La tarea crítica: deconstrucción y sabotaje

AutorManuel E. Vázquez
CargoUniversitat De València
Páginas41-52
237
La tarea crítica: deconstrucción y sabotaje
MANUEL E. VÁZQUEZ
UNIVERSITAT DE VALÈNCIA
No resulta fácil a estas alturas calificar las propuestas teóricas que con relativa asi-
duidad —aunque últimamente a un ritmo cansino y cauteloso— llegan hasta noso-
tros. Categorías como «novedad» o «vanguardia» parecen haber envejecido o han
sido apartadas, dada su incapacidad para cumplir la función que les había sido en-
comendada. Todo parece haberse vuelto más prudente. Quizás no sea ajeno a ello la
experiencia básica de cualquier académico de mediana edad: en sus años de ejerci-
cio perfectamente ha podido asistir al nacimiento de un par, quizás tres, propuestas
teóricas. Gracias a su capacidad de sintetizar la fugacidad y la adhesión, la categoría
«moda» ha acabado por calificar bien tal estado de cosas. El variado catálogo de
propuestas ha acabado por legitimar su pluralidad, una vez convertidas en «pers-
pectivas», «posiciones» o «alternativas» que hacen de su mutua diferencia su genui-
na razón de ser. El «consenso en la diferencia» parece haber ocupado el lugar antes
reservado a la identidad de un punto de vista compartido. Un cierto eclecticismo de
lo diferente parece haber desbancado al radicalismo de la diferencia. A resultas de
ese desplazamiento, el rechazo que suscita el relativismo propio del pluralismo alienta
propuestas —cada vez más intensas de un tiempo a esta parte—, en pos de un pano-
rama menos complejo, menos disperso, más jerárquico. Se esboza así la vuelta al
criterio y los procedimientos propios de la alta cultura y la imagen del intelectual
que le es propia.1 Es decir, alguien más cercano al oteador que discrimina la bondad
de lo nuevo y fomenta la pervivencia de lo clásico, que al arriesgado aventurero
capaz de adentrarse en terrenos ignotos. La desmesura de lo mucho y sus excesos
parece haber sido sustituida por la austeridad de lo poco. O, al menos, un poco
menos. Un poco menos arriesgadas las propuestas, un poco menos iconoclastas los
planteamientos y un poco menos osados los procedimientos.
No es ese el camino que transita Crítica y sabotaje.2 Sus raíces vienen de más
atrás. Hasta cierto punto puede ser considerado como un intento de ofertar un
marco de referencia capaz de integrar aspectos obviados por los planteamientos
precedentes, huyendo así de su cerrazón de horizontes y sus menguadas perspec-
tivas. En particular, trata de hacer sitio a lo que antes se llamaba la praxis, o si se
prefiere, la práctica y el compromiso político que asociamos a la acción. Junto a
1. M. Vargas Llosa (2012), La civilización del espectáculo, Madrid: Alfaguara.
2. M. Asensi Pérez (2011), Crítica y sabotaje, Barcelona: Anthropos. La paginación incluida en el texto hace
referencia a esta obra.
RA_237_CriticaSabotaje.pmd 18/06/2013, 12:0541

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