Técnicas utilizadas en mediación

AutorMaría Quero Mapelli
Cargo del AutorPsicóloga y Mediadora. Mediación Siglo 21
Páginas158-168

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Las personas que vienen a mediación durante la fase aguda del conflicto no se encuentran en un estado emocional apto para tomar decisiones o para negociar, ya que la versión del conflicto sobre la que desarrollan su discurso queda sesgada por la carga emocional negativa (tristeza, rencor, ansiedad, preocupación, ira...), dificultando que puedan tener una visión objetiva de la realidad.

El mediador no es un terapeuta, pero tiene que ser consciente y sensible a esta circunstancia. Como ya hemos explicado, debe ser capaz de detectar los distintos estados emocionales y aplicar las técnicas necesarias para reducir la carga negativa hasta niveles que permitan trabajar con garantías de objetividad y racionalidad en la toma de decisiones. Para ello, tiene que recomponer esta visión subjetiva y parcial de cada una de las partes, logrando una común, más ecuánime e integral, que permita reconstruir la historia de manera objetiva con respecto a los diversos aspectos que intervienen: momento en que se gestó el conflicto, el contexto en el que se ha producido, causa/s, interacción entre las partes, valores en juego, intereses, etc...

Las técnicas utilizadas en mediación para tal fin no suelen ser herramientas rápidas ni contundentes que solucionen el conflicto de manera inmediata. Ni siquiera son siempre válidas, ni se aplican de igual manera, ni producen los mismos resultados en cada persona o en cada momento.

Sin embargo, si conseguimos manejarlas adecuadamente, consiguen efectos profundos y duraderos en las partes. El éxito depende de la habilidad del mediador para saber cuándo y cómo aplicarlas obteniendo el resultado deseado. Y esto se consigue con la práctica. De ahí que la gran mayoría de los mediadores defendamos la idea de que "a mediar se aprende mediando".

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Son herramientas sencillas y de corta duración. Se trata, en realidad, de breves intervenciones que el mediador va realizando a lo largo del diálogo con las partes ya que, recordemos, esta es la herramienta principal con la que el mediador cuenta: la comunicación y la habilidad en el uso del lenguaje.

Cada técnica por sí sola no logrará unos efectos decisivos, sin embargo la aplicación sistematizada de las mismas irá calando en las partes y consiguiendo su objetivo.

Veamos cuáles son estas técnicas, en qué consisten y cómo se aplican:

Legitimación

La legitimación más que una técnica es una actitud que debemos adoptar ante las partes. Deben sentir que no se les juzga y que sus opiniones, ideas, manifestaciones, sentimientos y argumentos son legítimos en el proceso y tienen, por tanto, derecho a defenderlos sin ser criticados por ello, como normalmente ocurre cuando discuten solos en su entorno habitual.

Esta actitud del mediador, según avance el proceso, debería ser asumida también por las partes. Es decir, debe llegar un momento en el que las distintas opiniones, aunque no sean compartidas, deben ser respetadas.

Legitimamos no juzgando las exposiciones de las partes, no cuestionando ningún tipo de sentimiento, no haciendo valoraciones personales, no manifestando sorpresa o rechazo ante cualquier confesión, expresión o información que nos compartan. Y al mismo tiempo, haciéndoles ver que nos interesa, en la misma medida, lo que cada uno tiene que decir.

Asimismo, podemos legitimar cuando nos pidan nuestra opinión sobre el tema que estamos tratando, respondiendo en esta línea "¿Y qué más da lo que yo opine? Aquí lo importante es cómo estáis viviendo vosotros esta situación. Lo que importa es cómo os sentís vosotros con lo que os está pasando. Qué necesitáis, qué os duele, qué es para vosotros importante, qué opináis sobre este tema...".

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Igualmente, cuando se deslegitimen uno a otro, podemos inter-venir recordando que, más allá de lo que cada uno opine al respecto, debemos considerar las ideas, valoraciones, creencias, impresiones o sentimientos de todos. Y que es importante que las opiniones de todas las partes tengan cabida en la mediación.

Síntesis o sinopsis

La síntesis es la realización de un resumen breve y conciso de la exposición de una o varias partes. Debe ser un resumen objetivo y breve, que sólo aluda a la información más relevante e ignore todo lo que no sea importante, como insultos, valoraciones personales o detalles irrelevantes. Debe, por tanto, transformar todos los comentarios negativos sobre la otra parte en frases objetivas.

Esta técnica se utiliza para centrar el diálogo y se puede practicar en cualquiera de estos supuestos:

· Al inicio de cada sesión para recordar lo que se trabajó en la anterior y continuar donde se quedó.

· Al final de cada sesión para concluir lo trabajado durante la misma.

· En cualquier momento que necesitemos hacer una recopilación organizada de toda la información que nos estén facilitando.

· Cuando necesitemos clarificar lo que una de las partes ha dicho.

· Cuando la dinámica de la comunicación entra en bucle y las partes empiezan a contar lo mismo de forma repetitiva. Hacemos el resumen para después dar...

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