La sostenibilidad ambiental en la Europa del siglo XXI

AutorAitor Zulueta Telleria
Cargo del AutorDirector de Patrimonio Natural y Cambio Climático, Gobierno Vasco
Páginas41-45
— 41 —
La sostenibilidad ambiental en la Europa del siglo XXI
A Z T
Director de Patrimonio Natural y Cambio Climático, Gobierno Vasco
En la Europa del Siglo XXI, el término sostenibilidad se ha impuesto casi como una
obligación. No hay discurso, norma o documento que no recoja este término, lo cuál lo
lleva al calificativo de “moda”.
Como suele ocurrir con casi todas aquellas tendencias que se convierten en una
recurrencia, conviene preguntarse si la alusión constante a la sostenibilidad corresponde
al terreno de las convicciones o al peligroso y cambiante campo de lo que llamamos
“corrección política”.
Lo cierto es que el término sostenibilidad y más que el término, el concepto, tienen un
recorrido histórico muy anterior al Siglo XXI, y en concreto, la visión sectorial del medio
ambiente ha considerado la sostenibilidad como un objetivo desde su propio origen.
Ya en el Siglo XXI, en 2015, la adopción por parte de la asamblea general de Naciones
Unidas de la Agenda 2030 y los 17 objetivos de desarrollo sostenible, ha contribuido de
manera definitiva en impulsar el concepto de sostenibilidad para incorporarlo de manera
transversal a toda la agenda política.
Pero el concepto de sostenibilidad es un concepto intuitivo cuya transmisión entre
individuos solo se ha visto perturbado por los impulsos cortoplacistas tan clásicos de la
visión puramente economicista.
Como un ejemplo más del pasado, en la Euskadi del siglo XVI desarrolló su actividad
una industria tecnológicamente muy avanzada que hacía de punta de lanza de la
economía: La construcción naval que proveía a la industria ballenera de sus naos para
recorriendo el atlántico hasta la pesquerías de Terra Nova y Labrador, faenar las ballenas
y retornar a Europa con la grasa, carne, huesos y barbas de aquellos cetáceos.
Había en aquella industria un factor de sostenibilidad enorme: La madera que proveía
a los barcos de las retorcidas y variadas piezas de aquellas perfectas máquinas de navegación
procedía de los bosques de robles, castaños y hayas trasmochados para tal fin. Las ramas
más favorables se retorcían para futuras quillas, proas o cuadernas, y las ramas menos
favorecidas se usaban para fabricar carbón o calcinar caliza en caleras. Se trataba de una
cadena perfectamente engrasada que combinaba carpinteros de ribera, propietarios forestales,

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR