Los teléfonos móviles, la salud y el futuro de las tecnologías inalámbricas

AutorI. Maghiros y L. Bontoux
CargoDG JRC
Páginas11-20

Asunto: Los teléfonos móviles han alcanzado un mercado de masas en sólo unos años y su penetración actual en los 15 países de la UE está próxima al 60 % de la población. Simultáneamente, la preocupación del público por la seguridad de la exposición a las radiofrecuencias (RF) ha aumentado en proporciones importantes. Esto plantea interrogantes en un momento en el que se anticipa la llegada al mercado de una variedad de nuevos aparatos móviles e inalámbricos. El tema de los posibles efectos sobre la salud de los campos electromagnéticos (EMF) ocupa un lugar prioritario en la agenda política europea, a juzgar, entre otras cosas, por el número de preguntas parlamentarias dirigidas por el Parlamento Europeo a la Comisión, sobre este punto. Al menos cuatro Direcciones Generales de la Comisión Europea (DG SANCO, DG RTD, DG ENTR y DG INFSO) están implicadas en esta materia.

Relevancia: Dentro del Quinto Programa Marco de Investigación y Desarrollo (FP V) se están realizando investigaciones específicas sobre este problema. Aunque aún es demasiado pronto para que haya resultados definitivos sobre todos los riesgos posibles, que permitan calmar los temores sobre las RF, los estudios realizados hasta ahora llevan a la conclusión de que no hay que esperar riesgos graves para la salud derivados de estas tecnologías. Así pues, una mejor comunicación por parte de las autoridades y la industria, junto con una mayor respuesta a los deseos del público, reforzaría la actual aceptación de la telefonía móvil que ya está en el mercado, y es necesaria para una introducción sin problemas de los futuros aparatos móviles e inalámbricos. Si no se aborda este problema de forma adecuada, puede tener serias consecuencias para la adopción de las tecnologías inalámbricas.

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Introducción

Las preocupaciones sobre la salud, derivadas de la exposición a campos electromagnéticos (EMF) no son nuevas. Las radiaciones emitidas por las líneas del tendido eléctrico (0-100 Hz, o intervalo ELF del espectro electromagnético) se han venido investigando desde hace más de veinte años1. En nuestra vida cotidiana, todos estamos expuestos a las radiaciones emitidas por diversos aparatos, como los domésticos (p.ej. hornos microondas, tostadores, secadores de cabello, máquinas de afeitar eléctricas, pantallas de PC), los sistemas de calefacción industrial y los transformadores eléctricos, los transmisores de radio y TV, los sistemas antirrobo, los circuitos eléctricos normales, los aparatos de control remoto y, por supuesto, los teléfonos móviles, que actualmente se están sometiendo a una investigación rigurosa. La radiación combinada de todas estas fuentes se denomina, a veces, "electrosmog". La frecuencia de los campos emitidos por estas diversas fuentes, que se distribuye por todo el espectro EMF, determina sus propiedades físicas, como la capacidad para transportar energía y para calentar o penetrar la materia. La telefonía celular desarrollada en los años 90 funciona en la zona de radiofrecuencia del espectro electromagnético que, como muestra el cuadro 1, es una parte de dicho espectro distinta del intervalo ELF.

En nuestra vida cotidiana, todos estamos expuestos a las radiaciones emitidas por diversos aparatos, como los domésticos, p.ej. hornos microondas, tostadores, secadores de cabello, máquinas de afeitar eléctricas y pantallas de PC

El desarrollo de la telefonía móvil

Según el Foro UMTS, en agosto de 2000 había 570 millones de usuarios de teléfonos móviles en todo el mundo. Se calcula que en 2002/2003 serán mil millones y mil seiscientos millones en 2010. Actualmente, casi el 60 % de la población de la UE posee un teléfono móvil (véase figura 1). Se espera que esta cifra alcance el 100 % en diez años. La penetración en todo el mundo se calcula en más del 30 % en 2005.

(Imagen omitida)

La tecnología dominante en Europa, en la actualidad, común también en la región de Asia-Pacífico, es la GSM (Global System for Mobile Communication). Los nuevos aparatos que se están desarrollando funcionarán de acuerdo con una nueva generación de protocolos de telecomunicación (p.ej. General Packet Radio Services ¿GPRS- o Universal Mobile Telecommunications System ¿UMTS). Además de voz, permitirán la transmisión rápida de datos (conexiones a Internet) con capacidades "permanentes".

Figura 1. Penetración de la telefonía móvil en la UE y en EE.UU.

(Gráfico omitido)

Fuente: FT Mobile Communications, octubre 2000. EE.UU.: Cellular Telecoms Industry Association

Hoy día, los teléfonos móviles se usan principalmente para transmisión de voz y para mensajería (Short Message Service), aplicación, esta última, muy apreciada por los usuarios más jóvenes. Las nuevas aplicaciones que se espera amplíen el mercado, en parte por la incorporación de nuevos usuarios, serán el correo electrónico, la videotelefonía móvil, la publicidad móvil, las transacciones comerciales "móviles", los servicios de área local y los servicios financieros. Los operadores de telefonía móvil esperan aprovechar sus exhaustivas bases de datos de clientes y obtener ingresos de los nuevos contenidos y servicios que se supone crearán nuevas demandas para los aparatos móviles en general.

Las tecnologías de redes móviles y los intervalos de frecuencia operativos

Todas las redes móviles existentes operan en la zona de RF del espectro electromagnético. Los teléfonos para automóviles y los teléfonos inalámbricos, que se comunican con la red fija utilizando tecnología analógica, existen desde hace más de treinta años y funcionan en la zona de 50 MHz, 900 MHz y 2,45 GHz. Las nuevas tecnologías digitales, como la GSM, han popularizado el uso de teléfonos móviles personales, cuyo tamaño y coste son notablemente menores que los de los modelos analógicos más antiguos. Los teléfonos GSM funcionan en las bandas de frecuencias de 900 MHz y 1.800 MHz (1.900 en EE.UU.). La nueva norma GPRS es un protocolo inalámbrico de conmutación de paquetes que ofrece capacidad de conexión "permanente" y velocidades de transmisión de hasta 115 Kbit/s, en comparación con los 9 Kbit/s de la GSM. UMTS es el sistema de telefonía móvil de tercera generación, que se basará en un único estándar de red (CDMA) y un único tipo de receptor en todo el mundo. Permite conexiones a velocidades de hasta 2 Mbit/s. Tanto la GPRS, que se espera esté operativa en 2002, como la UMTS, en 2005, funcionan en el intervalo de 1.800 MHz a 2.200 MHz (véase cuadro 1). Sin embargo, es probable que estos estándares no sean los últimos y ya están apareciendo otros nuevos (p.ej. EDGE ¿Enhanced Data for GSM Evolution).

Las tecnologías digitales, como la GSM, que funcionan en las bandas de frecuencia de 900MHz y 1800 MHz, han popularizado el uso de teléfonos móviles personales, cuyo tamaño y coste son notablemente menores que los de los modelos analógicos más antiguos

Todas las tecnologías mencionadas necesitan estaciones repetidoras, que reciben y transmiten las señales de los teléfonos móviles. Las antenas de estas estaciones tienen un alcance de hasta 10 km en las zonas rurales, pero sólo de 0,5 km o menos en las zonas urbanas (mayor demanda). La energía máxima irradiada por una antena de telefonía móvil es del orden de 80 W, y la del receptor móvil es apenas de 0,6 W (en comparación, un horno microondas doméstico funciona entre 300 y 1.200 W).

En la práctica, la energía media emitida por un teléfono móvil es sólo una fracción del máximo, porque el aparato ajusta automáticamente su potencia al mínimo necesario para comunicar con la estación de base, a fin de prolongar la vida de la batería. Como las antenas están situadas en lugares altos y debido a la orientación de sus campos, la densidad de energía irradiada máxima a nivel del suelo se produce a una distancia entre 100 y 300 m, para una instalación independiente típica, si no hay obstáculos. Su intensidad es, en general, comparable a la de las emisiones de radio y TV, muy alejadas de las emisoras. A distancias cortas, las señales de las antenas de radio y TV son mucho más potentes que las de las antenas de telefonía móvil.

Todas las tecnologías de telefonía móvil necesitan estaciones repetidoras para recibir y transmitir las señales de los teléfonos móviles. Estas estaciones pueden cubrir un radio de hasta 10 km en las zonas rurales, pero sólo de 0,5 km y aún menos en las zonas urbanas

Con el desarrollo de dispositivos informáticos y no-informáticos "conectados", están apareciendo nuevas tecnologías basadas en la RF que permitirán la conexión inalámbrica entre equipos de sobremesa y/o portátiles. Estas tecnologías están reemplazando a los cables de conexión por emisiones RF de bajo nivel. Las tecnologías "Bluetooth" y "WiFi" son ejemplos de esta tendencia.

Efectos biológicos de la RF y posibles efectos sobre la salud

A dosis muy elevadas, los efectos biológicos de las radiaciones no ionizantes son relativamente bien conocidos. Dependiendo de la potencia, de la frecuencia, de la geometría del sistema que se expone a ellas y del tipo de tejido biológico, los efectos van desde la estimulación del crecimiento a la muerte de las células (apoptosis) y a daños en el ADN, siendo los efectos térmicos un factor importante. Basándose en los efectos biológicos observados, se ha desarrollado toda una rama de la medicina que utiliza los EMF para fines diagnósticos y terapéuticos. El uso de exposiciones a los EMF ha dado lugar a grandes avances en el diagnóstico por la imagen (p.ej. mediante resonancia magnética o MIR). Además de esto, las aplicaciones terapéuticas más conocidas de los EMF son probablemente la cicatrización de las fracturas óseas y la diatermia en el tratamiento del cáncer.

Es bien sabido que la radiación RF tiene propiedades térmicas que pueden ser perjudiciales para la salud (efectos térmicos). Dada su omnipresencia, incluso cuando no pueden detectarse otros efectos agudos, los efectos térmicos han sido utilizados por la Comisión Internacional para la Protección contra las Radiaciones No-ionizantes (ICNIRP) como base de sus recomendaciones sobre seguridad. A su vez, este trabajo ha servido de base para la Recomendación del Consejo europeo de 12 de julio de 1999, sobre limitación de la exposición del público en general a los campos electromagnéticos (0 Hz a 300 GHz)- 1999/519/EEC, en la que actualmente se basan las medidas europeas de protección del público.

En la vida cotidiana, nuestra exposición a las radiaciones RF no ionizantes suele permanecer muy por debajo de los niveles recomendados por la ICNIRP y todos los teléfonos móviles respetan estos límites. Sin embargo, se están llevando a cabo investigaciones para confirmar que estos aparatos no pueden causar efectos adversos para la salud

En la vida cotidiana, nuestra exposición a las radiaciones suele permanecer muy por debajo de los límites recomendados por la ICNIRP y todos los teléfonos móviles respetan esos límites. Sin embargo, para confirmar que estos aparatos no pueden causar efectos adversos para la salud, se han realizado investigaciones sobre los efectos de los EMF en los sistemas biológicos, en el intervalo de radiofrecuencias (RF) (30 KHz-300 GHz). Hasta ahora, se han centrado sobre todo en el desarrollo del cáncer. Como indican diversos informes procedentes de fuentes de reconocida solvencia (OMS, autoridades británicas ¿"informe Stewart", British Medical Association- autoridades españolas, STOA (Science and Technology Office of Assessment) del Parlamento europeo, Comité Director Científico de la UE...) las pruebas obtenidas hasta la fecha apuntan a que es improbable que la exposición a campos RF, en las condiciones ambientales actuales, induzca o favorezca el cáncer.

No obstante, el cáncer no es el único efecto adverso para la salud cuya causa pueda pensarse que son las RF. ¿Podría haber efectos, por ejemplo, sobre el oído, sobre la memoria, sobre los procesos cognitivos o sobre la salud mental? Los muy complejos fenómenos físicos y biológicos que intervienen todavía no se comprenden plenamente, y se necesitan nuevos estudios dosimétricos y experimentales para alcanzar conclusiones claras.

Las pruebas sobre las consecuencias para la salud, distintas del cáncer, reunidas por la British Medical Association (BMA-mayo 2001) y por los otros informes citados antes, pueden resumirse como sigue:

Sistema reproductor: "Los estudios en roedores no han encontrado pruebas convincentes de riesgos para el feto o para la fertilidad masculina".

Efectos sobre el ojo: "Un elevado nivel de exposición (térmica) a la radiación RF puede producir efectos adversos en el ojo, particularmente en la retina, en el iris y en la córnea, aunque no se pueden alcanzar conclusiones definitivas, ya que los estudios han utilizado campos RF con intensidades muy superiores al SAR (Índice de Absorción Específica) que puede darse en el ojo como consecuencia del uso de los actuales teléfonos móviles".

Efectos cognitivos: "Según el NRPB (del Reino Unido), los pocos estudios que han investigado estos problemas no aportan pruebas que signifiquen una alarma sanitaria evidente". Los únicos efectos documentados son un ligero descenso en los tiempos de reacción y un refuerzo de las señales eléctricas del cerebro durante el sueño. La radiación RF, a niveles ordinarios de exposición medioambiental, no aumenta la pérdida de memoria ni la falta de atención.

Niños: No se han demostrado riesgos específicos para la salud en los niños. Sin embargo, "debido a que su sistema nervioso está en desarrollo, a la mayor absorción de energía en los tejidos de la cabeza y al mayor tiempo de exposición a lo largo de la vida, los niños pueden ser más vulnerables a los efectos de la radiación RF". Por tanto, deben tomarse más precauciones con ellos.

Trastornos subjetivos: Hoy día, muchas personas en ciertos países se quejan aún de la "hipersensibilidad electromagnética", un síndrome mal definido, que los propios pacientes atribuyen a los EMF. Sin embargo, el informe de la BMA indica que "un estudio (de la Royal Society de Canadá, 1999) concluye que las pruebas existentes no apoyan la [conclusión] de que las microondas (parte de la radiación RF) puedan provocar dolor de cabeza".

Conducción: Hay abundantes pruebas experimentales de que quienes utilizan el teléfono móvil mientras conducen tienen menos capacidad de reacción frente a posibles situaciones peligrosas. Se ha encontrado una correlación entre la conversación telefónica mientras se conduce y un aumento del riesgo de accidentes.

Efectos sobre el oído: Los teléfonos móviles afectan al oído interno en un 5-8 % de los usuarios, causando dolor de cabeza y confusión pasajera. Se ha sugerido que las células del cabello o los fluidos del oído interno se ven afectados por la acción directa de la radiación del teléfono o por el calor que despide.

En pocas palabras, aunque se han observado algunos efectos de menor importancia, no se han encontrado todavía pruebas de peligros graves para la salud. El mayor riesgo reconocido estriba en hablar por teléfono mientras se conduce. La última línea de pensamiento que trata de discernir de dónde pueden proceder efectos inesperados sobre la salud apunta hacia los campos pulsados. La base argumental de esta orientación es la posibilidad teórica de que la resonancia pueda hacer que la energía se concentre en ciertos puntos muy localizados y cause daños en el ADN. Las últimas investigaciones abordan este problema.

Aunque se han observado algunos efectos de menor importancia de la exposición a EMF de RF, hasta ahora no hay pruebas de que existan peligros graves para la salud

Nuevas investigaciones sobre los posibles efectos adversos para la salud de la RF

En respuesta a la gran preocupación del público en todo el mundo, se están programando y llevando a cabo gran número de nuevas investigaciones. Aquí pretendemos solamente dar algunos datos de estos esfuerzos. Se pueden obtener más detalles a través del "Proyecto EMF" de la OMS (http://www.who.int/peh-emf/). El cuadro 2 resume las actividades de investigación financiadas actualmente por la Comisión Europea. Entre ellas, merecen especial atención dos proyectos (PERFORM-A e INTERPHONE), debido a su gran envergadura y a su calidad científica. Ambos reciben fondos de la industria, sin condiciones y bajo supervisión independiente. Además, a mediados de 2001, la Comisión Europea lanzó la tercera fase de la acción COST 244, sobre los aspectos biomédicos de los EMF; dicha acción coordina una serie de proyectos de investigación nacionales en toda la UE.

La industria financia también un proyecto llamado PERFORM-B, que pretende reproducir investigaciones previas, con objeto de hacer frente a los puntos débiles que evitaron que la comunidad científica obtuviese conclusiones claras.

Además, el gobierno del Reino Unido ha asignado 7 millones de libras para investigación, sobre todo acerca de los efectos sobre la salud, distintos del cáncer: la selección de proyectos finalizará en el verano de 2001. La mitad de esta suma procede de la industria de la telefonía móvil. El NIEHS (National Institute for Environmental Health Sciences) de Estados Unidos, a través de su Programa Nacional de Toxicología (NTP), proyecta lanzar un estudio de 10 millones de dólares, análogo al proyecto PERFORM-A, pero adaptado a las frecuencias más utilizadas por la telefonía móvil en EE.UU. Característica común de estos esfuerzos es la importancia que se otorga a cuantificar la exposición (dosimetría).

Cuadro 2. Investigaciones financiadas por la UE sobre los posibles efectos para la salud de los teléfonos móviles

Los proyectos que se describen a continuación están financiados dentro del Quinto Programa Marco de Investigación y Desarrollo (1998-2002), a través del Programa de Calidad de Vida y Gestión de Recursos Vivos, Acción Clave 4 (Medio Ambiente y Salud). Para más detalles véase la página web de CORDIS en http://dbs.cordis.lu/search/en/simple/EN_PROJ_simple.html

  1. Efectos combinados de los EMF y los cancerígenos medioambientales: cambios moleculares y susceptibilidad genética (CEMFEC)

    Este proyecto pretende estudiar: a) Los posibles efectos combinados de la exposición a RF/microondas (MW) y agentes mutágenos conocidos. b) Si los campos RF/MW similares a los emitidos por los teléfonos móviles favorecen el desarrollo de tumores. c) Si la exposición a RF/MW puede dañar el ADN in vivo. d) Si los campos RF/MW, solos o en combinación con productos químicos medioambientales, muestran efectos in vitro sobre ciertos procesos celulares relacionados con la carcinogénesis. Contribución de la CE: 980.000 E

  2. Evaluación de riesgos y posible peligros medioambientales debidos a la exposición a EMF de baja potencia, utilizando métodos sensibles in vitro (REFLEX)

    Se trata de realizar investigaciones in vitro sobre la respuesta molecular y funcional de las células vivas a los EMF, abarcando cinco áreas: a) Efectos genotóxicos. b) Efectos sobre la diferenciación y función de las células madres embrionarias y los tumores celulares. c) Efectos sobre la expresión y la especificación de genes. d) Efectos sobre el sistema inmunológico. e) Efectos sobre la transformación y apoptosis de las células. Contribución de la CE: 2.050.000 E

  3. Estudios in vivo de los posibles efectos sobre la salud relacionados con los teléfonos móviles y estudios sobre carcinogenicidad de las estaciones repetidoras en roedores (PERFORM-A)

    El objetivo consiste en investigar los posibles efectos carcinógenos y co-carcinógenos de la radiación RF/MW en modelos animales: a) Bioensayo de 2 años en ratas Wistar con radiación GSM de 900 MHz y radiación PCS de 1800 MHz. b) Bioensayo de 2 años en ratones B6C3F1 con radiación GSM de 900 MHz y radiación PCS de 1800 MHz. c) Replicación de un bioensayo de cáncer de mama iniciado por DMBA, en ratas Sprague-Dawley hembras, con radiación GSM de 900 MHz. d) Replicación de un bioensayo de linfoma en ratones transgénicos Pim1, con radiación GSM de 900 MHz.Contribución de la CE: 2.575.000 E

  4. Estudio internacional de control de casos sobre la relación entre el cáncer y el uso de teléfonos móviles (INTERPHONE)

    Se trata de un estudio epidemiológico de control de casos, en varios países, sobre la relación entre el uso de teléfonos celulares y los tumores de cabeza y cuello, incluyendo los tumores del nervio acústico, de las gándulas parótidas y de partes del cerebro (gliomas y meningiomas). Este estudio incluye también Australia, Canadá, Israel y EE.UU. Contribución de la CE: 3.850.000 E

  5. Asesoramiento a la CE sobre los riesgos para la salud del público en general, derivados del uso de dispositivos de seguridad y similares que utilizan EMF pulsados

    Se trata de elaborar un documento para asesorar a la Comisión Europea y a los estados miembros sobre los posibles efectos adversos para la salud pública, derivados de la exposición a los campos electromagnéticos pulsados (PEMF) que utilizan los sistemas electrónicos de seguridad y similares.Contribución de la CE: 58.000E

  6. Posibles efectos adversos de los teléfonos móviles sobre el oído

    El objetivo de este proyecto es evaluar los posibles efectos adversos de los teléfonos celulares GSM (900 y 1.800 MHz) sobre el oído y sobre las funciones cognitivas relacionadas con el oído. Se estudiarán los posibles cambios en los índices audiológicos de la funcionalidad auditiva y en las funciones cognitivas, derivados de la exposición, en animales y seres humanos, y se realizarán observaciones ultraestructurales en animales, sobre las posibles modificaciones del epitelio coclear. Contribución de la CE: 835.860 E

  7. Evaluación de riesgos en la exposición de las células del sistema nervioso a los EMF de los teléfonos móviles: de los estudios in vitro a los estudios in vivo.

    El objetivo general consiste en llegar a comprender mejor los posibles efectos biológicos y los peligros debidos a la exposición del cerebro y las células nerviosas a los EMF relacionados con los sistemas de comunicaciones móviles (GSM 900 MHz, 1800 MHz y UMTS). Los posibles cambios en la actividad cerebral debidos a la exposición se correlacionarán con los estudios in vivo en cultivos de células expuestas, como neuronas y astrocitos. Se desarrollarán ensayos reproducibles in vivo e in vitro, sobre vulnerabilidad de las células del sistema nervioso, y también modelos informáticos, validados experimentalmente, de las interacciones entre los campos de alta frecuencia y las células.Contribución de la CE: 1.108.500 E

    Evaluación cuantitativa de los riesgos para la salud y marco regulador

    Las incertidumbres científicas que rodean a los efectos de las RF sobre la salud están dificultando la toma de decisiones políticas razonables y, por tanto, se necesita evaluar cuantitativamente los riesgos. Ello exige desarrollar amplias bases de datos sobre la exposición y sus efectos y, todavía, los conocimientos actuales siguen siendo muy limitados. Una de las principales dificultades, inherente a los EMF, es la de medir la exposición. La exposición a los EMF (en particular a la RF) se cuantifica generalmente utilizando el Índice de Absorción Específica (SAR, expresado en W/kg), que es la cantidad de energía electromagnética absorbida por una masa determinada de tejido corporal. Desgraciadamente, las características físicas de los EMF hacen que esta cantidad sea muy difícil de medir. Las medidas exigen utilizar modelos tridimensionales y las lecturas se han de promediar para un cierto volumen. Además, el SAR puede a veces no ser suficiente para comprender los efectos, ya que la propia radiación depende de diversas variables, cada una con su propia importancia (p.ej., frecuencia/longitud de onda, amplitud, pulsación, etc.).

    Una de las principales dificultades, inherente a los EMF, es la de medir la exposición. Además, la exposición raras veces está limitada a una frecuencia única, y cada frecuencia tiene distinta penetración en el tejido y distintas propiedades de transporte de energía

    La exposición raras veces está limitada a una frecuencia única, y cada frecuencia tiene distinta penetración en el tejido y distintas propiedades de transporte de energía. Esto da lugar a dosis impredeciblemente desiguales (p.ej. "puntos calientes") en los organismos tridimensionales. Esto explica por qué ha sido tan difícil llegar a acuerdos sobre normas comunes para medir el SAR, y por qué se ha puesto frecuentemente en duda la validez de los resultados de la mayoría de los estudios experimentales más antiguos sobre los efectos potenciales para la salud de los EMF: en muchos casos, era imposible conocer verdaderamente la dosis a la que estuvieron expuestos los animales de ensayo. Además, debido a la importancia de la geometría en la distribución de las dosis de EMF, es difícil extrapolar los resultados obtenidos en el cuerpo de una rata o un ratón a un ser humano. Esto explica, en parte, la necesidad de nuevas investigaciones, especialmente in vivo, con objeto de establecer una base de datos fiable sobre los efectos, para la evaluación del riesgo. Estos problemas se están abordando seriamente en los últimos experimentos, en particular en los proyectos PERFORM-A y PERFORM-B.

    Pese a todas estas dificultades, la medida del SAR sigue siendo un instrumento cuantitativo útil. El 26 de julio de 2001, la Comisión Europea publicó la norma CENELEC EN 50360:2001, que establece los valores del SAR que garantizarán que los teléfonos no excedan el límite de emisión autorizado para todos los aparatos de radio y telecomunicación, fijado por la Recomendación del Consejo 1999/519/EEC. Esta norma, que contribuye a la aplicación de la Directiva 1999/5/EC, la cumplen ya, de hecho, la mayoría de los teléfonos (excepto los modelos antiguos). El Foro de Fabricantes de Móviles, que reúne a la mayoría de los fabricantes, cumple ya la norma US FCC de 1,6 W/kg, promediados sobre 1 g. La nueva norma europea fija 1 W/kg, promediado sobre 10 g.

    Además, el 12 de julio de 1999 el Consejo recomendó a los estados miembros que, en el intervalo de 0 Hz a 300 GHz, se aplicasen límites a la exposición del público en general a los campos electromagnéticos (Recomendación 1999/519 /EEC). La Comisión pretende ir más allá de las recomendaciones existentes y desarrollar un marco legal que permita la protección activa del público frente a las radiaciones de los EMF. Recientemente se ha pedido al Comité Director Científico que actualice su opinión anterior, publicada en junio de 1998, sobre los riesgos para la salud de los campos electromagnéticos, a la vista de los nuevos avances tecnológicos y de las condiciones de exposición. Esta opinión se utilizará, si es necesario, para elaborar nuevas propuestas legislativas de la Comunidad, con vistas a armonizar las normas sobre exposición en toda la UE.

    Finalmente, el Centro Común de Investigación de la Comisión ha iniciado una acción sobre los EMF en su sede de Ispra, en septiembre de 2001. Se está creando un Laboratorio Europeo de Referencia para medidas de EMF, para apoyar el trabajo de desarrollo de normas, en cooperación con CENELEC, ICNIRP, OMS, etc. El plan de trabajo para el año 2001 incluye el lanzamiento de un estudio paneuropeo sobre "Exposición de los seres humanos a la radiación de las estaciones de base GSM y GRPS/UMTS".

    Percepciones del público y respuesta política

    La amplia aceptación pública de los teléfonos móviles en la última década, debida a su reconocida utilidad y a su imagen de "símbolo de estatus", ha dado lugar, esencialmente, a dos grupos de personas:

    Una mayoría de usuarios, para quienes los posibles riesgos para la salud están claramente superados por los beneficios que creen obtener de los teléfonos móviles.

    Una minoría preocupada, para la cual los riesgos potenciales para la salud superan a los beneficios.

    El tema de las estaciones de base es problemático ya que, mientras que cualquiera puede decidir si compra y utiliza un teléfono móvil o no, esto no sucede con dichas estaciones

    Para este último grupo, las estaciones de base son un problema, ya que, mientras que cualquiera puede decidir si compra y utiliza un teléfono móvil y, por tanto, se expone a las emisiones o no, esto no sucede con dichas estaciones. Nadie puede evitar la exposición a las emisiones de las estaciones de base, aunque sean muy inferiores a las de los receptores. Por tanto, no hay libertad para aceptar o rechazar los posibles riesgos. En esencia, los usuarios aceptan los riesgos y obligan a la minoría preocupada (los que no utilizan móviles) a aceptarlos. Como los resultados de las investigaciones siguen indicando que la naturaleza de los riesgos para la salud hace improbable que aparezcan efectos adversos (excepto posiblemente en el caso de intensa utilización durante periodos prolongados), una mejor información sobre los riesgos, por parte de las autoridades, podría calmar los temores y mejorar la aceptación pública de las futuras tecnologías inalámbricas.

    Al abordar los problemas de las estaciones de base, una solución parcial podría ser crear zonas públicas "libres de móviles"; o bien, instruir a los usuarios para que reduzcan la exposición, como medida de precaución estándar; o informarles de que diversos patrones de uso están muy por debajo de los límites, en cuanto a los peligros conocidos. Esto último exige que se expliquen las directrices para la protección del público y que los resultados de los experimentos científicos se comuniquen regularmente. Además, se deben normalizar los métodos de ensayo, a fin de que produzcan resultados comparables, y se debe formar adecuadamente a los científicos para realizar los ensayos, tanto para establecer las normas de seguridad como para comprobar su cumplimiento. La objetividad e independencia de los esfuerzos de investigación y su presentación abierta y responsable son otros tantos factores para lograr la confianza del público.

    El esperado crecimiento del uso de los dispositivos móviles en general (más allá de los teléfonos móviles que transmiten voz) hace imperativo que las autoridades garanticen que se minimicen los posibles riesgos para la salud, derivados de ellos. En general, las autoridades deben continuar financiando y llevando a cabo métodos de ensayo, definiendo y anunciando niveles límite (teniendo en cuenta las lagunas de conocimientos conocidas y el mejor asesoramiento científico disponible), a fin de evitar innecesarios temores por parte del público. Más que convencer a los ciudadanos de que el riesgo es menor que otros con los que se enfrentan todos los días, las autoridades deben comprometerse claramente a investigar los posibles efectos adversos para la salud y comunicar los resultados de forma oportuna y precisa. En resumen, hay que considerar una serie de opciones políticas, ya expresadas por diversas fuentes (p.ej., informe preliminar de las BMA de mayo de 2001, informe del congreso GAO de mayo de 2001):

    Más que tratar de convencer a los ciudadanos de que el riesgo es menor que otros con los que se enfrentan todos los días, las autoridades deben comprometerse claramente a investigar los posibles efectos adversos para la salud y comunicar los resultados de forma oportuna y precisa

    Continuar y desarrollar la colaboración entre la industria, el sector público y las autoridades sanitarias.

    Lograr el consenso, en toda la industria, para resolver los problemas de normalización (esto se ha conseguido ya en la UE, gracias a la nueva norma CENELEC para medir el SAR, mencionada antes).

    Medidas en el sector público, para garantizar que se forme suficiente personal en técnicas de medida normalizadas y que está disponible para realizar pruebas de cumplimiento de las normas.

    Identificación, por parte de las autoridades sanitarias, de las garantías que se deben establecer y de la información que se necesita. Además, disposición activa de la industria para demostrar, con resultados prácticos, qué riesgos existen en cualquier nueva tecnología que se vaya a desarrollar.

    Investigación financiada con fondos públicos, en línea con los criterios mencionados.

    Elevar la concienciación del público, mediante información periódica y actualizada sobre el estado de las investigaciones que abordan los posibles efectos adversos para la salud de los aparatos móviles. Explicar el nivel de riesgo de los individuos y las precauciones que se deben tomar, en ausencia de conclusiones científicas definitivas.

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    Palabras clave

    salud, teléfonos móviles, EMF, exposición a las radiaciones, necesidades políticas

    Agradecimientos

    Los autores desean manifestar su agradecimiento a las siguientes personas, por sus comentarios constructivos:

    Dr. Marc Séguinot, Comisión Europea, DG SANCO, Luxemburgo.

    Dr. Larry Anderson, Battelle Pacific Northwest National Laboratory, WA, EE.UU.

    Dr. Louis Slessin, Editor, Microwave News, NY, EE.UU.

    Mr. Callum Searle, Comisión Europea, DG RTD, Bruselas.

    Nota

  8. Después de un largo periodo de controversia, se está llegando a un consenso en que hay una relación entre la exposición media a radiación ELF, por encima de 4 miligauss, y la leucemia infantil (Microwave News, 2000).

    Referencias

    GAO Report to Congress, Research and Regularatory Efforts on Mobile Phone Health Issues, 22 mayo 2001.

    British Medical Association, Mobile Phones and Health: An Interim Report, mayo 2001. http://www.bma.org.uk/public/webdocs.nsf/webdocsvw/ReportMobilePhones

    Proyecto EMF de la OMS, informe disponible en línea en: http://www.who.int/peh-emf/

    Grupo Independiente de Expertos sobre Teléfonos Móviles (IEGMP), Mobile Phones and Health, 2000, disponible en línea en: http://www.iegmp.org.uk/IEGMPPtxt.htm

    Parlamento Europeo. Informe provisional Tamino: PE 228.570/fin, 25 febrero 1999.

    Parlamento Europeo. STOA Briefing Note nº 05/2001, Electromagnetic Fields and Health PE 297.563, febrero 2001.

    Recomendación del Consejo 1999/519/CE, Control de la exposición del público a los campos electromagnéticos (O Hz a 300 GHz), 12 de julio 1999.

    The Lancet, vol. 356, nº 9244, 25 nov. 2000, disponible en línea: http://www.thelancet.com

    GSM World, Mobile Phones & Health Issues, disponible en línea: http://www.gsmworld.com/technology/tech-faq.html

    Wireless News, disponible en línea: http://www.wirelessnewsfactor.com

    Microwave News, varios números: vol. XX, nos. 4, 5, 6, ago., sept., nov/dic 2000.

    National Cancer Institute, disponible en línea: http://www.nci.nih.gov

    International Commission on Non-ionising Radiation, www.nrpb.org.uk

    UMTS Forum, www.umts-forum.org

    Contacto

    Ioannis Maghiros, IPTS

    Tel.: +34 95 448 82 81, fax: +34 95 448 83 39, correo electrónico: ioannis.maghiros@jrs.es

    Sobre los autores

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    Ioannis Maghiros posee un máster en Ciencia de la Información de la Universidad de Birmingham, Reino Unido. Trabajó en la IBM de Grecia, antes de incorporarse al IPTS-JRC, donde es colaborador científico con responsabilidades en el sector de la ICT y está a cargo de la producción de The IPTS Report y de la página web del Instituto. Sus principales temas de investigación son el comercio electrónico, la protección de datos, las tecnologías de sistemas de pago y las herramientas de trabajo en grupo basadas en la web.

    Laurent Bontoux posee un diploma en Ingeniería de Alimentos del ENSIA (Francia) y es doctor en Ingeniería Medioambiental por la Universidad de California, Berkeley (EE.UU.). Actualmente trabaja en los servicios de apoyo de la DG JRC en Bruselas, colaborando en la coordinación del plan de trabajo anual del JRC. Anteriormente fue científico de seguridad medioambiental en Procter and Gamble y colaborador científico del IPTS. Su especialización va desde el tratamiento de aguas residuales a la ecotoxicología y la seguridad química, incluyendo tecnologías medioambientales y gestión de residuos

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