teléfono móvil. Estos intereses diferentes podrían reducir el ritmo del proceso de desarrollo en las industrias en un área en la que Europa podría aprovechar muchísimo la plena capitalización del éxito del GSM.

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Palabras clave

pagos por teléfono móvil, comercio por teléfono móvil, banca por teléfono móvil, finanzas por teléfono móvil, Internet sin hilos, monedero electrónico, tarjeta inteligente, empresas de tarjetas de crédito, desintermediación bancaria

Notas/Referencias

  1. Véase http://www.wapforum.org

  2. Véase http://www.umts-forum.org

  3. Estos ejemplos se han extraído de una base de datos que recoge soluciones de pago electrónico, actores que intervienen en el mercado y enlaces a páginas web en Europa. Este inventario (en elaboración) es parte del proyecto ePSO (Observatorio Europeo de Sistemas de Pago) dirigido por el IPTS y que está accesible en http://epso.jrc.es/inventory/. El proyecto ePSO forma parte de un proyecto de la DG-Empresa de la Comisión Europea, cuyo objetivo principal es convertirse en un punto de referencia independiente en información sobre los sistemas de pago electrónico.

  4. Un algoritmo de codificación criptográfica de clave pública es aquél en el que una clave se hace pública y otra se mantiene secreta. Esta tecnología se aplica, por ejemplo, a la firma digital, a la autenticación y codificación criptográfica de mensajes, a la integridad de documentos, al control de accesos a la red, etc. Más información en http://www.pkilaw.com

  5. Incluso aunque la tarjeta SIM sea de prepago y el usuario del teléfono móvil sea anónimo, el operador de la red sólo necesita saber cúanto tiempo de consumo queda para terminar la tarjeta, y la identificación real del comprador se llevará a cabo mediante la tarjeta WIM. En el caso de los micropagos, el usuario anónimo de una tarjeta de prepago puede elegir entre ir gastando el valor monetario que le queda a su tarjeta como monedero electrónico anónimo o (para cantidades mayores) realizar la transacción de forma más segura con el sistema WIM a través de una cuenta bancaria, donde será identificado como comprador.

  6. Véase también el artículo de Erik Dahlström en el número 1 del boletín ePSO: http://epso.jrc.es/newsletter/newsletter.html

  7. http://www.francetelecom.fr/vfrance/actualite/commdosp/actu200600_2.htm

  8. http://www.merita.fi/E/Merita/sijoita/uutta/990524.ASP

  9. Entre ellas podemos mencionar el Mobey Forum ¿con el respaldo de bancos europeos y de Visa¿ que se centra en los aspectos financieros de los pagos a través de teléfonos móviles, y la Plataforma ETSI Smart Card Platform (SCP) ¿respaldada por operdores y fabricantes¿ que pretende desarrollar una norma común para el comercio a través de teléfonos móviles. Véase también: http://www.totaltele.com/view.asp?articleID=26214&Pub=CWI&categoryid=705

  10. Véase, por ejemplo, el anuncio de iD2 Technologies y Across Wireless sobre cómo una tarjeta SIM normalizada puede realizar firmas digitales, http://www.acrosswireless.com/4685.html

  11. Véase como ejemplo http://www.tesco.com/finance/home.htm

  12. Informe del Grupo de Trabajo del gobierno británico sobre comercio electrónico (p. 53) http://www.foresight.gov.uk/servlet/DocViewer/doc=1155/

  13. Para más información véase la entrevista de Paybox COO en el número 1 del boletín ePSO http://epso.jrc.es/newsletter/newsletter.html

  14. Véase el informe BIS de septiembre de 2000 sobre liquidación de pagos en comercios http://www.bis.org/publ/cpss40.htm

  15. Procedimiento de Estatus de Codecisión para la directiva sobre dinero electrónico http://register.consilium.eu.int/pdf/eu/00/st03/03628en0.pdf

  16. Véase el artículo de Simon Lelieveldt sobre este tema en el número 1 del boletín ePSO: http://epso.jrc.es/newsletter/newsletter.html

Contacto

Gérard Carat, IPTS

Tel.: +34 95 448 83 53, fax: +34 95 448 82 79, correo electrónico: Gerard.Carat@jrc.es

Sobre el autor

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Gérard Carat posee un MBA por la ENST (Ecole Nationale Superieure des Télécommunications). Antes de entrar en la unidad de Tecnologías de las Comunicaciones del IPTS trabajó en la DG INFSO (Sociedad de la Información) en el equipo del Asesor del Director General sobre Aspectos Económicos y Estratégicos, Análisis y Prospectiva, donde se especializó en análisis del mercado de las telecomunicaciones y del sector multimedia. Anteriormente había trabajado en France Telecom y en British Telecom.

The IPTS Report, is the refereed techno-economic journal of the IPTS,

edited by D. Kyriakou, published monthly in English, French, German and

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