El sujeto del Derecho: El sexo

AutorJosé María Mengual
CargoNotario
Páginas732-740

El sujeto del Derecho: El sexo 1

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(Continuación)

Entre los germanos la mujer, según opinión de muchos tratadistas del derecho, se hallaba sujeta a perpetua tutela. Paul Viollet, por ejemplo, afirma "que la mujer germánica se halla en tutela perpetua": la fermne germaine est en tutelle perpetuelle. 2. Letourneau, después de proclamar "que la mujer germana tiene ciertos derechos pecuniarios", añade: "que ello no obstante, siempre se le considera más o menos, en menor edad". La femme germanique avait done certains droits pecuniaires; mais elle n'en restait pas moins toujours plus ou moins mineure. 3. Nuestro ilustre Hinojosa sostiene igual criterio que Viollet cuando afirma "que entre los germanos la mujer vivía constantemente bajo la potestad del padre, o, a falta de éste, de los parientes más cercanos, cuando era soltera o viuda, y por virtud del matrimonio pasaba a la del marido". 4. El erudito catedrático Sr. Minguijón, está de acuerdo también con Viollet y con Hinojosa, y, al efecto, escribe lo siguiente: "El derecho germano sujetó de nuevo a la mujer a tutela perpetua." 5. El marido podía repudiar, empeñar y ven-Page 733der a la mujer en caso de necesidad, y aun castigarla corporalmente hasta darla muerte, mediante justa causa.

Sin embargo, por el espíritu guerrero del pueblo germánico, la mujer, dentro de la familia, gozaba de gran consideración y ascendencia. Quizá esta consideración ha hecho afirmar a uno de nuestros más preclaros historiadores del derecho, el Sr. Pérez Pujol, "que el poder marital era poder de protección y no de acción 6, y que Letourneau manifestara que "certains droits lui étaient reconnus; certains lois la protegeaient", "y que los viejos germanos, aquellos que habían creado la mitología de la raza, no despreciaban al sexo femenino" 7.

Este estado de protección marital, nacido del reconocimiento de esos derechos de los que nos habla Letourneau, donde se refleja más es en la familia germánica. La fortuna de la mujer casada la constituía la dote, equivalente a nuestras antiguas arras, y que era el precio satisfecho por el marido a los padres o parientes de la mujer por la cesión de la potestad sobre ella. Esta dote era designada por los padres con el nombre de dos y pretium, denominación esta última que ha dado origen a la doctrina de los que consideran el matrimonio germánico como una especie de compra, contra cuya teoría se levanta Huber diciendo; "No parece que pueda dudarse que, aun en tiempo de Tácito, se sabía distinguir entre la compra de un caballo y la celebración del matrimonio". Para los que siguen esta última doctrina este pretium no tiene otra significación que la compensación del valor económico de la hija y la indemnización a los padres de los gastos que hicieron para educarla y criarla, pues no cabe duda que en la familia germana la mujer era considerada como algo digno de veneración dentro de la autoridad que correspondía al marido en la esfera familiaj. Así se explica que nos haya dicho Tácito 8 que Veleda y Aurinia fueron veneradas como númenes, y que César, sabedor de los augurios de las mujeres germánicas, obligase a Ariovisto a que combatiese antes de la época que aquellas mujeres habían señalado como más conveniente para obtener las victorias.Page 734

Y llegó a ser tan general la consideración que se le tuvo a la mujer en este pueblo, que el marido la miraba como compañera de sus trabajos, y ella le acompañaba hasta en las guerras, curándole las heridas recibidas y llevándole alimentos para reponer sus quebrantadas fuerzas. Tácito nos dice al efecto 9 "que desde los carros formando círculos, y que los germanos llamaban carrago, las mujeres presenciaban las hazañas de sus maridos; los alentaban con sus aplausos, los contenían con sus gritos, con el llanto de sus hijos, y más de una vez sus exhortaciones a las huestes que ya cejaban les hicieron volver cara al enemigo y ganar la victoria."

Como prueba de la gran influencia de la mujer en la sociedad germánica, podemos decir con Procopio 10 "que las mujeres de los ostrogodos increpaban y escupían a sus maridos al entrar Belisario en Rávena, por haberse dejado vencer de tan débiles enemigos". Por eso, sín duda, aquel poder ejercido sobre la mujer y conocido con el nombre de mund, no fué tan tirano ni déspota como la manus de los romanos, significando no sólo poder de protección, sino también boca, explicándose así que en algunos países, después de tener lugar la invasión, se decía que estar bajo la protección del Rey era esse in sermone vel in verbo regis.

En el orden económico-familiar, la fortuna de la mujer casada estaba formada por la dote, por la llamada morgengabe y por las pocas ropas, alhajas, vestidos y demás enseres que aportaba al matrimonio. La dote era, como ya hemos dicho, el precio de compra, en el sentido antes expuesto, del marido a la mujer, institución jurídica muy parecida a nuestras antiguas arras. La morgengabe, donación de la mañana, era el regalo otorgado por el marido a su mujer al día siguiente de haber contraído matrimonio, como prueba de su virginidad, y el cual regalo...

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