El TDAH a lo largo de la vida

AutorConcepción López-Soler - Mavi Alcántara López - Maravillas Castro Sáez
Páginas105-131

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Concepción López-Soler

Profesora Titular Vinculada Clínica

Universidad de Murcia

Mavi Alcántara López

Dra. en Psicología. Profesora Asociada

Universidad de Murcia

Maravillas Castro Sáez

Dra. en Psicología. Profesora Asociada

Universidad de Murcia

Sumario: I. TDAH: Aspectos clínicos. 1. Introducción. 2. Características, prevalencia y diagnóstico. 3. Diagnóstico clínico del TDAH. 4. ¿Un trastorno por déficit de concentración? 5. Funciones ejecutivas y disregulación emocional en TDAH. 6. Curso y comorbilidad. II.Tratamientos.1. Introducción. 2 Modalidades de tratamiento del TDAH en infancia. 3. Intervenciones multimodales. 4. Intervención PSICOHAEM-VAR. III. Adolescentes y adultos con TDAH. 1. ¿Es el TDAH un trastorno que desaparece en la vida adulta? 2. Características del TDAH en la adolescencia e inicio de la vida adulta. 3. Chicas con TDAH. 4. Adolescentes y conductas delictivas: un estudio empírico en la Región de Murcia. 5. Adultos con TDAH. 6. TDAH en personas privadas de libertad. IV. Conclusiones.

TDAH: aspectos clínicos
1. Introducción

El TDAH es uno de los trastornos de inicio en la infancia que ha recibido una más que considerable atención clínica respecto a su inicio, curso, características, diagnóstico, comorbilidad y tratamiento, y en todos estos aspectos ha habido una gran polémica. Los debates llegan al extremo de plantearse en algún caso si existe

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o no el trastorno, aunque lo más frecuente en la crítica es que se sobrediagnostica y se abusa del tratamiento farmacológico. Algunos puntos de la polémica son adecuados, ya que este trastorno ha sido analizado con cierta banalidad y se ha realizado su diagnóstico desde ámbitos no especializados, no diferenciando el reconocimiento de ciertos signos de su manifestación, de la identificación precisa de los síntomas y procesos implicados en la alteración. Evidentemente es posible que muchas personas de diferentes edades se muestren inquietas, distraídas e impulsivas, pero no todas ellas presentan déficits en los procesos psicológicos que determinan un comportamiento permanente desinhibido, inatento y desorganizado, que determine deterioro funcional y desadaptación, y por tanto, que reúna criterios suficientes para su diagnóstico. Esto es especialmente importante en menores, ya que es tan negativo diagnosticar de TDAH a un/a niño/a que es revoltoso y al que no se le ha entrenado en autoregulación mediante un aprendizaje bien guiado y el establecimiento de límites adecuados, como dejar sin diagnóstico y tratamiento al menor cuando presenta TDAH clínico.

2. Características, prevalencia y diagnóstico

Ya es conocido que hay más niños con este trastorno que niñas, aunque la proporción puede variar ampliamente entre estudios, y aunque se suele describir a un menor en edad escolar como ejemplo de las manifestaciones del trastorno, en realidad las manifestaciones son muy precoces: antes de los 4 años de edad aparecen las principales características, aunque la influencia de las mismas no es de alto impacto, mientras que en el inicio de la escolaridad, y con el inicio del aprendizaje de la lectoescritura, las manifestaciones son muy relevantes, en parte debido a la alta presencia de variaciones en la consolidación de hitos en las áreas de desarrollo (motora, perceptiva, lenguaje, cálculo) y del aprendizaje de la lectura y escritura.

Las características clínicas del TDAH varían en función de la edad. Así, los más pequeños suelen ser muy inquietos, les gustan más los juegos deportivos que los educativos, se mantienen durante poco tiempo en un mismo juego, tienen dificultades de coordinación, les cuesta adquirir hábitos y suelen tener más accidentes que los iguales. Durante la etapa escolar empiezan a ser más evidentes las dificultades de los niños en el área del aprendizaje, manifestando su déficit de atención e impulsividad en problemas para organizarse y planificar sus tareas, relaciones sociales insatisfactorias y falta de confianza personal. En la adolescencia, suele destacar la sensación de inquietud interna, la impaciencia, la inatención y la irritabilidad, siendo más frecuente que se den además otros problemas asociados y conductas de riesgo. Y en la edad adulta, la impulsividad se vuelve más marcada, repercutiendo en problemas familiares y laborales, así como en inestabilidad a nivel emocional 1.

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3. Diagnóstico clínico del TDAH

Para que estas dificultades se conviertan en un trastorno, el TDAH, es necesario que los/as menores presenten varios síntomas de alta intensidad en diferentes situaciones (en casa y en la escuela, por ejemplo), y que sean inapropiados para su edad, interfiriendo en su ajuste diario. Además, es fundamental conocer el inicio del trastorno, es decir, si los síntomas empezaron en la primera infancia con una evolución continua o si, por el contrario, hubo un cambio claro en el comportamiento del menor en un momento concreto de su vida. Esto último haría sospechar que el diagnóstico es diferente al TDAH (por ejemplo un trastorno de ansiedad o del humor), con posibles factores ambientales que podrían explicar los síntomas (problemas en el colegio o en la familia, entre otros) 2.

El TDAH es un trastorno muy frecuente, con una prevalencia variable en función de los estudios. La Asociación de Psiquiatría Americana (APA), afirma en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, DSM-5 (APA, 2013) que el 5% de menores en la población general presentan TDAH. Aproximadamente 237.000 menores estadounidenses con edades comprendidas entre 2 a 5 años y el 11% de los comprendidos entre 4 a 17 años de edad (6,4 millones) han sido diagnosticados con TDAH, según el informe de los padres en EEUU.

Los sistemas de clasificación para el diagnóstico de los trastornos mentales que generalmente se siguen son los propuestos por la Organización Mundial de la Salud (OMS), actualmente vigente la Décima Clasificación Internacional de las Enfermedades CIE-10 3, y la Asociación de Psiquiatría Americana (APA), mediante los Manuales Estadísticos de las Enfermedades Mentales (DSM), actual-mente DSM-5. En ellos encontramos las categorías que nos permiten establecer el diagnóstico clínico en base a una serie de síntomas. En España, el empleo de cada uno de estos sistemas de clasificación es diferente en distintos ámbitos, ya que el primero de ellos (CIE-10 actualmente), es comúnmente empleado en los servicios públicos de salud mental, mientras que el segundo (DSM-5), se emplea casi en exclusiva en el ámbito universitario y de investigación, en general no clínica 4. Hay diferencias entre las categorías y subcategorías que proponen ambos sistemas, y las variaciones respecto a criterios diagnósticos afecta directamente en la obtención de prevalencias, que puede llegar a mostrar tasas bastante distintas.

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El DSM-5 incluye al TDAH dentro de los trastornos del neurodesarrollo, un grupo de afecciones con inicio en el periodo del desarrollo. A continuación se presentan los criterios diagnósticos del Trastorno por Déficit de Atención/hiperactividad en el DSM-5 5 (Tabla 1).

Tabla 1. Criterios diagnósticos del TDAH según DSM-5.

  1. Cualquiera de (1) y/o (2).

    1. Falta de atención: Seis (o más) de los siguientes síntomas han persistido por lo menos durante 6 meses con una intensidad que es incompatible con el nivel de desarrollo y que tienen un impacto directo en las actividades sociales, académicas y/o profesionales. Nota: para los adolescentes mayores y adultos (mayores de 17 años o más), sólo se requiere 4 síntomas. Los síntomas no se deben a comportamiento negativista, desafiante u hostil o la incomprensión de las tareas o instrucciones.

      1. A menudo no presta atención suficiente a los detalles o comete errores por descuido en las tareas escolares, en el trabajo o durante otras actividades.

      2. A menudo tiene dificultades para mantener la atención en tareas o actividades de juego.

      3. A menudo parece no escuchar cuando se le habla directamente.

      4. A menudo no sigue instrucciones.

      5. A menudo tiene dificultades para organizar tareas y actividades. El trabajo es desordenado y desorganizado. Tiene mala gestión del tiempo.

      6. Es característico que evite tareas que requieren un esfuerzo mental sostenido (como trabajos escolares o domésticos o, para los adolescentes mayores y adultos, la elaboración de informes, completar formularios, o la revisión de documentos largos).

      7. A menudo pierde objetos necesarios para tareas o actividades.

      8. A menudo se distrae fácilmente por estímulos irrelevantes. (Para los adolescentes mayores y los adultos pueden incluir pensamientos no relacionados con la tarea).

      9. A menudo es descuidado en las actividades diarias y las tareas (para adolescentes mayores y adultos, devolver llamadas, pagar las cuentas, y las citas).

    2. Hiperactividad e impulsividad: Seis (o más) de los siguientes síntomas han persistido por lo menos durante 6 meses con una intensidad que es incompatible con el nivel de desarrollo y que tienen un impacto directo en las actividades sociales, académicas y/o profesionales. Nota: para los adolescentes mayores y adultos (mayores de 17 años o más), sólo se requieren 4 síntomas. Los síntomas no se debe a...

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