Tecnología e ingenio al servicio del delito -criminalidad organizada transnacional-

AutorJosé Manuel Ferro Veiga
Páginas30-31

Page 30

Introducción

Como he dicho anteriormente, los fraudes con tarjetas de crédito y débito combinan métodos sofisticados, como los lectores de bandas magnéticas, con la picaresca de siempre.

Otra modalidad de skimming es obtener la información de la tarjeta gracias a la manipulación de los cajeros automáticos y a la incorporación de una microcámara que graba el tecleo del PIN (código secreto) del cliente para poder obtener efectivo del cajero. En estos casos, según explica Carlos Hernández, de la Asociaciación de Usuarios de Banca (Ausbanc), la víctima tiene muchos problemas para demostrar que no ha sido él el que ha hecho estas operaciones.

Se puede afirmar que en los últimos años, sobre todo desde 1994, se han consolidado las bases fijadas en pro de una sensibilización mundial de las instituciones (naciones unidas, gobiernos y organizaciones no gubernamentales) respecto al fenómeno transnacional de la criminalidad organizada.

De hecho, los distintos grupos de criminalidad organizada explotan la vulnerabilidad y posibilidades de cada país, adoptando una metodología ad hoc y especializándose cada vez más de forma consensual; también se han establecido trece sectores de actuación o "tentáculos" que pretenden abarcar el amplio marco de las actividades de estos grupos organizados transnacionales, a saber: inmigración ilegal, blanqueo de capital, falsificación de tarjetas de crédito, tráfico de órganos, tráfico de obras de arte, etc.

Un fenómeno creciente para la obtención de datos bancarios: PIN, DNI, filiaciones, es el empleo del phishing (suplantación de una página web) y el smishing, por el cual a través del envío de mensajes SMS de telefonía móvil se obtienen datos personales. La pauta de actuación es idéntica a las del phishing debido a que se produce una suplantación de identidad que culmina en un engaño para acceder a los datos que permitan obtener a los delincuentes un beneficio monetario a costa del destinatario de los mensajes. El pharming es, sin duda alguna, uno de los delitos informáticos más peligrosos, debido a que se produce una intervención de las propias comunicaciones del usuario de Internet de manera que cuando este teclee una dirección web correcta en su IP será reconducido a una imitación fiel de la página deseada en la cual, sin haberse percatado de la argucia, introducirá los datos personales...

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