Yo tampoco se tocar la guitarra: una respuesta a Peter Singer

AutorGermán López-Cortacans
CargoCentro de Investigación en Atención Primaria, Tarragona, Institut Català de la Salut
Páginas173-175
Carta al DireCtor
Cuadernos de BioétiCa XXVi 2015/1ª
173
Cuadernos de Bioética XXVI 2015/1ª
Copyright Cuadernos de Bioética
YO TAMPOCO SE TOCAR LA GUITARRA:
UNA RESPUESTA A PETER SINGER
GERMÁN LÓPEZ-CORTACANS
Centro de Investigación en Atención Primaria.
Tarragona. Institut Català de la Salut.
“No podemos esperar que un niño con síndrome de Down toque
la guitarra, sienta afición por la ciencia ficción, aprenda una lengua
extranjera, charle con nosotros sobre la última película de Woody
Allen o sea un atleta, jugador de baloncesto o tenista importante (…)”
Peter Singer1
Peter Singer1es catedrático de Bioética en la Universi-
dad de Princeton y catedrático emérito en la Universidad
de Melbourne. Su interés se centrar en las cuestiones
éticas implicadas en la experimentación embrionaria,
ingeniería genética, aborto y eutanasia, y ante estos
dilemas adopta un enfoque “utilitario preferente”, es
decir, considera que una acción es éticamente correcta
si satisface la prioridad de los afectados y tiene las me-
jores consecuencias para el mayor número de personas
La propuesta de Singer es dejar en un segundo plano
la especulación ética más abstracta sobre, por ejemplo,
el estatuto ontológico de los términos morales, como
«bueno y malo», «correcto e incorrecto», a favor una
reflexión moral dirigida de modo inmediato al bienestar
de la humanidad2.
La reflexión de Singer tiene como referente funda-
mental a la biología que le va a permitir saber cuándo
alguien pertenece a una especie determinada. Desde
este planteamiento, Singer distingue entre ser humano
y persona, de tal modo, que «la vida solamente em-
pieza en sentido moralmente significativo, cuando hay
consciencia de la propia existencia»3. Por lo tanto desde
esta premisa, Singer afirma que “no es cierto que todos
1 Singer, P. Repensar la vida y la muerte, Paidós, Barcelo-
na,1997, 209.
2 Ortiz E. “Los límites de la bioética consecuencialista. Un
análisis de la propuesta de Peter Singer”. Cuadernos de Bioética
XIX, (2008), 449-458.
3 Singer, P. Ética práctica, Ariel, Barcelona,1991, 234.
los seres humanos sean personas morales, incluso en su
sentido más ínfimo. Los niños pequeños, junto con al-
gunos seres humanos intelectualmente discapacitados,
carecen del necesario sentido de la justicia4. De este
modo, sólo cuando la posesión de consciencia se une
la racionalidad, queda cumplimentada la candidatura
de un ser humano al estatuto de persona. De lo que se
deduce que si un ser humano es racional y tiene cons-
ciencia, por tanto es persona. De lo que se concluye que:
el uso del término persona es, en sí mismo, susceptible
de despistar, ya que es una palabra que se usa con fre-
cuencia como si quisiera decir lo mismo que ser humano.
Sin embargo, los términos no son equivalentes; podría
haber una persona que no fuera miembro de nuestra
especie. También podría haber miembros de nuestra
especie que no fuesen personas5. De lo expuesto, se
deduce que se puede realizar una separación entre el
aspecto biológico (ser humano) y el aspecto subjetivo,
racionalidad y autoconciencia (persona). De este modo,
los seres que son simplemente humanos no tienen más
derecho a la vida que cualquier animal. Mientras que
los seres considerados personas tienen derecho a la vida,
tanto si son humanos o animales (mamíferos).
De esta distinción se puede concluir que el utilita-
rismo de Singer presupone el naturalismo, con lo cual,
traspasamos el razonamiento de las ciencias naturales a
4 Singer op. cit. 23.
5 Ibíd., 100.

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