Stefano Rodotà, La vida y las reglas. Entre el Derecho y el no Derecho

AutorCristina Monereo Atienza
CargoUniversidad de Málaga
Páginas395-404

Page 395

Stefano Rodotà tiene una amplia y atractiva trayectoria en la práctica político-jurídica como diputado en el Parlamento italiano y europeo desde 1979, que además combina con una destacable faceta teórica como profesor emérito de Derecho civil en la Universidad de "La Sapienza" de Roma.

Es una persona fuertemente comprometida con la garantía de los derechos fundamentales. Ha participado en la Autoridad italiana para la protección de datos personales, en el Grupo de coordinación de garantes de la privacidad de la Unión Europea, y ha sido miembro del Grupo Europeo de ética en ciencias y nuevas tecnologías. Además, ha concurrido en la redacción de la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión elaborada en Niza en el año 2000, y preside la Comisión científica de la Agencia de derechos fundamentales de la UE.

Sus libros tienen a menudo una dimensión jurídica multidisciplinar, y se adentran en los entresijos del complejo mundo del Derecho para plantear cuestiones esenciales que no dejan impasible a ninguno de sus lectores.

En el valioso texto de la "La vida y las reglas" analiza los límites del Derecho en relación a contenidos que atañen a la dignidad humana, la libertad y los derechos fundamentales en general. En una original división estructural visita el cuerpo, la soledad, el don, la casualidad, el gen, el clon, el dolor, el cuidado, el final y el poder. Son planteamientos muy emotivos cuya poética es íntegramente conforme con un alto grado de profundización jurídica en la materia.

Se trata de un libro para el diálogo sobre temas actuales controvertidos pero básicos para el ser humano a los que el Derecho, quizás, no siempre pueda (o deba) dar solución. Esto comporta, necesariamente, una honda reflexión sobre el Derecho mismo y sus relaciones con la Moral, en una socie-

Page 396

dad globalizada y en constante transformación debido, entre otras cosas, a la introducción de las nuevas tecnologías.

La lectura del escrito resulta fascinante porque Rodotà utiliza multitud de referencias literarias y cinematográficas y, además, expone sus argumentos con extraordinario sentido práctico y con tintes no poco provocadores.

La obra está dividida en tres partes. La primera analiza el derecho y su límite. En un mundo caóticamente "juridificado", donde hay cada vez más y peores normas1, se cuestiona si el Derecho puede regularlo todo, puesto que en ocasiones acaso no sea el instrumento más adecuado para solucionar problemas cuya raíz se cimenta en una decisión muy personal. Es más, el Derecho puede incluso agudizar el conflicto al intervenir autoritariamente en ciertas esferas. Pero, sobre todo, se cuestiona si el Derecho debe regularlo todo, ya que hay un límite esencial a las normas jurídicas que es el respeto a la esfera de libertad y autonomía individual y social. Se establece, así, una relación necesaria entre la vida, la libertad y la dignidad que no es sólo individual sino también social (conectada con la igualdad)2.

En este texto no se está debatiendo la ansiada noción de plenitud del Derecho en términos de lagunas. Más bien, se trata de establecer fronteras entre el Derecho y el no-Derecho. El Derecho tiene unos límites, esto es, un marco donde desplegar sus normas. Más allá del mismo, no hay lagunas, sino esferas de la realidad que no interesan directamente al Derecho, y que seguramente se sumerjan en la dimensión de la moral y la decisión individual. Las normas jurídicas no pueden imponerse y salirse de su marco, porque resultarían autoritarias y conflictivas, en vez de funcionar como instrumento de comunicación y diálogo entre valores potencialmente contrapuestos. Se trata de evitar la faceta impositiva del Derecho a favor de un Derecho más flexible y no de negar la existencia de un Derecho material de fines. Esto es necesario ya que en muchas ocasiones el Derecho incluye fines y valores supuestamente consensuados de la sociedad, pero que sin embargo han sido mal filtrados en los complejos procesos de la democracia. Por ello, ciertamente, hay que incidir sobre un Derecho fuertemente comprometido con los valores y los derechos fundamentales, siempre que se conciban como impulso de las libres decisiones individuales.

Page 397

Los valores y los derechos fundamentales se conectan estrechamente con la noción de persona. Rodotà apuesta por abandonar la noción de "sujeto" de Derecho para acoger la de "persona"3. Precisamente, la apuesta por la noción de persona es la tendencia a nivel europeo e internacional. Por ejemplo, se utiliza en textos jurídicos como la Carta Europea de los Derechos para acentuar el respeto a la dignidad humana y la libertad fundamental de autodeterminación. Mientras el sujeto es definido por su abstracción sin consideración de las condiciones materiales que lo rodean, la persona expresa de forma inmediata la materialidad de las relaciones.

Cabe recordar que el uso jurídico de la noción de persona tiene su origen en el pensamiento feminista que tuvo como principal labor inicial el desmantelamiento del sujeto moderno abstracto y universal que, sin embargo, excluía a amplios colectivos de personas4.

En este misma línea, Rodotà opta por apartarse de una perspectiva abstracta y uniforme del sujeto definido esencialmente por su capacidad de inter-venir en la esfera económica5. El cambio en el uso del término de sujeto a persona permite acentuar la necesidad de "desmercantilizar" el sujeto que nunca podrá renunciar a su dignidad, concretada en la libertad, la igualdad y la solidaridad6. De este modo, la dignidad es reforzada, y con ella el conjunto indivisible de los derechos que la concretan7. La misma Carta europea de los derechos fundamentales refleja esa indivisibilidad de los derechos al agruparlos en torno a la dignidad y los valores fundamentales de la libertad, la igualdad y la solidaridad. Los derechos de la persona son indisponibles y determinan un área en la que no tiene cabida el mercado. Al mismo tiempo los derechos no se construyen exclusivamente de manera individualista. Por el contrario, son el motor que genera vínculos de cohesión social en torno a unos valores.

Lo que acaso quiera expresar el autor es que la idea individual y social se unen para definir a los derechos fundamentales8. Es decir, la libertad no

Page 398

tiene sentido sin la igualdad y viceversa. Además, tanto la libertad como la igualdad tienen esferas formales y materiales íntimamente conectadas. La libertad formal no podría existir, justamente, sin la libertad real entendida como capacidad de ejercitar esa libertad9. Tampoco la igualdad formal tendría sentido sin la igualdad sustancial, que no es igualdad absoluta de todos en todo10, sino que es igualdad de oportunidades en el punto de partida y, sobre todo, igualdad de resultados en el punto de llegada. La igualdad material en el punto de llegada será consecuencia del conjunto de medidas a tomar por los poderes públicos para lograr una semejante calidad de vida. No indica un determinado modelo de justicia distributiva (como así lo hacía la interpretación propiamente socialista). Solamente se...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR